
Reinaba la atmуsfera de la tranquilidad de бnimo. Algunos parroquianos miraban con atenciуn a los sacerdotes intentando encontrar a “su” cura, como los niсos buscan con los ojos a sus padres, sacando de ese modo la seguridad y equilibrio. “їDуnde estб nuestro seсor Serafнn?” — estaba nerviosa una peregrina detrбs de mi espalda. Luego al decir a si misma con seguridad: “ЎParece que estб ocupado!”, ella se puso a discutir la apariciуn sъbita de una seсal extraordinaria — la cruz blanca en el cielo despejado. Los escйpticos decнan que era sуlo un rastro de aviones pasados, pero la acciуn en la tierra bendecida tambiйn con la llegada en vнsperas a Minsk de la Cruz de San Andrйs se desarrollaba con grandiosidad. La liturgia se celebraba con tal entusiasmo espiritual, el coro cantaba de modo tan sublime que parecнa que en realidad se unнan la tierra triunfal y las brillantes alturas celestiales. Las palabras de rezos se pronunciaban en diferentes idiomas, pero cada vez se oнa la frase comprensible para todos: “ЎLa paz a todos!”. La pedнan a Dios el Patriarca Cirilo de Moscъ y de todas las Rusias, los prнncipes y jerarcas de las iglesias ortodoxas mundiales, nuestro Metropolitano de Minsk y Slutsk, Filaret, Exarca Patriarcal de toda la Belarъs, y los simples curas parroquiales belarusos junto con sus parroquianos… A la misa la asistieron los jerarcas de la Iglesia Catуlica en Belarъs: el arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, Metropolitano de Minsk y Moguiliov, y el obispo de Pinsk Antoni Demianko.
Concluida la liturgia a los participantes se dirigiу el Patriarca Cirilo. El Metropolitano Filaret a su vez llamу a tomar conciencia de que “… la figura principal de nuestra reuniуn es Jesucristo. Йl estб y seguirб estando entre nosotros. Ante Йl testimoniamos hoy la unidad panortodoxa. Creo que nadie se va del Zбmchische de Minsk sin consuelo. Durante la liturgia patriarcal cada uno tiene que sentir latidos del corazуn de la Iglesia Universal. Y cada uno debe saber que su propio corazуn en los ojos de Dios pesa no menos que todo el mundo”.
Mбs tarde las actividades se trasladaron al lugar donde a finales del siglo XI — principios del siglo XII se ubicaba una iglesia ortodoxa de piedra, posiblemente una de las primeras en la tierra de Minsk. Allн en la бbsida de altar se celebrу la colocaciуn de una carta conmemorativa en honor del 1025° aniversario de la Cristianizaciуn de la Rus de Kiev. La carta la firmaron los prнncipes de las iglesias ortodoxas.
Galina Ulitenok