Victoria celebrada en mayo

¿Qué les parecen setenta años: es mucho o poco? Depende. Por cierto, es la edad de toda una generación.
¿Qué les parecen setenta años: es mucho o poco? Depende. Por cierto, es la edad de toda una generación. Pero incluso la gente de setenta años de edad, gracias a Dios, no conoce todos los horrores de la Segunda Guerra Mundial, que recordamos ahora a través del prisma de la Gran Victoria.



Sí, hay acontecimientos que no invalida el tiempo. Sin duda, uno de éstos es la fiesta de la Gran Victoria que se celebra el 9 de Mayo. Pase lo que pase en el mundo moderno, la importancia de esta fecha no está sujeta a ninguna depreciación. El recuerdo de la hazaña de los soldados soviéticos sigue siendo estable y fuerte.

La Segunda Guerra Mundial afectó mucho Belarús y su pueblo. Aquí fallecieron unos tres millones de personas, fueron destruidos miles de pueblos y municipios y decenas de ciudades. Casi medio millón de belarusos fue deportado a fuerza a Alemania. Durante los años de la ocupación en el territorio de Belarús los alemanes nazis crearon decenas de campos de exterminio, cientos de prisiones y guetos, donde fueron matados cientos de miles de ancianos, mujeres y niños. Lo que es imposible olvidar.

Por lo tanto, no es nada extraño que precisamente la tierra belarusa tuvo el movimiento guerrillero sin precedentes en la historia del mundo. Los vengadores populares no dejaban al enemigo en paz ni de día, ni de noche. Más de un millón quinientas personas oriundas de Belarús luchaban en los frentes de la Segunda Guerra Mundial. Los belarusos resistían la muerte en afueras de Moscú, Leningrado, Stalingrado y Kíev, participaron en la liberación de los pueblos y ciudades de su querida patria, así como de los países de Europa Oriental y Central. En torno a 400 hombres belarusos fueron generales y almirantes y estaban al mando del ejército y marina durante la guerra. Por su heroísmo y valentía en la defensa de la patria durante la guerra, a 448 belarusos fue otorgado el título de Héroe de la antigua Unión Soviética, a cuatro de ellos incluso dos veces.

Durante la guerra murió uno de cada tres ciudadanos de Belarús. Así es el precio de la libertad. Tenemos que recordar eso siempre. Pero es sumamente importante que lo sepan también en otros países. A propósito, después de la Segunda Guerra Mundial, Belarús se convirtió en el miembro fundador de las Naciones Unidas. No todos los países tuvieron el honor de obtener este derecho. A favor de Belarús –entonces una de las repúblicas de la Unión Soviética– tal elección fue hecha sólo por su gran contribución a la derrota de alemanes nazis.

Es cierto que el mes de mayo es un mes especial. Es el mes de la victoria sobre los alemanes nazis en la Segunda Guerra Mundial. En Belarús, la hazaña de soldado está muy venerada. En nuestro país siguen viviendo en torno a veinte mil ex soldados y guerrilleros participantes de la Segunda Guerra Mundial. Este número se pone cada vez más pequeño. Pero los veteranos siguen estando en el centro de atención del Estado. Hace falta señalarlo tomando en consideración que en muchos países ya no honran a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial. En Belarús el Día de la Gran Victoria es una fiesta sagrada, porque prácticamente en todas las familias belarusas la Segunda Guerra Mundial dejó su huella muy dolorosa.

En realidad, son pocos jóvenes que han podido conocer en persona a los vivos héroes de aquella guerra muy cruel. ¿Qué piensan al respecto? Podría citar muchos ejemplos, cuando la gente muy joven participaba con mucho entusiasmo en las búsquedas de los soldados fallecidos en la guerra, recuperando los nombres de los combatientes desconocidos, tomaban patronato sobre los veteranos. Ellos recuerdan y saben mucho sobre la guerra. Ellos honran a nuestros ganadores.

El tiempo pasa y el mundo, o su configuración, como dicen los políticos, se somete a los cambios inevitables. Pero verdaderos valores no están sujetos a una revisión. Belarús construye sus relaciones con otros países a partir de los principios de buena vecindad. Es su actual credo político.

Es mejor ganar los concursos. En mi opinión, es una manera decente de determinar a los mejores сomo, por ejemplo, en el deporte, cuando compiten por el derecho a ser el primero. Pues en este caso la competencia –a pesar de la lucha muy aguda– es  pacífica.

Hoy en día necesitamos más alianzas: entre las personas y entre los países. En eso está la esencia estratégica de la cooperación internacional verdaderamente única y relevante. En lo que está centrada también Belarús en su política exterior. El formato de la asociación fue tomado como base de las relaciones con otros países.

Víkor Kharkov
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