
“El memorial debe convertirse en el objeto del significado europeo que abre la naturaleza antihumana de la política nacista en relación a la población pacífica de Europa. Eso será el tributo de la memoria a tales generaciones que sufrieron de todas dificultades y pruebas del siglo ХХ, el lugar de la devoción de toda la gente quien aprecia los valores del humanismo y el futuro de paz”, — dijo el Presidente.
El campo de concentración “Trostenets” fue el más grande en el territorio de la Unión Soviética, y está en la misma línea negra con “Osventsim”, “Majdanek”, “Treblinka”. Aquí los fascistas exterminaron más de 200 mil personas de diferentes creencias y nacionalidades, eslavos, judíos, gitanos y muchos más. “En el año 1944 las tropas que liberaron Belarús de los agresores alemanes-fascistas vieron la ceniza de los hornos aún no enfriados, y se quedaron estupefactos por los delitos antihumanos que habían sido cometidos en el “Trostenets” durante varios años. En el área de más de cien hectarias los nacistas crearon una fábrica de muerte verdadera. Detrás del alambre espinoso se sometían a los maltratos feroces y se exterminaban nuestros guerrilleros y los clandestinos, prisioneros de guerra, la población pacífica. Decenas de miles de los judíos fueron forzosamente llevados por los fascistas hacia aquí desde el ghetto de Minsk y además llevados en los trenes desde los países de Europa Occidental”, — señaló el jefe del estado. — Belarús que perdió en los años de la guerra cada uno de los tres habitantes, jamás olvidará aquellas páginas terribles de la historia.