Si alguien piensa que los carteles de cine no es el arte, no sabe nada de la verdadera creatividad. Es arte y muy buen arte
22.02.2016 14:29:19
Si alguien piensa que los carteles de cine no es el arte, no sabe nada de la verdadera creatividad. Es arte y muy buen arte.
Para comprobarlo, basta con visitar la exposición, “El cine belaruso de los años de veinte a treinta del siglo XX en los carteles de cine”, celebrada en el Centro de Negocios y Cultura de la Embajada de Belarús en la Rusia.
Aquí están presentadas verdaderas obras de arte, para adquirirlas los coleccionistas de Europa están dispuestos a pagar muy buen dinero. Lo supe haciendo recorrido por la exposición en la compañía del director del Museo de la Historia del Cine Belaruso, Igor Avdéev.
— Por ese trabajo nos ofrecieron un monto con cinco ceros: nos acercamos al cartel para el cine, “El odio”. La película fue grabada por el director de cine Yuri Tárich, fundador del cine belaruso, un aventurero con los momentos dramáticos de la biografía. Yuri Tárich nació en 1885 en la ciudad polaca de Plock, en la familia del coronel del ejército zarista. Allí estudió en la escuela rusa. Más tarde, participó en la guerra ruso-japonesa y en la primera guerra mundial. Y entre las guerras estuvo en el exilio en la provincia de Tobolsk por pensamientos libres que se atrevió a expresar públicamente.
— ¿Cómo se dedicó al cine?
— Estando en el exilio, se interesó en el teatro, actuó en el escenario del teatro de Tobolsk y fue aceptado muy bien por el público. Se hizo famoso como un gran actor dramático. Más tarde, durante un tiempo colaboró con Meyerhold. En realidad, el cine, así como el teatro es un ambiente muy especial. Después de la Revolución de Octubre, Yuri Tárich se dedicó al cine. En 1926, hizo la película, “Historia de Bosque”, sobre la guerra entre la antigua Unión Soviético y Polonia de 1920. Oficialmente, esta cinta se considera la primera película belarusa. Para verla la gente hacía mucha cola.
— ¿Y no oficialmente?
— Existe una historia bastante curiosa. El Cine Estatal de Belarús –creado para desarrollar la industria cinematográfica en Belarús– comenzó a funcionar el 6 de enero de 1925. En el plan a largo plazo la película número uno fue la cinta, “Kastus Kalinouski”, dedicada al héroe del levantamiento belaruso contra el zarismo. Por no poder formar el grupo de producción, la película, “Kastus Kalinouski”, fue estrenada sólo a finales de 1928.
Y el primer proyecto resultó ser, según fue escrito en el plan, “una película popular sobre la lucha contra la prostitución”, grabada por Osip Frelif, graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Moscú, que había traído el guión. Esta película fue rodada en Moscú y con el nombre de “Prostituta” fue presentada en 1926 justo después de la “Historia de Bosque”.
— La exposición está dedicada al cine belaruso de los años de veinte a treinta del siglo pasado.
— Es valioso el mismo hecho de la recuperación de esta colección. Pues la mayor parte del archivo fílmico de Belarús se perdió durante la guerra. Los alemanes llegaron a Minsk el 28 de junio y no hubo tiempo para evacuar nada. Además de eso, durante el bombardeo de una de las construcciones del Cine Estatal de Belarús –situado en el centro de la ciudad de Minsk– se estalló una bomba, al destruir muchos objetos muy valiosos. Para llevar a cabo la restauración se necesitaron décadas que incluyeron numerosas búsquedas en diferentes archivos, incluso en la capital rusa, Moscú.
— ¿Y la ayuda de los coleccionistas privados? ¿Se la pidieron?
— En Moscú, todavía hay un mercado negro, donde se puede adquirir los artefactos originales. Nosotros con la ayuda de patrocinadores hemos adquirido algunas muestras para nuestra colección.
— Muchos de los directores de cine tuvieron la posibilidad de cumplir con sus ideas creativas, que no había podido realizar en casa. Por ejemplo, Leonid Necháyev es moscovita, pero en Moscú no se le daban rodar películas por mucha competencia. Él vino a nuestro país e hizo en Minsk dos musicales de niños, “Las aventuras de Pinocho” y “Caperucita Roja” con la participación de Yana Poplávskaya.
— Las canciones de guerra de Vladímir Vysotsky...
— ...Por primera vez ellas también sonaron desde la pantalla en los estudios cinematográficos, “Belarusfilm”. En las cintas grabadas por el brillante director de cine belaruso, Víktor Túrov, gran amigo de Vladímir Vysotsky. Y cuando el último tenía un período difícil, Túrov le ayudó, al invitar a participar en su película, “Vengo de la infancia”. En las cintas,“Cigüeñas”, “Fosas comunes” e “Hijos se van a combatir”, todas las canciones son de Vladímir Vysotsky.
— ¿Cuántas películas fueron creadas en los años de veinte a treinta del siglo XX?
— Más de sesenta. Pero el destino de muchas de ellas fue muy trágico. Después del año 1937 las cintas se encontraron en la lista prohibida y fueron destruidas. El número total de películas destruidas llegó a treinta. Entre ellas “La altura de 88.5”.
— ¿Y qué malo tenía?
— Stalin proclamó el Ejército Rojo más avanzado en el mundo, y todas las conversaciones sobre la defensa y es más sobre los posibles combates en el cercado enemigo se consideraban el sabotaje. En la película estaba presentada la escena de ejercicios militares, cuando una de las unidades, según la leyenda, se encontró en el cercado enemigo. La cinta, “La altura de 88.5”, fue prohibida y en unos pocos años fue destruida. Sobrevivió solamente su cartel de anuncio.
Aquí están presentadas verdaderas obras de arte, para adquirirlas los coleccionistas de Europa están dispuestos a pagar muy buen dinero. Lo supe haciendo recorrido por la exposición en la compañía del director del Museo de la Historia del Cine Belaruso, Igor Avdéev.
— Por ese trabajo nos ofrecieron un monto con cinco ceros: nos acercamos al cartel para el cine, “El odio”. La película fue grabada por el director de cine Yuri Tárich, fundador del cine belaruso, un aventurero con los momentos dramáticos de la biografía. Yuri Tárich nació en 1885 en la ciudad polaca de Plock, en la familia del coronel del ejército zarista. Allí estudió en la escuela rusa. Más tarde, participó en la guerra ruso-japonesa y en la primera guerra mundial. Y entre las guerras estuvo en el exilio en la provincia de Tobolsk por pensamientos libres que se atrevió a expresar públicamente.
— ¿Cómo se dedicó al cine?
— Estando en el exilio, se interesó en el teatro, actuó en el escenario del teatro de Tobolsk y fue aceptado muy bien por el público. Se hizo famoso como un gran actor dramático. Más tarde, durante un tiempo colaboró con Meyerhold. En realidad, el cine, así como el teatro es un ambiente muy especial. Después de la Revolución de Octubre, Yuri Tárich se dedicó al cine. En 1926, hizo la película, “Historia de Bosque”, sobre la guerra entre la antigua Unión Soviético y Polonia de 1920. Oficialmente, esta cinta se considera la primera película belarusa. Para verla la gente hacía mucha cola.
— ¿Y no oficialmente?
— Existe una historia bastante curiosa. El Cine Estatal de Belarús –creado para desarrollar la industria cinematográfica en Belarús– comenzó a funcionar el 6 de enero de 1925. En el plan a largo plazo la película número uno fue la cinta, “Kastus Kalinouski”, dedicada al héroe del levantamiento belaruso contra el zarismo. Por no poder formar el grupo de producción, la película, “Kastus Kalinouski”, fue estrenada sólo a finales de 1928.
Y el primer proyecto resultó ser, según fue escrito en el plan, “una película popular sobre la lucha contra la prostitución”, grabada por Osip Frelif, graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Moscú, que había traído el guión. Esta película fue rodada en Moscú y con el nombre de “Prostituta” fue presentada en 1926 justo después de la “Historia de Bosque”.
Cómo salvaban la colección
— La exposición está dedicada al cine belaruso de los años de veinte a treinta del siglo pasado.
— Es valioso el mismo hecho de la recuperación de esta colección. Pues la mayor parte del archivo fílmico de Belarús se perdió durante la guerra. Los alemanes llegaron a Minsk el 28 de junio y no hubo tiempo para evacuar nada. Además de eso, durante el bombardeo de una de las construcciones del Cine Estatal de Belarús –situado en el centro de la ciudad de Minsk– se estalló una bomba, al destruir muchos objetos muy valiosos. Para llevar a cabo la restauración se necesitaron décadas que incluyeron numerosas búsquedas en diferentes archivos, incluso en la capital rusa, Moscú.
— ¿Y la ayuda de los coleccionistas privados? ¿Se la pidieron?
— En Moscú, todavía hay un mercado negro, donde se puede adquirir los artefactos originales. Nosotros con la ayuda de patrocinadores hemos adquirido algunas muestras para nuestra colección.
“Pinocho” en Minsk
— Las canciones de guerra de Vladímir Vysotsky...
— ...Por primera vez ellas también sonaron desde la pantalla en los estudios cinematográficos, “Belarusfilm”. En las cintas grabadas por el brillante director de cine belaruso, Víktor Túrov, gran amigo de Vladímir Vysotsky. Y cuando el último tenía un período difícil, Túrov le ayudó, al invitar a participar en su película, “Vengo de la infancia”. En las cintas,“Cigüeñas”, “Fosas comunes” e “Hijos se van a combatir”, todas las canciones son de Vladímir Vysotsky.
“La altura de 88.5” fue destruida por el orden de Stalin
— ¿Cuántas películas fueron creadas en los años de veinte a treinta del siglo XX?
— Más de sesenta. Pero el destino de muchas de ellas fue muy trágico. Después del año 1937 las cintas se encontraron en la lista prohibida y fueron destruidas. El número total de películas destruidas llegó a treinta. Entre ellas “La altura de 88.5”.
— ¿Y qué malo tenía?
— Stalin proclamó el Ejército Rojo más avanzado en el mundo, y todas las conversaciones sobre la defensa y es más sobre los posibles combates en el cercado enemigo se consideraban el sabotaje. En la película estaba presentada la escena de ejercicios militares, cuando una de las unidades, según la leyenda, se encontró en el cercado enemigo. La cinta, “La altura de 88.5”, fue prohibida y en unos pocos años fue destruida. Sobrevivió solamente su cartel de anuncio.
Boris Orékhov