Éxitos en el sector agrícola

Históricamente, el pueblo y la tierra es la piedra angular, en la que sobrevivió nuestro pueblo
Históricamente, el pueblo y la tierra es la piedra angular, en la que sobrevivió nuestro pueblo. Precisamente la producción en las zonas rurales garantiza la seguridad alimentaria del país. Aún en la antigua Unión Soviética, Belarús ocupó un puesto líder en términos de desarrollo del sector agrícola. En los años de 1990 a 1991 del siglo pasado, producíamos carne y leche per cápita más que Alemania, Francia y Gran Bretaña; y el grano un tercio más que los países de la actual Unión Europea. Además de eso, fuimos líderes en el mundo en la producción de patatas y fibra de lino. Con el colapso de la antigua Unión Soviética la situación se cambió mucho. Las reformas –llevadas a cabo en los años noventa del siglo pasado– llevaron a la destrucción del sistema de subsidios y el crecimiento del número de empresas agrícolas no rentables. La base material del complejo agroindustrial fue destruida, el potencial técnico y económico fue disminuido, la disparidad de los precios de los bienes industriales y productos alcanzó proporciones espaciales. Los sueldos de los aldeanos eran 10 dólares norteamericanos en equivalente. Pero la agricultura, incluso en los años más difíciles ocupaba en la estructura del PIB el 10 por ciento, y la industria de procesamiento de alimentos en su conjunto ocupaba casi un tercio. Precisamente este hecho determinó en gran medida el objetivo de la reactivación y el desarrollo de las zonas rurales de Belarús.


Tierra firme

El Decreto Presidencial firmado el 6 de febrero de 1995, “Sobre las medidas encaminadas a un mayor desarrollo de la producción agrícola”, marcó la etapa post-soviética de reactivación del campo. Comenzó la reorganización de las empresas agrícolas y aparecieron sociedades anónimas. En el año 2000, se presentó la necesidad de implementar un nuevo conjunto de esfuerzos organizativos, económicos y sociales. Fue aprobado un programa de mejora del complejo agroindustrial destinado para el período de 2001 a 2005. Y con el mismo se inició un período de desarrollo estable. También fue justificado un rumbo hacia la creación y el fortalecimiento de la producción a gran mercancía. El 25 de marzo de 2005, fue firmado el decreto No. 150, “Sobre el Programa Nacional de Desarrollo Rural Sostenible para el período de 2005 a 2010”. Dos direcciones principales son el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida de las personas. Se hace hincapié en la intensificación de la producción, la introducción de avances científicos y tecnológicos. En resultado, si en 2002, el monto de las exportaciones de empresas del Ministerio de Agricultura y Productos Alimenticios de Belarús alcanzó 234 millones de dólares norteamericanos, mientras que en 2007 el monto de exportaciones superó mil millones de dólares norteamericanos. Según el consumo de carne nuestro país ocupó el primer lugar en la Comunidad de Estados Independientes y según el consumo de leche el segundo. El tema central del actual Programa Nacional de Desarrollo Rural Sostenible (2011-2015) es la mejora constante del estado del complejo agroindustrial.

Modern Talking, o clásica para vacas

Hace medio siglo, el rendimiento promedio de grano en nuestro país fue de alrededor de nueve toneladas por hectárea. Y en los años setenta del siglo pasado alcanzó a 17. Al mismo tiempo, las regiones del sur de Ucrania sorprendieron a todos en la antigua Unión Soviética por 30 quintales granos de récord. ¿Quién hubiera pensado que este monto para la Belarús soberana sería algo común, y algunas granjas podrán recoger hasta cien quintales por hectárea? Los cambios significativos se han producido en las últimas dos décadas también en la cría de animales. La realidad de hoy día es la música clásica en muchas empresas de cría de vacas, las ordeñadoras en uniforme limpio y un montón de equipos de alta tecnología. Así son nuevas granjas de lecheras. En 2013, el viceprimer ministro de entonces, Piotr Prokopóvich, ha señalado: “Si ahora hubiéramos podido tener dos millones 500 mil vacas, como en 1992, y cada vaca hubiera dado cinco mil litros de leche, no tendríamos ningún problema en absoluto en la economía”. En cualquier caso, el objetivo es pasar de actuales cinco mil 800 millones de dólares norteamericanos de exportaciones de alimentos a siete mil millones de dólares ya no se parece tan improbable como lo era antes. Nuestros quesos, yogur, crema agria y mucho más no son sólo están conocidos en el extranjero, sino también gozan de una demanda cada vez más creciente.

Invernaderos para obtener éxito

Hace diez años el Gobierno ha proporcionado a uno de los bancos las garantías de préstamos destinados para la construcción de invernaderos de invierno de ahorro de energía. Es más, cada economía tenía su propio proyecto de invernadero. A veces, incluso se tuvo que construir líneas eléctricas separadas, reconstruir calderas y colocar adicionales conductos de calor. Pero el resultado no se hizo esperar mucho. Hoy en día, el rendimiento en estos invernaderos no es menor que en los de los países de la Unión Europea, y algunas de nuestras economías ya cultivan melones y sandías. No se quedan atrás tampoco los agricultores privados: los famosos pepinos de Stolin se puede comer no sólo en Belarús en la primavera, sino también adquirirlos en los mercados de las ciudades rusas de Moscú y San Petersburgo.

Ciudades cerca de tierra cultivable

Nuestro país cuenta con más de un millar de pueblos agrícolas. Y no se trata sólo de una serie de casas pintadas a diferentes colores, que agradan a los turistas. Esto es un nuevo tipo de asentamientos rurales. Y una buena manera de detener a los profesionales en el campo. De hecho, los pueblos agrícolas belarusos son localidades con todas las comodidades con una infraestructura social y de producción bien desarrollada. Tienen electricidad, gas y caminos de asfalto, así como buena comunicación con centros municipales y provinciales. Además de eso, hay tiendas, jardines de infancia, escuelas, instalaciones deportivas, clínicas ambulatorias e instituciones culturales. Y esta experiencia está demandada en el extranjero: los pueblos agrícolas según nuestros proyectos ya se están construyendo en Venezuela, Kazajistán y Rusia. Se unen también Azerbaiyán y Sudáfrica. El famoso actor francés, Gerard Depardieu, nombró único en Europa nuestro programa de construcción de pueblos agrícolas.

Ciencia y tecnología en el servicio del campo

El tractor de potencia –que es más fuerte que sus análogos a veces hasta diez veces– se ha convertido en algo común en nuestros campos. Al igual como cosechadoras fabricados en las empresas de Gómel y Lida. A su vez, las secadoras de grano fascinan incluso a las personas que no tienen nada que ver con el campo. Las secadoras de grano comenzaron a fabricarse en nuestro país a partir del año 1995 por la empresa, “Amkodor”, junto con el Centro de Producción Científica para la Mecanización de la Agricultura de la Academia Nacional de Ciencias de Belarús y la Universidad Nacional Técnica de Belarús. Pero la contribución de los científicos nacionales no se limita sólo con esto. Según los balances, a partir del año en curso en el Registro Nacional adicionalmente fueron incluidos 379 tipos, entre ellos 68 de la selección nacional. En total para los principios del año fueron registrados cuatro mil 519 tipos, de ellas mil 110 fueron seleccionados por nuestros especialistas. Además de eso, el complejo agroindustrial cuenta con nanotecnología: los nuevos nutrientes, reguladores del crecimiento, biochips y vidrio para invernaderos. Cabe destacar que la durabilidad de la maquinaria cada vez más a menudo está proporcionada por el recubrimiento de largo uso.

El turismo rural al gran espectáculo del festival

El turismo rural se ha convertido en una de las opciones más atractivas de la recreación en nuestro país para nuestros ciudadanos y visitantes extranjeros. Disfrutar de la belleza de la naturaleza belarusa, ir de caza o la pesca, conocer las tradiciones culturales nacionales y hacer mismos los obsequios tradicionales se pone cada vez más de moda. Los propietarios de granjas, artesanos, representantes de la industria turística se agrupan, ofreciendo una amplia gama de servicios y creando ofertas turísticas únicas y marcas propias. En el país funcionan más de dos mil haciendas. Lo que comprende miles de puestos de trabajo, el desarrollo de la infraestructura local y buena imagen de nuestro país en el mundo.

Maxim Ósipov
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