Cañones dirigidos hacia el oeste

Algunos historiadores consideran el período inicial de la Gran Guerra Patria como el tiempo de los fracasos militares del Ejército Rojo, en cuyas filas supuestamente reinaba el caos y la confusión
Algunos historiadores consideran el período inicial de la Gran Guerra Patria como el tiempo de los fracasos militares del Ejército Rojo, en cuyas filas supuestamente reinaba el caos y la confusión. Es cierto, entonces hubo todo eso. Pero nuestros soldados y comandantes no sólo se retiraban, sufriendo enormes pérdidas. En el frente occidental tenían lugar también las batallas verdaderamente históricas, cuando se manifestó claramente todo el valor y la fortaleza de los soldados soviéticos.


 Por ejemplo, ¿cuándo tuvo lugar la primera batalla de tanques de la Segunda Guerra Mundial? Un día, en uno de los archivos militares, encontré dos fotos desde el frente: en ambas estaban presentados nuestros tanques T-26 casi destruidos. La inscripción decía: “Los tanques soviéticos destruidos en afueras de la ciudad de Brest en 1941. Sus cañones están dirigidos hacia el oeste”. Durante mucho tiempo, yo estaba tratando de aclarar el sitio de la destrucción hasta que un día pude ver un documento con la palabra, “Confidencial” –edición escasa– del coronel general, Leonid Sandálov. El documento contaba sobre la participación del 4° Ejército del Frente Occidental en las batallas en la frontera y según un juicio objetivo y las evaluaciones tal vez justas durante mucho tiempo se lo podían leer sólo un grupo muy limitado de personas: entre ellas los estudiantes de las academias militares.


Coronel, Semyon Bogdánov

El 1° de junio de 1945 el ex teniente del ejército zarista, participante de la Primera Guerra Mundial, Semyon Bogdánov, fue concedido el título del mariscal de fuerzas blindadas. El mariscal pagó un precio muy grande por la Gran Victoria: en el frente murió su único hijo, Rostislav, así como fueron asesinados sus tres hermanos y una hermana. El mismo también derramó mucha sangre: fue herido cuatro veces.


Coronel general, Leonid Sandálov

“A las 12 horas y 30 minutos nosotros llegamos al pueblo Pélische, recuerda Leonid Sandálov. Y justo en ese momento, delante de nuestros ojos las tropas principales de los dos regimientos de tanques de la 30ª División сomenzaron una operación de guerra. El enemigo no pudo resistir este fuerte ataque y volvió a retirarse otra vez hacia la ciudad de Vidoml. Eran las unidades de las divisiones de tanques 17ª y 18ª y del 47° cuerpo motorizado de Alemania”.

El coronel general, Leonid Sandálov, fue el jefe de Estado Mayor del 4° Ejército del Frente Occidental,  que defendía el camino directo y más rápido hacia la ciudad de Moscú en el trayecto Brest — Minsk — Smolensk. El 22 de junio de 1941, a partir de las primeras horas de la guerra Leonid Sandálov se fue a la línea del frente que pasaba a lo largo de la frontera. Allí montó el tanque T-26 y se fue a la ciudad Vidomlya para reunirse con el comandante de la 30ª División de Tanques, coronel general, Semyon Bogdánov. El coronel de 47 años de edad, ex oficial zarista, sólo hace un año y medio fue liberado de la prisión, en la que se encontró tras una denuncia. Fue acusado de “participar en la conspiración militar-fascista”. Pero alguien de arriba decidió salvarlo, y su caso fue analizado otra vez y se le cambiaron la penitencia de fusilamiento por una menos grave: la negligencia en la organización del entrenamiento de combate de su unidad militar. Y más tarde él fue amnistiado.

“A las 12 horas y 30 minutos nosotros llegamos al pueblo Pélische, recuerda Leonid Sandálov. Y justo en ese momento, delante de nuestros ojos las tropas principales de los dos regimientos de tanques de la 30ª División сomenzaron una operación de guerra. El enemigo no pudo resistir este fuerte ataque y volvió a retirarse otra vez hacia la ciudad de Vidoml. Eran las unidades de las divisiones de tanques 17ª y 18ª y del 47° cuerpo motorizado de Alemania”.

Con la ayuda de los amigos del club histórico militar, “Frontera” –Andrei Vorobey, Elena Vorobey y Alexander Zharkov– el verano pasado yo pude pasar por el sitio de la antigua batalla. Hoy en día en este lugar se encuentra el cruce de carreteras. Al aparcar el coche al lado de la carretera, nos fuimos a pasear por la zona en busca de rastros de la batalla de tanques. Parecía que todo había caído en el olvido, pues pasaron tantos años. Pero vi en las manos de Andrei Vorobey una pesada pieza de hierro: parte de las pistas del tanque T-26. Era una muda evidencia de la larga batalla, un documento de acero. Lo tomé y traté de imaginar aquella batalla de tanques a través de los ojos del coronel general, Leonid Sandálov, cuyo vehículo estaba muy cerca.

...Así que, vamos a recordar, el 22 de junio de 1941, las afueras de la ciudad de Brest, las primeras horas de la guerra. La 30ª División de Tanques salía de Pruzany con dos regimientos de tanques (en total 120 vehículos) y dos batallones de regimiento de infantería motorizada. Afortunadamente, los tanquistas en aquella fatídica noche –de sábado a domingo del 22 de junio– estaban en el bosque al suroeste de Pruzany y por lo tanto fueron alertados sin pérdidas. Las pérdidas comenzaron en la marcha: en el camino hacia el pueblo Poddúbnoye. Los aviones alemanes atacaron a los militares soviéticos que no eran protegidas desde el cielo.

Al dejar en la carretera Pruzany — Vysókoye unas tres docenas de vehículos destrozados, los otros noventa vehículos continuaron su camino. A las once de la mañana, dos columnas bajo el mando del comandante de la división, el coronel general, Semyon Bogdánov, pasaron por el pueblo Poddúbnoye y entraron en la intersección justo al norte del pueblo Pélische. Al encuentro se movían los tanques alemanes, que acabaron de romper la defensa del flanco derecho de las tropas soviéticas. Eran las vanguardias de la 17ª y la 18ª divisiones bajo el mando del general alemán, Walther Nehring.

Nuestros soldados, así como militares alemanes salieron inesperadamente del bosque y se encontraron en una línea de dos kilómetros cerca del pueblo Pélische. Los separaba una pradera de trébol y el campo de avena atravesados por carreteras de norte a sur y de este a oeste: desde Kamenetz a Zhábinka y desde Pruzany a Vysókoye. En el cruce había una cruz grande de carretera, puesta hace cien años, hecha de pino local, con un oscurecido crucifijo de cobre. Cristo coronado de espinas tristemente miraba la batalla que apenas comenzaba.

El ataque lo comenzaron los vehículos líderes al intercambiarse de disparos inexactos apresurados. Y en seguida, como si fuera según su señal, comenzó el cañonazo. De al lado todo esto se parecía a una batalla de reptiles prehistóricos, algunos “brontosaurios” con “tyrannosaurus”. En ellos se encontraban personas, que de vez en cuando bajaban de las cajas de acero cubiertas de llamas, sangrientas y parecidas a los animales.

El ataque ofensivo de tanquistas era muy fuerte y las tropas enemigas comenzaron a moverse hacia el bosque salvador y en el cielo aparecieron “Junkers”, que pasaban por encima de los tanques haciendo casi pique puro. Las explosiones en el cielo detuvieron el ataque de la 30ª División de Tanques y la intensidad del ataque se disminuyó.

Pero la imprevisible suerte militar сambió una vez para siempre la situación. Los aviones se alejaron y al cruce de las carreteras se acercó el segundo regimiento de la división de Semyon Bogdánov. El oficial estaba lleno de energía y entusiasmo ofensivo, y sus soldados de inmediato entraron en la batalla. Los oficiales alemanes en seguida comenzaron a analizar la nueva situación de combate y ordenaron retirarse. Los tanques alemanes rápidamente desaparecieron en el camino forestal en la dirección hacia el oeste: Vidoml. En el campo de batalla se quedaron en torno a noventa vehículos dañados que permanecían en llamas –alemanes y soviéticos– así como una cruz caída en la carretera.

Así terminó la primera batalla de tanques de la Segunda Guerra Mundial. Es una lástima que el éxito fue de corta duración. Mientras tenía lugar la batalla en la cruce de las carreteras, otra división alemana pasaba por la zona desde el norte y pensaba apoderarse del pueblo Pruzany. Por allí también comenzó una gran batalla. De los 120 tanques del coronel, Semyon Bogdánov, en el campo de batalla se quedó exactamente la mitad. El resto se retiró hacia el río Shara. Con las unidades de infantería y las tropas de la 22ª División de Tanques el coronel general, Semyon Bogdánov, con sus soldados logró salir de la cerca en la dirección hacia la ciudad de Slutsk para defenderla. Al final de 28 de junio de 1941 la división de Semyon Bogdánov sólo сontó con dos tanques T-26, tres tractores y varias decenas de vehículos.

Después de las batallas en afueras de Brest Semyon Bogdánov fue trasladado a la región más peligrosa del frente para ser comandante del área fortificada de Mozhaysk. Al mostrarse brillantemente, fue nombrado subcomandante de las Fuerzas Blindadas del 5° Ejército.

Unos meses más tarde Semyon Bogdánov encabezó el 12° Cuerpo de Tanques. Por su destino militar el general Bogdánov participó también en los combates más peligrosos: Stalingrado y Kursk, donde él era comandante del 9º Cuerpo de Tanques, así como en la operación, “Bagratión”, tras la cual fue liberada nuestra patria, Belarús.

Durante la ofensiva en Belarús Semyon Bogdánov ya era el comandante del 2° Ejército de Tanques de la guardia y luchó con sus soldados por la liberación de la ciudad belarusa de Brest. Fue fue entonces, cuando en el cruce Pélische el coronel general, Bogdánov, vio sus tanques destrozados estacionados allí desde aquel memorable combate del 22 de junio de 1941, sus cañones seguían dirigían hacia el oeste. Los alemanes no les enviaron al metal, pues las vías ferroviarias estaban demasiado lejos. Así fue encerrado en su vida el círculo militar: desde Brest hasta Brest.

Y luego fue un avance de Pomerania y la zona fortificada de Mazeritsk en afueras del río Oder, donde debajo de la tierra estaba escondido el refugio subterráneo fortificado más grande de Europa: “Campamento de lombriz de tierra”. Y por último, la ofensiva de Berlín. Otra vez los tanques de Semyon Bogdánov llegaron y se detuvieron junto a la Puerta de Brandeburgo para celebrar el Día de la Gran Victoria. Entonces en el pecho del famoso general tanquista ya brillaban dos Estrellas de Oro. Y junto a ellos permanecían cuatro órdenes de la Bandera Roja, la Orden de Suvórov de ambos grados, incontables medallas e incluso el signo de Honor Comendador del Imperio Británico.

El 1° de junio de 1945 el ex teniente del ejército zarista, participante de la Primera Guerra Mundial, Semyon Bogdánov, fue concedido el título del mariscal de fuerzas blindadas. El mariscal pagó un precio muy grande por la Gran Victoria: en el frente murió su único hijo, Rostislav, así como fueron asesinados sus tres hermanos y una hermana. El mismo también derramó mucha sangre: fue herido cuatro veces.

¿Y qué destino tuvo el rival de Semyon Bogdánov en la primera batalla, el general Walter Nehring? Él también tuvo mucha suerte de quedarse vivo entonces en 1941, después de luchar en afueras de Pélischa.

En marzo de 1942, él fue enviado a África, donde dirigió el cuerpo alemán de Áfrika y luego se convirtió en comandante de las tropas alemanas en Túnez. La situación complicada en el Frente Oriental exigió la participación de los mejores generales, y Walther Nehring dirigió cerca de Vínnitsa el cuerpo de tanques. Tal vez podrían volver a combatir los viejos rivales –Nehring y Bogdánov– en los campos de las nuevas batallas. De todos modos, en la batalla por Berlín, ellos sin duda luchaban entre sí.

Pero el resultado de la guerra era predestinado: el coronel general soviético, Semyon Bogdánov, puso la bandera roja en el Reichstag, a su vez, el general de fuerzas blindadas alemanas, Nehring, en este momento estaba en el campo estadounidense al igual como una vez estaba en el campo soviético Semyon Bogdánov. Pero aquí por un capricho del destino ellos pasaban por las cosas casi iguales. Pues dos veces Héroe de la antigua Unión Soviética, Semyon Bogdánov, seguía teniendo penitencia en vida. Es increíble, pero es un hecho: el mariscal de fuerzas blindadas, Semyon Bogdánov, fue rehabilitado por el Pleno de la Corte Suprema de la antigua Unión Soviética sólo en 1968, siete años después de su muerte.

Para honrar la memoria del mariscal, Semyon Bogdánov, en la ciudad rusa de San Petersburgo fue puesto su busto de bronce. Además de eso, su nombre llevan las calles en Moscú, Sebastopol y Pruzhany.

En honor a Walther Nehring también fue nombrada una calle en la ciudad alemana de Stadtallendorf: “General Nehring Strasse”. Después de ser liberado de la presión en los Estados Unidos en 1948, el ex comandante pudo hacer una carrera exitosa también en la vida civil. Él sobrevivió un poco a su rival ruso y murió en 1983 en Düsseldorf. Él tenía 90 años. A su vez, el mariscal, Semyon Bogdánov, murió en 1960 a los 66 años de edad.

Pero por algo dicen: no importa, cuántos años vivió una persona, sino cómo los vivió. Semyon Bogdánov vivió su vida muy dignamente. Siempre estará en nuestra memoria.

Nikolai Cherkasov
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