Relevo de la antorcha de gas

Hoy en día, están gasificados todos los 118 municipios del país y todas las 113 ciudades.
El primer gasoducto, Urengoy — Pomary — Uzhgorod, pasó a través del territorio de Belarús hace más de 30 años. Miles de millones de metros cúbicos desde el oeste de Siberia a través de la arteria de exportación colocada por nuestros campos fueron suministrados a los consumidores europeos. Sin embargo, el combustible limpio y barato no sólo fue desviado de los pequeños pueblos, sino de las ciudades grandes de Belarús. La gasificación a gran escala en nuestro país comenzó a mediados de los años noventa del siglo pasado. Desde entonces fueron aprobados varios programas nacionales. Para cumplirlos desde el presupuesto fueron asignados enormes fondos. En resultado: hoy en día, están gasificados todos los 118 municipios del país y todas las 113 ciudades. El acceso al “combustible azul” se lo tiene más del 70 por ciento de los ciudadanos y casi 54 por ciento de los habitantes de las zonas rurales de nuestro país. En la provincia de Brest, por ejemplo, más de 10 mil kilómetros de arterias traen la comodidad a las aldeas y pueblos agrícolas, así como a los hogares situados en las ciudades y las empresas. Toda la escala de estos datos se puede imaginar viendo el mapa. Durante un par de décadas, las compañías de gas de Brest, hablando en sentido figurado, superaron la distancia entre Brest y Vladivostok.


 La famosa frase, “Tenemos gas en nuestro apartamento”, del poema de Sergei Mikhalkov podían decir miles de residentes de Polesye belaruso. Los gasoductos llegaron incluso a los pueblos remotos por las carreteras más importantes, así como a las localidades afectadas por la catástrofe en la central de energía nuclear de Chernóbyl, donde leña es un combustible muy peligroso.

Nikolay Adámovich y María G. Sinkévich del pueblo Bojary, municipio de Pinsk, me invitan a su casa. En una sala bien acogedora permanecen los bordados hechos por el ama de casa y puestos en el sofá, los cojines y sobre la mesa. Además de eso, una de las toallas bordadas adorna el icono puesto en el rincón. La señora María se dedica a este oficio en las tardes libres de invierno. La estufa de leña –que ella tenía antes– no daba tanto calor. Para calentar el hogar se necesitaban mucha leña y muchas fuerzas. Y ahora una vez prendida la lámpara, se sienta junto a la ventana y comienza a bordar.

Nikolay Adámovich cuenta que le cuesta mucho cosechar la leña, pues ya tiene 74 años. El invierno pasado –la primera vez en su vida– se lo pasaron a la maravilla por lo que a finales del año a Bojary llegó el gas. Galina Shpakóvskaya, dueña de una hermosa casa –ubicada en el extremo del pueblo– cuenta que sólo en seis meses la localidad se ha cambiado. En seguida todos los vecinos han comenzado a acomodar baños y aseos en sus hogares.

En cuanto al pago por la gasificación, Galina Shpakóvskaya cuenta que todos los vecinos se han puesto de acuerdo sin problema y han creado una cooperativa, una vez arreglados todos los papeles. El 70 por ciento del costo de la gasificación se lo asumió el presupuesto y el 30 por ciento los mismos aldeanos.

Además de eso, la gente recibió préstamos preferenciales. El director de la empresa, “Pinskraygas”, Alexander Sinkévich, me acompañó en el recorrido por el pueblo. Hace falta señalar que es una pequeña localidad con un centenar de habitantes. Antes se consideraba poco prometedora, y ahora tiene perspectivas. Este lugar agrada mucho la vista con su río, Yáselda, el prado y el bosque. Los ciudadanos –que ya están cansados de vivir en edificios de muchos pisos– tienen la posibilidad de construir su vivienda en Bojary. Como, por ejemplo, hizo el escultor y artista, Sergei Zhilévich. Se fue de Pinsk y regresó a la tierra de su abuelo y con sus propias manos construyó una nueva casa. A su vez, los vecinos construyeron la iglesia. En el patio de su casa Sergei Zhilévich plantó un maravilloso jardín y puso al aire libre sus esculturas mágicas. Cuando entramos en su hogar, notamos que la puerta no estaba cerrada con llave. En una de las paredes estaba una caja de color amarillo con el medidor de gas. El espacio no se veía feo y había comodidad. Los residentes del pueblo Lubel envidian un poco a sus vecinos. Pero se espera que el próximo otoño allí también llegue el gas por el gasoducto desde el pueblo de Bojary. Los trabajadores de gas están trabajando como joyeros. En una calle la potente excavadora está cavando la tierra y en la otra calle trabaja un pequeño vehículo de construcción. Los trabajadores de gas tienen a su disposición especio muy angosto. Está prohibido tocar áreas de cultivo, así como los costados de las carreteras. Así que ellos se ven obligados a maniobrar.

Alexander Sinkévich cuenta que tras la gasificación –que fue iniciada en el municipio de Pinsk en 2001– el gas se lo han obtenido 24 pueblos. A esta altura, el gas natural se lo tienen cuatro mil 187 casas particulares. Este hecho agrada especialmente a los vecinos de las áreas afectadas por el accidente de Chernóbyl. Hace falta señalar que el municipio cercano de Ivánovo está gasificado un poco menos que el municipio de Pinsk, pero los trabajadores del sector de gas tienen muchos planes. Al final del año pasado, los vecinos del pueblo de Tyshkóvichi recibieron un regalo muy esperado: un gasoducto. El pueblo se encuentra a una distancia. Es bastante grande: aquí viven casi mi1 300 vecinos. Sin embargo, el “combustible azul” se lo tienen sólo dos hogares. El ingeniero jefe del departamento de gestión de instalaciones de gas “Ivanovoraygas”, Iván Ignatovets, está explicando con entusiasmo: “El gas fue traído al pueblo. Fue creada la cooperativa. Y después de todas las aprobaciones necesarias y la construcción del gasoducto de distribución de gas el gas llegó a hogares”.

Lídiya M. Kotkovets, la dueña de una de las casas –que ya tiene gas– se siente muy contenta: “Debo admitir que han tenido que convencerme. Ahora aprecio plenamente todos los beneficios. Es muy cómodo, cuando la estufa funciona sin problemas. En verano, un cilindro de gas se gasta en un mes. Es el tiempo de la preparación para el invierno. Es más, estoy preparando la boda de mi hijo. Cocino mucho y no tengo problemas. Estoy muy agradecida”. Una parte significativa del gasoducto –más de cuatro kilómetros– hacia el pueblo de Tyshkóvichi fue colocada debajo del río, Yáselda, y su parte pantanosa. Iván Ignatovets detiene su auto junto al río con poca agua: “Al principio queríamos pasar por un camino corto. Pero resultó que podíamos cruzar con el sitio de asentamiento del hombre antiguo. Por lo tanto, pasamos a través del río y la llanura aluvial. Pedimos en Brest la maquinaria especial para llevar a cabo las obras en el lugar. La provincia de Brest es uno de los líderes en Belarús en la gasificación de pueblos agrícolas: el 69.8 por ciento de su total número ya reciben gas natural. En el municipio de Ivánovo se está proyectando el gasoducto que llegará al pueblo agrícola de Dostoevo. Iván Ignatovets me mostró cómo el gas iba a llegar a la localidad, de donde proviene el autor de la famosa novela, “Los hermanos Karamázov”.

Hago a Iván Románovich una pregunta que hoy eh día preocupa a muchos vecinos del pueblo. ¿Cómo podrían ser repartidos los costos de los equipos? Iván Ignatovets invita a los residentes de la zona a visitar una tienda especializada: “Aquí se puede elegir y pedir cualquier caldera de marca. Además de eso, se puede pedir prestado o arreglar el pago a plazos. Lo mismo pasa con el equipo. Es cierto que las calderas de gas no son baratas. Pero tan pronto la gente pasa al uso del gas, se le ofrece la posibilidad de adquirir el equipo y conectarse. Una cosa es hacer clic en el calentador de gas automático, que mantiene la temperatura deseada, encender y apagar sin intervención humana. Y la otra cosa es comprar leña o turba en briquetas, descargarla, ponerla en un lugar y luego traerla a la casa, tirarla en la estufa y todo el tiempo mirar para que el fuego no se apague... El nivel de gasificación es uno de los indicadores del nivel de la vida en el país, dicen representantes de compañías de gas. Los residentes de casi cuatro millones de apartamentos y casas en Belarús están de acuerdo con esta opinión.


Opinión autorizada


Alexander Prostakov, vicedirector general de la empresa, “Beltopgas”:

Belarús según el nivel de gasificación forma parte del grupo de los países más avanzados del mundo. La extensión de las redes de gas natural en nuestro país es más de 53 mil 700 kilómetros, incluyendo 29 mil 300 kilómetros en las zonas rurales. Durante el primer semestre de 2015, el gas natural se lo recibieron 30 pueblos y aldeas agrícolas. La empresa, “Beltopgas”, toma parte en la implementación de varios programas públicos de gasificación. Uno de ellos es el Programa Nacional de Desarrollo Social y Económico y el Uso Integral de los Recursos Naturales del Polesye de Propíat destinado para el período de 2010 a 2015. Además de eso, se está llevando a cabo la gasificación de las casas particulares situadas en las áreas contaminadas en los municipios de las provincias de Gómel, Moguiliov y Brest. En el marco del programa, en particular en la provincia de Brest fueron colocados 77.8 kilómetros de gasoductos. Para llevar a cabo este trabajo fueron asignados 45 mil 300 millones de rublos belarusos, incluyendo 453 mil 300 millones del presupuesto nacional y el Fondo de Inversión del Ministerio de Energética. Además de eso, estamos trabajando activamente en el cumplimiento del Programa Nacional de desarrollo Sostenible de las Zonas Rurales destinado para los años de 2011 a 2015. Para los fines de gasificación fueron asignados 47 mil millones de rublos belarusos.
Valentina Kozlóvich
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