La actriz rusa, Regina Dombróvskaya, a sus setenta años y pico es más enérgica que algunas artistas más jóvenes. Actúa mucho en el cine. Es la presentadora de televisión e incluso participa en comerciales. Así que de ningún modo se puede decir que es una persona de edad avanzada.
La vecina de Minsk, Liudmila Brázhnik, pronto cumplirá setenta años, pero no permanece sentada en casa. La mujer asiste a las clases del idioma inglés, navega por Internet en las tardes y practica esquí. A su vez, su amigo, Vitaly Kokhnó, también jubilado, entre otras cosas, monta una tabla de snowboard. Por lo tanto, no es conveniente decir que ellos “viven el otoño de su vida”...
A Stanislava Lukot del pueblo Sopotskin se la nombran “nuestra mujer de edad avanzada”: este año ha cumplido cien años. Stanislava Yósifovna sólo bromea: “Estoy en la flor de mi vida”. Praskovya Savolévich del pueblo Doroshévichi celebró el aniversario incluso más importante de 107 años. En mi opinión, los científicos deberían hablar con estas abuelitas, si quieren crear un elixir de la juventud.
Activa, juguetona y siempre positiva: así debe ser la vejez. Según los datos de julio de este año, en Belarús 557 personas alcanzaron la edad de cien años y más. Es curioso que la mayoría de las personas mayores vive en la provincia de Grodno.
