El Museo Nacional de Bellas Artes de Belarús dispone de la mayor colección de arte belaruso y extranjero

Recorridos de Vladímir Prokoptsov

Por lo general, el museo es un lugar tranquilo. Pues aquí viene la gente para ver las bellezas y obras de arte, lo que no tolera mucha agitación. Uno viene, mira y disfruta... Sin embargo, la intimidad del museo hoy en día puede ser considerada sólo en parte. Lo comprueba, en particular, el director del Museo Nacional de Bellas Artes de Belarús, Vladímir Prokoptsov, que, sin exagerar, representa una imagen del nuevo dirigente bien moderno de la institución de la cultura de la importancia nacional. A propósito, de la institución, cuyo equipo de empleados a finales del año pasado fue galardonado con el premio presidencial, “Por el renacimiento espiritual”.


La publicación de una serie de libros sobre artistas famosos de Belarús — un proyecto del Museo Nacional de Arte, con la participación directa de su director, Vladímir Prokoptsov

No hay duda de que el Museo Nacional de Bellas Artes en los últimos años –es decir, cuando es dirigido por Vladímir Prokoptsov– se convirtió en un lugar emblemático de la capital belarusa. Aquí vienen las personas, a pesar de todas las dificultades económicas de nuestros días. Y si uno pasa por aquí en el último miércoles del mes –cuando la entrada es libre– podráver largas colas para entrar en el famoso edificio con columnas. El gran número de personas que desean visitar el museo. Este día el museo recuerda una colmena. Es muy difícil contener las emociones de lo visto en las salas de museo. Por lo tanto, no se trata de ningún modo de la intimidad del museo.

Es cierto, el Museo Nacional de Bellas Artes de Belarús dispone de la mayor colección de arte belaruso y extranjero. Hoy en día, en el museo, sus filiales y en el depósito del museo están guardadas 30 mil obras, queforman parte de más de dos docenas de diferentes colecciones. Hace falta señalar que según balances del año 2015, el equipo de empleados del Museo Nacional de Bellas Artes fue galardonado con el premio presidencial, “Por un renacimiento espiritual”, por la implementación exitosa de proyectos de exposición a gran escala destinados a fortalecer valores espirituales de la sociedad.

Vladímir Prokoptsov, director del Museo Nacional de Bellas Artes:

— Este premio no sólo es un honor para nosotros, sino también una responsabilidad muy grande. Lo que nos obliga a trabajar aún mejor. Especialmente en el Año de la Cultura, que ha llegado. Estamos preparando nuevos proyectos, incluyendo en la esfera espiritual. Se trata de una serie de exposiciones temáticas que serán celebradas tanto en el país, como en el extranjero. A través de estos proyectos se busca generar en sus visitantes el amor a los valores cristianos y nos agradaría mucho si alguien de ellos encuentre su camino en el arte y la cultura. Pues el Año de la Cultura implica la cultura alrededor. Y en las relaciones y en el trabajo. En general, tenemos que permanecer en la cultura para que la vida de cada uno de nosotros –dada por Dios– sea interesante y útil.

— ¿A propósito, qué interesante ahora se puede ver en un museo?

La exposición, “Goya... Picasso”, es el mayor proyecto belaruso-españolen los tiempos de la Belarús moderna. Las muestras del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de España “obtuvieron residencia” en nuestro museo a partir de diciembre pasado. Vladímir Prokoptsov ofreció un recorrido a los periodistas. Y eso es a lo que él prestó la atención especial.

En la opinión del director del museo, en la exposición permanente quizás uno de los cuadros más controvertidos es “El matrimonio desigual” de Vasily Pukirev. En Minsk, está presentada la versión de la obra, “El matrimonio desigual”, creada en 1875. La obra fue pintada en 1862 y su original permanece en la Galería Estatal Tretyakov en Rusia. Es destacado el gran tamaño del cuadro: las figuras tienen tamaño casi natural, que atrae la atención especial. El público –quese pone delante de la obra– siente que toma parte en lo que está sucediendo, así como se percibe su compasión por la chica sin recursos que contra su voluntad se casa con un viejo oficial.


Los visitantes extranjeros suelen visitar el museo

El director del museo también contó de su obra favorita. Se trata del icono del Santo Viernes de Paraskev, que data de la segunda mitad del siglo XVI y fue encontrado durante una expedición por los templos de Belarús en los años sesenta del siglo pasado.

En general, los cuadros–que forman parte de una colección de arte antiguo en el museo–son muy variados y ricos según su contenido cultural.

Continuando el recorrido para ver las pinturas más destacadas del museo, por recomendación de Vladímir Prokoptsov, era imposible pasar sin ver la imagen que pertenece al pincel del reconocido artista delos años de 1640 a 1680 desde Vilnia (actualmente la capital de Lituania,Vilnius — Aut.), Johann Shrettera. Las bellas señoras –Catalina y María– en cierto tiempo fueron las esposas del famoso Yanush Radziwill. El problema sólo está en el hecho de que al momento de pintar esta obra una de las mujeres, en un vestido rojo vivoya estaba muerta. Pero no se sabe, para qué Yanush Radziwill pidió poner en una obra las imágenes de sus dos mujeres amadas. Pero respecto a esto el artista y crítico de arte, Vladímir Prokoptsov, tiene supropia explicación.

“Me acuerdo que heinventado una leyenda sobre el murciélago que vive en el ático del museo y que a medianoche se convierte en una muchacha y camina por las salas del museo. A propósito, en el ático de verdad estaba viviendo el murciélago. En varias ocasiones lo vimos volando en la galería y los guardias se preocuparon mucho que podría dañar cuadros expuestos. Entonces hice una pintura con una imagen de la muchacha-murciélago volando en el aire y la imagen de mí mismo en armadura caballeresca junto a los retratos de Catalina y María Radziwill. En mi opinión, esta pintura de la colección del Palacio de Nésvizh de la familia Radziwill es una de las más místicas en el museo, y por eso la presenté en mi cuadro”, contó el director del museo.

Hace falta señalar que su pintura no menos mística Vladímir Prokoptsov se la exhibió en la Noche de Museos. El cuadro fue expuesto durante trece minutos. “Después la pintura fue retirada y nadie la vio jamás. La cubrí con la pintura negra y comencé a pintar por encima el nuevo cuadro”, contó el señor Vladímir a los periodistas durante el recorrido. Qué obra será,él prometió contar después.

El siguiente recorrido guiado por Vladímir Prokoptsov fue la visita a los espacios del Museo Nacional de Bellas Artes abiertos en 2006. Esta obra fue construida, cuando el museo necesitó tener otras salas de exposición. Pero lamentablemente no fue solucionado por completo el problema. El museo cuenta con más de 30 mil obras de arte (pinturas, dibujos y esculturas), pero sólo está expuesto el cuatro por ciento. Además de eso, es necesario tener un lugar parapresentar exposiciones temporales, que celebran nuestros colegas extranjeros.


El tema de pequeño país ocupa un lugar especial en su creatividad personal Vladimir Prokoptsov

“Hace diez años, tomamos la decisión de crear un barrio de museos. El presidente, Alexander Lukashenko, apoyó nuestra propuesta”, señaló Vladímir Prokoptsov. El complejo de museo se está creando con ayuda de las áreas circundantes. A petición nuestra el Ministerio de Cultura de Belarús nos entregó el edificio de cuatro pisos de la antigua residencia de los estudiantes de la Universidad Nacional de Belarús. Una vez llevada a cabo la reconstrucción, los visitantes podrán pasear por el Museo Nacional de Bellas Arte durante todo el día. Aquí habrá no sólo las exposiciones interesantes, sino también cafeterías y tiendas.

Antes aquí había la residencia estudiantil y ahora serán las salas del museo. Se planea que en los pisos del sótano (la calle de Karl Marx, que está previsto en el futuro convertir en la peatonal, “Arbat de Minsk”) serán puestas cafetería artísticas yun bar. En la planta baja se planea abrir tiendas, librerías, cafés con internet y las salas de conferencias, de exposición y de otra destinación. En el segundo y el tercer piso está previsto organizar la exposición de arte popular de Belarús, una sala de exposiciones, una sala-estudio para las sesiones prácticas y las actividades interactivas con niños, habitaciones para los empleados. En el cuarto y quinto piso del ático estará el centro de restauración. Cada espacio de museo tendrá acceso al Internet, red local, sistema de audio y control de acceso seguro a los objetos expuestos. Cabe destacar que el edificio será adaptado para las visitas de las personas con discapacidad, el mismo estará equipado con ascensores y rampas especiales.

Las obras de construcción del barrio de museos está previsto concluir para el año 2019 o 2020, a pesar de que inicialmente se planeaba hacerlo antes: en 2018. “No soy un gran optimista, es necesario ser realista”, dijo Vladímir Prokoptsov. Cuando en 2020 el barrio de museos comenzará a funcionar, será posible presentar a visitantes alrededor del 10 por ciento de muestras. Claro que es imposible exponer todas las obras de arte al mismo tiempo.

Volvamos a la exposición. Ahora en el museo se celebra una gran exposición dedicada al aniversario número 150 de León Bakst, impresionista desde la ciudad belarusa de Grodno. Además de las obras de Baksten la misma están presentadas las pinturas de sus contemporáneos y amigos, entre los cuales Alexander Benois, Mstislav Dobuzhinsky, Borís Kustódiev, JsaacLevitán, Kuzma Petrov-Vodkin, Ferdynand Ruszczyc, Nikolai Roerich, Zinaida Serebriakova, Dmitry Stelletsky, Valentín Sérov, Mikhail Vrubel, Konstantín Korovi,Stanislav Zhukovsky y Mikaloyus Konstantinas Chyurlenis.Vladímir Prokoptsov llama la atención sobre el hecho de que casi todos los artistas mencionados son celebridades muy famosas, incluyendo a muchos de nuestros compatriotas:



“El tiempo y la obra de Bakst” así se llama la exposición. Pero en la exhibiciónestán presentados los cuadros no sólo del artista, sino también de toda aquella época en su conjunto. El director del Museo Nacional de Bellas Artes asegura de que los visitantes tendrán muchos descubrimientos:

— Tradicionalmente a Stanislav  Zhukovskyse lo toman como el “pintor de los hogares de las personas nobles”. Él hizo más una docena de cuadros con los interiores. En la exposición de Bakst se puede ver el otro lado del impresionista, Zhukovsky: un paisajista brillante.

La exposición fue preparada en dos años. Después de la exposición, “Diez siglos del arte de Belarús” –celebrada en 2014– es el segundo mayor proyecto del museo y del Belgazprombank. En primer lugar, su proyecto es educativo. Más recientemente, en Belarús sabían poco acerca de los artistas de la Escuela de París. Sólo conocían los nombres de Marc Chagall y Jaime Soutine. Ahora hablan de toda una galaxia de artistas que provienen de diferentes regiones de Belarús y que se hicieron famosos en París.

Vladímir Prokoptsov añade que no hace mucho tiempo, nuestros compatriotas –Byalynitsky-Birulya, Zhukovsky, Ruszczyc–se creían los artistas rusos sólo porque recibieron la educación artística en Rusia:

— Junto con la editorial, “Belarús” y con el apoyo del Ministerio de Información de Belarús hemos creado una serie de álbumes, “Artistas eminentes de Belarús”. Ya fueron publicados19 volúmenes. El primer libro fue publicado en 2010 y dedicado al 150° aniversario del nacimiento de Jan Khrutsky. Al principio se suponía que hubiera sólo unos pocos temas. Pero decidimos no parar. Por lo tanto, es un proyecto sin fin.

Además de eso, Vladímir Prokoptsov contó sobre largas negociaciones en cuanto a la organización de la exposición de los iconos de Belarús en el Vaticano. Y a partir de finales de marzo, estas reliquias ya están presentadas en Roma. Para celebrar la exposición, “Arte religioso belaruso de los siglos de XVII a XX”, ofrecieron una sala especial. También fueron publicados catálogos y álbumes en varios idiomas.

— En el Año de la Cultura vamos a abrir con la ayuda del Museo Nacional de Bellas Artes una gran cantidad de nuevas páginas en la historia del arte nacional. Este otoño la exposición –organizada para el Vaticano– será completada. Su presentación-estreno tendrá lugar en Minsk. Nuevos encuentros con las bellezas esperan al público  tambiénen adelante. En el otoño de 2017, está previsto celebrar una gran exposición de muestras restauradas del arte sacro, sigue contando Vladímir Prokoptsov y hace hincapié en un detalle muy importante: algunas cosas –iconos, objetos de arte y artesanías– sólo serán restaurados a la mitad, para visualizar su condición antes y después a fin deayudar alos visitantes a comprender, cuál laborioso es el trabajo del artista que se dedica a la restauración de las obras maestras.

A propósito, en los próximos años, los restauradores tendrán nuevos talleres en los edificios en construcción justo detrás del edificio del museo de arte moderno.

En muchos aspectos, esta perspectiva es posible gracias a la perseverancia e insistencia del director, Vladímir Prokoptsov.

El director de una institución cultural, como el Museo Nacional de Bellas Artes, sin duda, es un hombre muy ocupado. Pero el encuentro y charla–que tuvieron lugar con Vladímir Prokoptsov– permiten complementar su imagen como una persona muy creativa. Pues entre otras cosas, el señor Vladímir también es un gran artista.


— ¿De dónde saca el tiempo para todo?

— La insatisfacción e inquietud son verdaderos incentivos para mí como un artista, dice Vladímir Prokoptsov. En cierto momento ingresé en la escuela de graduados de la Academia de Ciencias y amplié mis horizontes artísticos. La ciencia me dio un elemento de la concentración. Ahora –siendo director del museo– no tengo posibilidad de pintar todo el día.

— ¿Qué interesante tiene el trabajo de director?

— En el mismo soy autosuficiente. Recibí la educación artística y puedo hablar a la iguala con cualquier artista y con el director de cualquier museo. Me siento bien en mi puesto. Me gusta trabajar en un museo, pero también me encanta pintaren mi taller, donde cambio mi trabajo administrativo por el trabajo creativo: relación entre el color, cielo, techo, tierra, manzanos, flores... En una palabra, tengo un elemento de autosuficiencia. Estoy muy satisfecho con mi trabajo y me siento muy bien.

Además de eso, me gusta aprender de los demás, ver como uno u otro artista presenta su idea, así como, por ejemplo,mi colega, un director de museo, puso la luz y como pintó las paredes.

— ¿Es evidente que Usted no siempre soñaba con ser un director del museo. Hoy en día, a propósito, este trabajo requiere mucho tiempo, ¿eso no quiere decir que la misma pintura para Usted ya es un pasatiempo, un oficio para el alma?

— Es un oficio bien serio. Entiendo toda la medida de la responsabilidad. Es decir, si uno dice que esel artista, tiene que cumplir conciertas reglas. Si fuera sólo mi afición, pintaría para complacerme. Peroesto no es un hobby. Otra cosa que no tengo mucho tiempo. No puedo pintar desde la mañana hasta la tarde como un artista independiente. Sólo puedo hacerlo por las noches, los fines de semana y los días festivos. La experiencia demuestra que hacer una gran pintura y entrar con ella en la historia como un artista con talento es muy difícil. Es necesario hacer muchas obras. Esto no quiere decir que habrá un centenar de tus pinturas y todas ellas serán brillantes. No. En un año haz una obra que toque el alma. Y para que el otro artista diga que es muy buen trabajo. Es importante que un profesional la entienda. Y un visitante común la tome como un buen libro. Para mí este nicho es para crecer. En segundo lugar, es un cambio en la actividad y en tercer, es una competencia con mis colegas.

Entonces para mí es más fácil trabajar en comisiones de expertos, porque no soy director académico. Yo, a propósito, salgo para hacer bocetos. También expongo mis obras en la galería de la Unión de Artistas de Belarús con una o dos obras dedicadas a las exposiciones significativas.

— ¿De qué depende el estilo de sus trabajos?  

— Depende de mi estado de ánimo y la sensación del experimento. Anteriormente, pintabael realismo con el impresionismo. Mis recientes obras son más bien decorativas. Es probable que eso venga con la edad y la experiencia e incluso con una percepción diferente del mundo de hoy. Quiero expresarme rápidamente. También el ritmo de nuestra vida influencia mucho. Uno como si esté todo el tiempo en un carro que no puede detenerse. Y todos sus sentimientos uno expresa en el lienzo.

— ¿Hay alguna imagen generalizada de sus cuadros? ¿O cada obra tiene su propia personalidad?  

— Por supuesto, cada trabajo es individual. Cuando estoy pintando un cuadro, inmediatamente le doy un nombre. Por ejemplo, si tengo la intención de pintar un lirio, la noche o el amanecer, primero parto de la filosofía del nombre. El sacramento esto no es sólo una cierta porción de verdad. Debe haber algún tipo de adivinanza. ¿Es agua o no es agua? ¿Son nubes verdes o no son nubes verdes? Es necesario para tener alguna asociación. No me gustan las soluciones fáciles. Por supuesto, cuando pinto la naturaleza muerta es algo específico. Otra cosa es que la misma puede ser pintada de diferentes maneras. Se puede hacerlo brillante y no brillante. Se puede poner una mesa con patas y sin patas. Manzanas rojas. Pero no hay manzanos rojos. En cada pintura el artista acentúa su propio significado y presenta su propia filosofía. El artista transmite emociones, y en este caso el trabajo como si sea un pájaro que sale desde el nido.

— ¿El reconocimiento del público es importante para un artista?

— Por supuesto. Todos los artistas –actores, poetas y escritores– quieren ser reconocidos.

Eso comenzó cuando un hombre tomó en la mano un pedazo de carbón y en la roca comenzó a dibujar para que sus compañeros se le dijeran las palabras de admiración. No creo a la gente que diga que el artista no quiere ser apreciado. Cada uno tiene el deseo de ser el primero. Cada artista quiere el reconocimiento. Y yo, como director del museo,quiero que mi museo sea el primero en Belarús. Esto es muy natural, no. Sin este deseo no habrá progreso. El artista elige ser artista para obtener el reconocimiento. Otra cosa cómo. La fama puede ser distinta. Puede ser barata y puede ser ganada a través del trabajo duro. El tiempo es un gran juez.

— ¿Las obras de los artistas belarusos gozan de popularidad en el extranjero?

— Claro que sí. La escuela belarusa, especialmente realista de las generaciones anteriores, está apreciada muchísimo. Hoy en día, en Europa no hay este nivel. Lamentablemente no tenemos el mercado del arte, las subastas, incluyendo benéficas. Me gustaría que todo fuera para el amplio público. ¿Por qué en la misma ciudad de Vítebsk –que tieneolor a pintura desde el tiempo de Marc Chagall y Kazimir Malévich– no se organizan las subastas? Nos gustaría ser una capital europea. Tenemos todo para ello: la ubicación geográfica, la gente, la ciudad linda. Tal vez no tengamos al cantante como Pavarotti. Pero tenemos una pintura magnífica. ¿Por qué no podemos ser pioneros en el mercado del arte? Tenemos muy buenas tradiciones.

— ¿El museo debe educar el gusto de sus visitantes?

— Por supuesto. El museo no puede ser algo ordinario. La misión del museo es científico-educativa y educativo-pedagógica. El museo, si desea, es un centro de educación.

Hoy en día, el museo adquiere una forma completamente diferente. Debe ser activo, debe ir más allá de sus interiores. Es decir, actualmente la exposición debe tener una continuación en varias formas. Para los jóvenes debe ser uno, para los adultos algo otro. En el desarrollo del museo se invierte mucho dinero: salas, equipamiento, sueldos... Se hace todo lo necesario para educar el buen gusto devisitantes. El museo debe ser activo e incluso un poco agresivo. Y siempre estar tres pasos más delante. Sobre todo ahora, en tiempos de globalización. Si una persona entra en el museo, debe tener un interés aquí. Además de eso deben celebrarse conferencias y recorridos. Insisto que la misión del museo es educativa. Y no hay otra.

— ¿Mientras está trabajando del director del museo, el público se ha hecho más educado?  

— Por supuesto. Hoy en día, hay acceso a Internet. Y el público tiene la posibilidad de modo virtual recorrer todas las salas de la Galería de Tretyakov. Además de eso, la gente puede tomar un avión y en dos horas estar en París para ver en vivo el cuadro “Mona Lisa”. Hoy en día, todo es posible. El público se ha hecho más exigente. Y hay que tomarlo en consideración y no quedar atrás: en la técnica, en la organización de exposiciones, en los métodos artísticos, en el personal. La nueva generación se está cambiando, lo que es un problema mundial y el director del museo no puede quedarse quieto. Siempre mantengo un poco tenso a mis empleados, tal vez esto no les gusta a todos. En los años de sesenta a setenta del siglo veinte, el museo fue un lugar tranquilo mantenido por el Estado y ahora tiene que ganar dinero para promover la imagen cultural de su país, así como participar en los proyectos internacionales.

— ¿Qué piden y requieren visitantes?

— Quieren ver obras de Marc Chagall y la exposición de la Galería Tretyakov. Hoy en día, los empleados deben ser competentes, tener conocimiento de las lenguas extranjeras. En una palabra, es necesario ampliar las áreas del museo, lo que estamos haciendo.

— Por lo tanto, el término “lucha por el público” no es anticuado, sino sigue siendo relevante.

— Por el contrario, ahora tenemos que luchar por cada visitante. Sólo con las exposiciones y los programas informativos bien interesantes podríamos atraer al público. Hoy en día, el museo es una gran industria cultural.

— ¿Probablemente es muy difícil manejar el mecanismo de este tipo?

— No es fácil, es una gran responsabilidad, pues el museo es la tarjeta de visita del país. Yo digo a los empleados que con el tiempo a nosotros nos sustituirán otras personas más jóvenes. El museo no debe ser un hogar de ancianos. El museo debe desarrollarse. Y así, por supuesto, una mayor responsabilidad se la tiene el director del museo. Lo siento, lo entiendo. Por eso tan temprano me he hecho canoso.

— ¿El director del museo es más un gerente o un investigador?  

— Es todo en conjunto. Hoy en día, no me puedo imaginar que el director del Museo Nacional de Bellas Artes no es un artista, no es un experto en arte, sino sólo es un economista-manager. ¿Podría imaginar a un economista encabezando el Hermitageo la Galería Tretyakov? Yo no. Es cierto, ellos tienen a los gerentes, pero el director debe ser un experto. Sin embargo, hoy en día, la figura del director del  museo es universal. Debe ser un administrador, un economista, un historiador del arte. Es por eso que no me siento ninguna vergüenza en aprender algo.

— Me parece que Usted tiene una doble personalidad: el director Prokoptsov y el artista Prokoptsov.

— Ahora es una armonía total. Uno complementa al otro. Yo tenía una doble personalidad cuando trabajaba en el Consejo de Ministros de Belarús y participaba poco en exposiciones. Entonces los funcionarios no podían exponer sus obras junto con los artistas. En los años de ochenta a noventa del siglo pasado no se aceptaba, pero ahora, por el contrario, me siento muy contento.

— Mientras ocupa el cargo de director de museo, fue celebrado un gran número de exposiciones de artistas extranjeros. En cuanto a la exposición de obras de arte del Museo Nacional de Bellas Artes en el exterior, ¿planea organizar algunas actividades para presentar nuestras obras maestras?  

— Sí, hay estos planes, y ellos se llevan a cabo. Hemos presentado los cuadros de Khrutsky en Vilnius en el marco de la celebración del bicentenario de su nacimiento. Ahora se está realizando el proyecto con el Vaticano, en el marco del cual está previsto mostrar al amplio público los iconos belarusos. Por supuesto, todo esto está limitado por el tema de seguros. Cuanto mayor sea la exposición, se requiere la mayor cantidad de dinero.

— ¿Podría continuar la frase: “El verdadero arte plástico es...”?

—  Es la vida. Sin arte no hay vida. El arte plástico hace a una persona más rica espiritualmente. Se lo convierte en un ser más amable y más armonioso. Hay un conjunto común de valores culturales, que son las reglas de comportamiento en la sociedad: por ejemplo, dar el lugar a personas mayores, dar el paso a las mujeres... En general el arte es la vida. Sin el arte no hay ninguna vida. ¿Por qué en las cuevas comenzaron a dibujar y pintar? Ya entonces las personas estaban mirando a las estrellas y querían ver algo en la pared. Por la mañana las estrellas desaparecían. Pero en la pared aparecía un cazador guapo, alguna escena de la vida de los hombres prehistóricos. Y estos dibujos también merecen ser admirados. Muchos de ellos es el legado histórico, es una especie de valores culturales.

Así son los recorridos ofrecidos por el director del Museo Nacional de Bellas Artes de Belarús, Vladímir Prokoptsov. A veces son muy verdaderos y tangibles, a veces son imaginarios. Son aquellos, sin los cuales no habrá ningún desarrollo de la persona, no habrá ninguna perspectiva.

Víktor Mikháilov
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