Los mineros que extraen la sal por lo general no sufren enfermedades respiratorias

Los científicos aseveran que hace trescientos millones de años en el lugar de la ciudad belarusa de Soligorsk situada en la provincia de Minsk hubo lagos con pescado y mariscos. Pasaba el tiempo, unos continentes bajaban, otros subían. El suelo donde crecían helechos se encontró bajo el agua y el fondo de mar se convirtió en tierra seca. El agua salada del mar se evaporaba, las sales se cristalizaban en gran pastel de capas de colores bajo las rocas del yacimiento de muchos metros.


Los expertos han señalado desde hace tiempo que los mineros que extraen la sal por lo general no sufren enfermedades respiratorias. No es sorprendente que en los inferiores la temperatura siempre es igual: 16 grados sobre cero, y la humedad es óptima y siempre la misma. Pero lo más importante son iones ligeros, microscópicos, en partes micras de aerosol proporcionados por el sodio de potasio. Ellos estimulan órganos respiratorios y ayudan a los pacientes con asma bronquial, bronquitis crónica y fiebre del heno a regresar a su vida normal.

Hace falta señalar que las clínicas similares se encuentran también en Ucrania, Armenia, Kirguistán y en los Urales, Rusia. Pero en ellas, al igual que en otros balnearios de Europa y Asia, no hay unidades médicas equipadas con el sistema de ventilación individual. Pero en la ciudad de Soligorsk existen y sirven para proteger a los pacientes de los microbios patógenos del vecino.

Además de eso, poco probable ver en otros lugares las paredes, el suelo y el techo con capas de dos tipos de la sal de potasa: de color rosado y blanco. En unas unidades médicas hay más capas de color blanco, y en otras más unidades con capas de color rosado. Por lo tanto, los médicos tomando en consideración las características de la enfermedad proponen al paciente la unidad médica más apropiada.