La tradición de tocar gaita –o “duda”, como la llaman en nuestro país– desde hace mucho tiempo existía en toda la Europa del Este

Gaita abre misteriosa puerta al pasado

En la mente de la mayoría de los europeos la gaita es un instrumento musical típico de Escocia. La imagen de un hombre rudo en una falda con un instrumento musical en las manos ahora es un atractivo turístico de moda, cuya popularidad ha ido mucho más allá de los límites de este país. Los expertos están dispuestos a apostar: la tradición de tocar gaita –o “duda”, como la llaman en nuestro país– desde hace mucho tiempo existía en toda la Europa del Este, y los escoceses en cierto tiempo simplemente “privatizaron” este popular instrumento musical, al convertirlo en su tarjeta de visita. El próximo año, Eslovaquia tiene la intención de competir por la inclusión de la tradición de tocar gaita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. A esta altura, el país está recogiendo todos los papeles necesarios. Recientemente los activistas eslovacos han pedido apoyo a Belarús a fin de presentar una solicitud conjunta. No tenemos nada en contra, pues en nuestro país tocan gaita desde los tiempos inmemoriales. Por lo tanto, podemos escuchar cómo suena incluso hoy en día. Y se puede hacerlo no sólo en el aula de la Universidad de Cultura de Belarús. En adelante viene el cuento sobre la hacienda musical única situada en el municipio de Volozhin.



Los instrumentos musicales que tienen carácter


La gente llama a las personas como Ales Los el hombre-orquesta. Es el músico profesional. Además de eso, es etnógrafo y restaurador, director de las actuaciones de “batleyka” y es anfitrión hospitalario de la hacienda musical única, “Khutar del Dudar”. También es uno de los primeros “rescatadores” belarusos de antiguos instrumentos populares e investigador de tradiciones de tocar gaita.

Fascinado por el sonido de la gaita belarusa aún a finales de los años setenta del siglo pasado, el señor Los se le dedicó a este instrumento musical la mitad de su vida. Hoy en día, él no sólo organiza talleres musicales, sino fabrica gaitas. Hace falta señalar que su primer instrumento Ales Los se lo hizo hace 30 años atrás:

— Entonces no conocía toda la tecnología, por lo tanto, necesité mucho tiempo. Pero cuando la gaita finalmente comenzó a sonar, sentí una tremenda alegría. Ahora, en un año hago dos instrumentos musicales. Tal vez podría hacer más, pero el objetivo no es hacer el número mayor de instrumentos musicales, no soy una fábrica. Para mí es más importante abrir la misteriosa puerta al pasado para que los jóvenes unan a las generaciones anteriores través de la música popular.

Cabe destacar que ahora las gaitas –hechas por el artesano belaruso– “recorren” todo el mundo: Ucrania, Polonia y Alemania. Además de eso, una gaita suya permanece incluso en Bélgica: en 1993, el famoso Museo de Instrumentos Musicales de Bruselas adquirió nuestra gaita para su colección. También Ales Loso hace mandolinas, basetli, liras, zhaleyka, así como silbatos: una especie de violines modernos. Para cada instrumento musical Ales Los busca una solución bastante original, por lo que no hay dos idénticos instrumentos de viento y de cuerda:

— Todos los instrumentos musicales son diferentes. Así como la gente: cada uno necesita su propio enfoque. A veces sucede, estoy haciendo gaita y de repente me doy cuenta que no suena. Entonces, algo modifico. Todo se hace conforme a los pedidos individuales, por lo que es importante que los instrumentos musicales se combinen con sus futuros propietarios.

El material básico para la fabricación de la gaita belarusa es el abedul de Carelia, en Belarús se lo llaman “chachotka”. Y también se utiliza la piel de cabra:

— Este es uno de los animales más populares de nuestro folklore. En los tiempos antiguos, la gaita se consideraba un instrumento musical ceremonial. Cada año, víspera de la Navidad, en zonas rurales sacrificaban a una cabra y hacían de su piel una nueva gaita. Luego esta tradición cayó en el olvidado, y algunos músicos durante toda su vida tocaban el mismo instrumento.

Hace falta señalar que Ales Los aprendió la tecnología de fabricación de la gaita de sus abuelos-artesanos y también al recorrer ciudades y pueblos belarusos y al acumular experiencias y mucho conocimiento. Ales se sonríe:

— Yo tenía un amigo talador único, que trabajaba sin ninguna herramienta eléctrica. A su vez, yo tengo un pequeño taller de producción: sierras de cinta, todo tipo de máquinas herramienta y sólo me falta tiempo para trabajar.


La casa donde la madera se convierte en sonido


Su taller se encuentra justo aquí, en su casa. Ales Los se mudó aquí en 2009, aunque el terreno fue adquirido a finales de los años noventa del siglo pasado. Anteriormente, el mismo perteneció a la familia de Mikhail Tishkévich, a quien pasaba para visitar, según cuenta lugareños, el mismo Yakub Kolas, el reconocido escritor belaruso. Es un lugar perfecto. Escondido entre el bosque y el río, Yershovka, por un lado, pero, al mismo tiempo tiene contacto con la civilización, pues a sólo dos kilómetros de este sitio pasa la carretera Minsk — Volozhin:

— Toda mi vida he soñado con tener esta casa. Aquí encontré mi propio paraíso. El camino hacia la misma era bastante largo y duro: viví algún tiempo en Polonia, Alemania y los Estados Unidos. En total, casi diez años pasé en el exterior. Tenía buen trabajo, ganaba mucho dinero, pero en lo más profundo de mi alma siempre quería regresar a mi tierra natal. Por lo tanto, volví a Minsk y algún tiempo más tarde me fui de la bulliciosa ciudad al campo.

Hace varios años atrás, Ales Los se dedicó al desarrollo del ecoturismo. Registró su hacienda, “Khutar del Dudar”, donde abrió el museo de populares instrumentos musicales. Todos los fines de semana, su casa se convierte en un salón musical de la Edad Media, donde suenan a diferentes maneras las gaitas. Aquí vienen para aprender a tocar gaita no sólo los estudiantes, sino también músicos profesionales. La colección de Ales Los cuenta con más de 50 populares instrumentos musicales. Algunos de ellos permanecen en Minsk, los demás aquí, en su hacienda.

Cinco tipos de platillos. También violas, silbatos, brecas, varios saxofones y mandolinas de diferentes tipos. Por ejemplo, portuguesa y florentina. Todos los instrumentos musicales son originales, hechos a mano. El artesano toma uno de los violines y sigue contando:

— Ahora se puede raras veces ver estas bellezas. Son muy pocas personas que hacen instrumentos musicales con sus propias manos. Aunque anteriormente había muchas personas que sabían hacerlos. Y ahora todo es diferente. Para verme vienen los turistas, y cada uno sostiene en sus manos una tableta: hacen fotos, graban vídeos. Les pido no utilizar la tecnología, sino mirar con los ojos. Y me responden que grabarán todo y en casa mirarán. No sé cómo luchar contra eso...

A esta altura, es sumamente importante apoyar el interés hacia las tradiciones musicales belarusas y la cultura nacional, asegura Ales Los. Por lo tanto, la propuesta de los colegas eslovacos de presentar una solicitud conjunta para insertar en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO las tradiciones de tocar gaita a él le parece muy oportuna:

— En cierto tiempo, la gaita fue el instrumento musical más común en nuestras tierras, sin ella no se celebraba ninguna fiesta popular. Los músicos belarusos representaban a nuestra cultura en todas partes, incluso en París en la exposición agrícola. Pero luego la gaita belarusa fue excluida de la lista de instrumentos populares más importantes, y durante mucho tiempo nadie conocía la tecnología de hacer estos instrumentos ni como tocarlos. Ahora, cada vez menor número de personas conoce la gaita, tampoco los instrumentos populares. Ni siquiera los estudiantes de los colegios y universidades de música saben tocarlos. A su vez, el número de músicos disminuye. Espero que con el apoyo de la UNESCO el interés hacia la tradición belarusa de tocar gaita se lo obtendrán músicos de todo el mundo.

Magda Pospíšilová, la ministra consejera de la Embajada de Eslovaquia en Belarús:

— Al igual que en Belarús, en Eslovaquia la gaita en su momento era un instrumento muy popular, la tradición de tocarla pasaba de generación a generación. Nuestro país se enorgullece de nuestro pasado musical, y para nosotros es muy importante mantenerlo. Es bueno que la parte belarusa ha apoyado nuestra propuesta de unirse al archivo multinacional, “La cultura de la gaita”. Estamos dispuestos a prestar asistencia variada en el establecimiento de conexiones entre artistas y artesanos, es decir, todos aquellos que están contribuyendo en la conservación del patrimonio cultural inmaterial. Espero que nuestra solicitud sea aceptada y el próximo año la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO tenga un elemento más.

DATOS

Hasta ahora, el único elemento intangible de la cultura belarusa, incluido en los catálogos de la UNESCO, es el rito navideño, “Reyes”, que se celebra en el pueblo de Sémezhevo, municipio de Kopyl, provincia de Minsk. En 2009, una ceremonia fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO como la necesidad de la protección muy urgente.

La cuestión de la inclusión de otro elemento de nuestra cultura –las fiestas tradicionales celebradas en honor del Icono de la Madre de Dios de Budslav (Budslau Fest) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO– será estudiada en la 11ª reunión del Comité Intergubernamental de la Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial, que tendrá lugar en el período del 28 de noviembre al dos de diciembre de 2016 en Addis Abeba (Etiopía).

Juliana Leonóvich
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