De las ruinas y cenizas al sol

Aquí están los hechos poco conocidos sobre como se recuperaba Belarús, una vez acabó la guerra
Aquí están los hechos poco conocidos sobre como se recuperaba Belarús, una vez acabó la guerra

Todo en nuestra vida está vinculado bien estrechamente. Parece que a mí no me deba interesar mucho, cómo vivió la gente en aquellos años de posguerra, cuando Belarús trataba de recuperarse después de los trágicos acontecimientos y enormes destrucciones. Nací en los años cincuenta del siglo pasado... Sin embargo, el deseo de conocer, cómo en en tiempo tan corto nuestro país logró recuperar la economía destruida por completo, para mí es una continuación bien lógica de las historias contadas por mi padre, Yosif Nikoláevich Prischepa, aldeano, nacido en 1928 en el municipio de Kletsk, que una vez acabó la guerra, participó activamente la reconstrucción de la ciudad de Minsk. Al principio cumpliendo con el orden de la oficina de reclutamiento de 1946 a 1948 trabajó allí y luego fue llamado a filas y sirvió de 1948 a 1953 en el Lejano Oriente. Durante horas yo escuchaba sus historias sobre el trabajo dedicado y abnegado de la gente sencilla. Según contaba mi padre, miles de personas vivían en barracones, tiendas de campaña y llevaban el modo de vida espartano. A veces no tenían nada para comer, tenían mucho frío. Pero al sobrevivir los años de guerra y al derrotar al enemigo muy cruel, eran grandes optimistas y creían que construirían una nueva ciudad con las nuevas empresas de producción y hermosos edificios de viviendas.

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Minsk hoy en día


Cuando mi padre regresó a su tierra natal, al pueblo Oréshnitsa, trabajó de chofer en una hacienda colectiva, “Trabajo”. Y cuando viajaba a Minsk para llevar cargas, obligatoriamente pasaba por aquellos lugares, donde trabajó en su juventud, cumpliendo día tras día importantes tareas. Sin perder tiempo, la gente a mano construía obras de mucha importancia en el barrio de entonces, Chervónoye, incluso la fábrica de camiones MAZ, que a esta altura, está conocida en todo el mundo. El director de la fábrica pidió a mi padre quedarse en Minsk e incluso ofreció una habitación en un albergue (que era un gran lujo) para él y su familia, que vivía en el campo. Pero mis padres no imaginaban su vida en la ciudad. Mi madre, Vera Borísovna, también criaba a mi hermano mayor. Una parte de su ración de comida –que se daba a los trabajadores– mi padre dejaba para mi madre y mi hermano, que a veces pasaban hambre en el pueblo de Polessye. Era un momento muy difícil pata mi familia.

Tomaron todo lo que pudieron


A principios de julio, vamos a celebrar solemnemente el Día de la Liberación de Belarús de los invasores alemanes. Hace 70 años, en verano la capital belarusa, Minsk, fue liberada del enemigo, pero las batallas en las regiones occidentales del país continuaban. Como se sabe, Belarús durante mucho tiempo estuvo bajo una ocupación alemana. Ademas de eso, nuestro país fue una de las primeras víctimas de la agresión nazi entre las demás repúblicas de la antigua Unión Soviética. Sabemos que la libertad e independencia de nuestra patria fueron conquistadas por un precio muy alto de numerosas pérdidas humanas y materiales. Fallecieron millones de personas. En esta lucha abnegada nuestro país perdió su cada tercer habitante. Es más, fallecieron muchas personas civiles.

No es ningún secreto hoy en día, que los alemanes nazis tenían la intención de exterminar el pueblo belaruso. Los documentos anteriormente clasificados muestran que Berlín planeaba matar y llevar a Alemania tres cuartas de la población belarusa y el resto convertir en los esclavos. En Minsk estaba previsto alojar 50 mil alemanes, en Gómel: 30 mil, en Moguiliov y Víitebsk: por 20 y en Grodno: 10 mil. En estas ciudades belarusas los invasores alemanes planeaban utilizar como mano de obra en torno a 260 mil lugareños. Así debería ser el futuro de Belarús según el plan general, “Ost”. Los ocupantes alemanes en Belarús se aplicaban activamente las políticas y tácticas de destrucción económica. Nuestra tierra se consideraba una de las fuentes más importantes de abastecimiento de productos agrícolas del grupo de ejércitos, “Centro”, y de todo Reich. Los alemanes nazis llevaron del país todo lo que podían.

Por lo tanto, voy a tratar de pasar aquellas pérdidas económicas al lenguaje de los números. Según los expertos, durante la guerra Belarús perdió mas de la mitad de sus riquezas nacionales. Sólo las pérdidas económicas directas ascendieron a 75 mil millones de rublos (en precios de 1941), lo que es igual a 35 presupuestos anuales de la República Soviética Socialista de Belarusia de nivel de preguerra. ¿Con qué otra cosa eso podría ser comparado? Permítanme recordarles: la tasa de cambio del dólar norteamericano respecto al rublo soviético en el período de 1937 a 1950 fue la siguiente: 0, 1886. Entonces un dólar norteamericano costaba 5.3 rublos soviéticos. Resulta que nos robaron más de 14 mil millones de dólares norteamericanos.

Los invasores quemaron y destruyeron 209 de 270 ciudades y centros municipales, nueve mil 200 aldeas y pueblos. Muchas localidades fueron quemadas por completo. Fueron arruinadas fábricas y voladas todas las centrales de energía eléctrica, así como dañados cientos de kilómetros de líneas ferroviarias. En las ciudades fueron incendiados o destruidos casi todos los edificios de viviendas, hospitales y escuelas. A su vez, en un lugar de muchas casas rurales sólo se quedaban chimeneas: cientos de pueblos belarusos era imposible reconocer, una vez terminada la Gran Guerra Patria. Sin techo se quedó un tercio de la población belarusa.

Más cifras. Los alemanes nazis cortaron más de cien mil hectáreas de bosques. Fueron saqueadas diez mil granjas, 92 haciendas colectivas. Fue destruída por completo una base técnica y energética. Los nazis hicieron volar mas de diez mil edificios de las empresas industriales. Casi el 90 por ciento de la maquinaria herramienta fue llevada a Alemania. Así, en resultado de la destrucción sólo de una fábrica, “Mogvolokno” –a esta altura, es una planta de fibra artificial en la ciudad de Moguiliov– el país perdió casi 67 millones de rublos soviéticos: para los mediados de los años cuarenta del siglo pasado, según aseguran los expertos, es un monto astronómico. Este saqueo, así como la explotación cruel del potencial económico del país, finalmente, llevaron nuestra economía a una caída y destrucción. Según el nivel general de desarrollo, el país se quedó en la posición del año 1928 y en algunos sectores de la industria incluso en la posición del año 1913. La recuperación de la economía popular de Belarús despues de la liberación se complicó significativamente por el hecho de que durante el próximo año y medio seguía la guerra, y el país tenía que hacer todo lo posible para cubrir las necesidades de la guerra. Por lo tanto, en primer lugar, fueron recuperadas aquellas empresas, cuyos productos necesitaba el ejército. Despues de la liberación de Belarús la gente a mano, con palas, barras y carretillas –no había grúas o excavadoras– comenzó a desmontar ruinas y escombros. Casi no había transporte y electricidad. Pero poco a poco, en las condiciones increíblemente difíciles, se recuperaba la vida de posguerra.

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Minsk, La Ciudad Alto. El año de 1944


Todo para el frente y la Victoria


La recuperación industrial de la República Soviética Socialista de Belarusia comenzó en seguida, una vez fueron liberadas sus regiones orientales en otoño de 1943. La сaracterística de aquel momento, así como de los primeros años de posguerra es que todas las empresas de las zonas liberadas comenzaron a fabricar cosas necesarias para el frente. La atención primaria se prestaba a la industria pesada y el transporte para asegurar la ofensiva de las tropas sovieticas. En Minsk a principios de agosto de 1944 empezaron a trabajar tres fábricas. El primer tren llegó a Minsk al séptimo día de su liberación: el 10 de julio, a Molodechno el 11 de julio, a Lida el 16 de julio. En septiembre de 1944, los trabajadores de la fábrica Voroshílov de Minsk entregaron al frente el primer lote de tanques reparados.

Entoces no se construían obras básicas. Una particular atención fue prestada a la producción de los materiales de construcción y el 5 de abril de 1944 el Comité Nacional de Defensa adoptó una resolución, “Sobre las medidas de la recuperación y el desarrollo de las empresas de insumos de construcción del Comisariado de la Industria de la República Soviética Socialista de Belarusia”. Ya hasta el final del año 1944 comenzaron a funcionar 176 plantas, que producían insumos de construcción, principalmente cemento, ladrillos, cal, vidrio de ventanas y azulejos. En todas las regiones del país fueron creadas fábricas de ladrillos, que daban más de tres millones de ladrillos al año. De 150 empresas de preguerra de la industria ligera de Belarús se preservó sólo la fábrica de artículos de cuero de Minsk. Había pocos recursos, poco personal, por lo tanto, en primer lugar, se organizaba el trabajo de los pequeños talleres de la producción de prendas de vestir y calzado. En 1944, semejantes talleres fueron abiertos en Minsk, Gómel, Mozyr, Moguiliov, Bobruisk, Vítebsk, Pólotsk y algunas otras ciudades del país. Además de eso, fueron renovadas las empresas industriales de la confección, incluso la fábrica de Vítebsk, “Bandera de la industrialización”, la fábrica Volodarsky en Gómelm etc. Teniendo en cuenta que de las 78 plantas de producción de lino –que funcionaban antes de la guerra– 58 fábricas fueron completamente destruídas, la industria textil fue recuperada a partir de cero. Sus producciones las necesitaba el ejército: paño de abrigo, lencería y artículos de punto. Por lo tanto, en junio de 1944, fueron iniciadas las obras de reconstrucción en 20 fábricaas de lino, incluso en uno de los combinados más grandes en la antigua Unión Soviética: la fábrica de lino de Orsha. De otras partes de la antigua Unión Soviética a Orsha fue enviado un equipamiento necesario. En 1945, la fábrica ya producía diferentes productos de defensa, así como telas técnicas y para el paracaídas.

En el proceso de la recuperación de la industria de productos alimenticios una especial atención fue prestada a la creación de la producción de harina y cereales, carne y leche. Primeramente fueron recuperadas las fábricas de pan. Retirándose, los alemanes nazis planeaban hacer volar la empresa más importante del país, “Automat”, pero no pudieron hacerlo. Ya dos días más tarde de la liberación de la ciudad de Minsk, las fábricas de pan dieron las primeras toneladas de pan. Hasta el final de 1945, en Belarús trabajaron sólo 118 empresas del sector agroalimentario, cuyo monto de producción bruta fue de sólo el 16 por ciento del nivel anterior a la guerra.

¿Y la producción industrial? Para el final de la guerra en el país trabajaron 12 mil obras industriales, incluso ocho mil empresas y cuatro mil arteles y talleres. Si en 1944 la industria producía el 5 por ciento del monto anterior a la guerra, en 1945 el 20 por ciento. Sin embargo, había mucha escasez de medios de producción y mano de obra calificada. Varias empresas no lograron cumplir con su tarea en cuanto al monto y surtido de productos. Tampoco eficiente fue el uso del equipo, muy a menudo las empresas no tenían claro qué producir, la calidad de materias primas, materiales auxiliares y de la electricidad era muy mala. No había suficiente comida y ropa. Miles de personas vivían en barracas, sótanos y refugios subterráneos.

Trabajo por la jornada de trabajo


Muy difícilmente se recuperaba el sector agrícola del país. En primavera de 1944, un gran número de haciendas colectivas no pudieron sembrar nada, por lo tanto, fueron reducidas áreas sembradas del país casi el 40 por ciento en comparacion con las de antes a la guerra. Los primeros trabajos agrícolas en 30 municipios de las provincias de Vítebsk, Moguiliov y de Polessye fueron iniciados en 1945: el Estado prestó maquinaria, semillas y ganado. En el último año de guerra el 95 por ciento de haciendas colectivas fueron recuperadas, comenzaron a funcionar tres mil MTS. Además de eso, crecieron áreas cultivadas. Sin embargo, no había mucha obra de mano: el número de personas ocupadas en el sector agrícola disminuyó dos veces. En su mayoría eran las mujeres. No habían tractores y caballos. Se utilizaban las vacas para arar la tierra. En 1945, la cosecha era baja, el monto de cereales era la mitad en comparación con los teimpo de antes a la guerra. Los salarios eran muy bajos y a veces no había dinero para pagar y la gente juntaba jornadas de trabajo, que luego daban derecho a obtener algo de grano, patatas o legumbres.

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De tal modo Minsk reviviera


La vida después de la Victoria


A partir del mayo de 1945, el proceso de la recuperación de la industria nacional se caracterizó por una serie de rasgos peculiares. La base material se hizo más fuerte tras las asignaciones monetarias y los suministros centralizados. Además de eso, las demás repúblicas de la antigua Unión Soviética prestaron su ayuda. Fueron reevaluadas las empresas belarusas y su importancia logística. Pero no todos conocen, que en el período de 1945 a 1947 la Administración de las Naciones Unidas para Asistencia y Recuperación suministró a Belarús equipamientos, productos alimenticios, medicinas y otros bienes materiales por un monto de unos 61 millones de dólares norteamericanos.

Otro dato más: en las obras de reconstrucción de las empresas y ciudades destruídas, así como para llevar a cabo otros trabajos fueron reclutados los prisioneros de guerra alemanes. Ellos participaron en la reconstrucción de las tres fábricas de construcción de máquinas herramienta en Minsk, en la fábrica, “Gomselmash”, en la construcción de viviendas en la capital, así como en la construcción de los edificios de la Academia Nacional de Ciencias de Belarús, del Teatro Nacional Académico de Ópera y Ballet. Halle esta información muy interesante en los archivos. Además de eso, en la construcción de la fábricas de camiones y tractores fueron ocupadas siete mil 500 personas, en la fábrica Kírov en Minsk mil 200 personas, en la fábrica de equipamiento agrícola de Gómel mil personas y en la fábrica de papel de Dobrush mil 100 personas.

En general, hace falta señalar que en Belarús, país de guerrilleros, la recuperación y el desarrollo de obras industriales se llevaba a cabo más rápidamente, que en general en el país. Fueron construidas grandes empresas. Pero algunos sectores de la industria fueron creados a partir de cero.

Además de eso, fue sumamente importante equilibrar la estructura territorial de la producción industrial. Por lo tanto, la prioridad fue la construcción de las fábricas y plantas en las regiones occidentales del país.

Según el decreto del Comíte Nacional de Defensa del 26 de mayo de 1945, “Sobre las medidas de reestructuración de la industria debido a la reducción de la producción de armamentos”, muchas empresas belarusas estaban exentas de la producción de los bienes para la guerra, ellos comenzaron a fabricar artículos del consumo popular. Sus funciones las recuperaron monopolios, comisariados de la industria forestal, ligera, de productos alimenticios, textil, láctea, de carne, etc. Entre diferentes sectores de la economía nacional fueron formadas las nuevas proporciones. Así que las fábricas y plantas tuvieron por tarea de comenzar a producir artículos civiles.

Plan de posguerra de cinco años


En la Ley sobre el plan de quinquenio de la recuperación y el desarrollo de la economía nacional de la República Soviética Socialista de Belarusia para el período de 1946 a 1950 –se trata de cuarto quinquenios soviéticos– fueron presentadas las tareas más importantes en el campo de la industria. Es más, fue previsto no sólo recuperar el nivel anterior a la guerra, sino superarlo un 16 por ciento. No vamos a ocultar una verdad cruel: los dirigentes del país contaban con un desarrollo de la industria principalmente a partir del sector agrícola y la caída del nivel general de la vida de la población. Lo que comprueban los cálculos: el monto de las inversiones básicas en la industria fue mayor de más de siete veces del monto de inversiones en el sector de construcción y tres veces y media en el sector agrícola. Una gran atención fue prestada al desarrollo de la industria pesada, la base de la recuperación y el desarrollo de la agricultura. Además de eso, importantes tareas fueron puestas antes de la industria forestal, de elaboración de madera, de turba, así como antes de la producción de materiales de construcción. Además de eso, se planeaba el crecimiento previsto de bienes de consumo popular, pero no siempre se cumplían los planes previstos.

A pesar de muchas dificultades, los belarusos trabajaban con un gran entusiasmo. Ya en 1946, el plan de crecimiento de la producción industrial bruta fue cumplido el 102 por ciento. A su vez, la productividad de trabajo creció el 15 por ciento. El monto de la producción industrial en comparacion con el año 1945 aumentó hasta dos veces. Fueron construidas y puestas en marcha las plantas más grandes: las empresas de camiones y tractores en Minsk, la fábrica de locomóviles en Moguiliov, la planta de elaboración de madera en Bobruisk, la fábrica de lino en Orsha, la fábrica de papel en Dobrush, la fábrica de ropa, “Bandera de industrialización”, y la fábrica de medias y prendas de lana, “KIM”, en Vítebsk. Además de eso, fueron puestas en funcionamiento las primeras líneas de las plantas del paño en Minsk y Grodno y varias empresas de la industria de víveres. Las fábricas de camiones y bicicletas, así como la fábrica de Gómel, “Locomotora de la revolución”, ofrecieron sus primeros productos.

Como pueden ver, estimados lectores, fueron llevadas a cabo no sólo las obras de la recuperación de la producción, sino tuvo lugar su rápido crecimiento en los términos más cortos posibles, a cualquier precio, con los esfuerzos máximos de todo el pueblo belaruso. Los planos fueron tomados como una tarea más importante de la realidad de posguerra. También la gran victoria –obtenida en la lucha contra un enemigo muy poderoso y cruel– daba fuerzas, causaba gran entusiasmo, inculcaba la confianza del pueblo en un gran futuro y acompañaba el heroísmo laboral y la disposición de superar todos los obstaculos.

Éxitos y fracasos


Desde lo alto de años pasados ahora es fácil notar que aunque en el país fueron creadas las industrias de construcción de camiones, tractores, locomóviles, maquinaria de construcción de carreteras, máquinas de coser, bicicletas, no logramos calcular todo. En resultado, sucedió el desarrollo excesivo de la industria pesada, lo que fue todo un desequilibrio en la estructura de la economía nacional. Pero no teníamos recursos y carecíamos de mano de obra para llevar a cabo la “superindustrilización”: la mayor parte de las materias primas fueron importadas de las plantas metalúrgicas de Ucrania y Rusia. A propósito, a partir de entonces las empresas de producción belarusas están firmemente vinculadas con la economía de los países vecinos. Como la reconstrucción de las empresas fue llevada a cabo principalmente por la cuenta de la industria ligera y la agricultura, con el paso del tiempo este desequilibrio causó serios problemas en la sociedad: el volumen de productos alimenticios y bienes de consumo no satisfacían la demanda. Hoy en día, podemos asegurar, que el desequilibrio de los planes y la imposibilidad del sistema de administración de manejar con eficacia los recursos frenaban mucho el desarrollo del sector industrial,en particular, y la economía belalrusa, en general.

Bueno, es imposible reescribir la historia... Y no hace falta culpar a nadie por aquellos errores: la gente trabajaba como podía, como sabía, no tenía la posibilidad de estudiar en las universidades extranjeras, como se hace ahora. Lo más importante, que nuestros padres no se sentían deprimidos por las dificultades de posguerra, sino al contrario, tenían fuerzas para crear en nombre de la Gran Victoria. A los principios de los años cincuenta del siglo pasado toda la producción nacional alcanzó su nivel anterior a la guerra. ¡En cinco años! Y me gustaría señalar que todas las repúblicas de la antigua Unión Soviética ayudaron a recuperar la economía belarusa. Junto con los belarusos trabajaban los profesionales altamente cualificados procedentes de Rusia, Ucrania y otras repúblicas, que sentaban las bases de la industria nacional y aportaban a la consolidación de las relaciones entre de las naciones hermanas.

Trabajando en los archivos, he llegado a una conclusión que es muy complicado conocer toda la verdad en cuanto a la recuperación de la economía de Belarús en los primeros años después de la guerra, así como analizar todos los aspectos de los éxitos y las causas de los fracasos. Entre otras cosas, creo que hemos logrado entender mejor a nuestros padres, por qué tuvimos problemas con el abastecimiento de las tiendas con productos alimenticios y bienes de consumo en el período de los años setenta a ochenta del siglo XX. Por paradójico que parezca, las consecuencias terribles de aquella guerra muy cruel se sienten incluso setenta años más tarde. Pues todo en nuestra vida está vinculado muy estrechamente.

Leonid Prischepa,
coronel retirado, candidato a doctor en ciencias económicas

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