Las exposiciones de arte –dedicadas al 70° Aniversario de la Gran Victoria en la Segunda Guerra Mundial– se han convertido en uno de los acontecimientos culturales más destacados en el país

Visión emocional de la guerra y la victoria

Las exposiciones de arte –dedicadas al 70° Aniversario de la Gran Victoria en la Segunda Guerra Mundial– se han convertido en uno de los acontecimientos culturales más destacados en el país

Las exposiciones de arte –dedicadas al 70° Aniversario de la Gran Victoria en la Segunda Guerra Mundial– se han convertido en uno de los acontecimientos culturales más destacados en el país


Sin ninguna exageración, “¡Victoria! 70” es un gran proyecto de exposición. Tal vez ni siquiera por su envergadura, aunque incluso las personas mayores no recuerdan, cuando todos los espacios del Palacio de las Artes de Minsk fueron utilizados para presentar una sola exposición. Pero la exposición –rica según su variedad artística de muy alta calidad– lo exigía. Por lo tanto, la decisión –tomada por los organizadores del proyecto, miembros de la Unión de Artistas de Belarús– fue absolutamente justificada.



En la exhibición “¡Victoria! 70”


Al lado de la obra de V.Volkov “Minsk. El 3 de julio de 1944” en el Museo Nacional de Bellas Artes

La exposición contó con la presencia de 150 artistas de todo el país: más de 400 obras de pintura, gráfica, escultura y arte decorativo y aplicado. También es sumamente importante que la exposición ha reunido a los representantes de varias generaciones de artistas: el participante más joven tenía sólo 20 y el mayor casi cien años. En un salón especial estaban expuestas las obras de los reconocidos artistas belarusos, veteranos de la Segunda Guerra Mundial: Víktor Gromyko y Leonid Shchemelev. Además de eso, el público pudo ver las obras también de aquellos artistas que lamentablemente ya no están entre nosotros. Así que esta exposición es un tributo a su memoria bendita.

La guerra y el artista es una alianza muy compleja. Es muy fácil perder la verdad. El artista, representando la realidad del proceso contradictorio a la misma esencia del hombre, no debe perder a sí mismo como un creador. Con eso la guerra no debe convertirse en un conjunto de tarjetas postales bien refinadas. Es todo un reto. Y el fenómeno principal es ni siquiera una victoria sobre el mal en sí mismo, sino el hecho de que los ganadores no hayan regresado de la guerra con las almas endurecidas.

Esto también tiene mucha importancia para el arte. En Belarús –donde la gente se sintió a full todos los horrores de la guerra– el arte obtuvo un nuevo impulso. Los años de la posguerra fueron su época dorada, pues fue creada su escuela nacional.


V. Zlenko. “Mayo”

Claro que el tema de la guerra ocupaba un lugar importante en la obra de artistas belarusos. Sin embargo, la interpretación del tema era muy distinta: desde el dramatismo de los cuadros de Mikhail Savitsky hasta las naturalezas muertas y los paisajes llenos de vida de Leonid Shchemelev. En el arte belaruso siempre estaban presentadas distintas visiones artísticas. Lo que también ha logrado demostrar la reciente exposición. Aunque en el mayor grado la exposición ha sido su esencia muy tradicional y ha demostrado la fuerza del espíritu humano y el heroísmo del soldado en su justa guerra por la liberación.

En dos pisos enteros del Palacio de las Artes están presentadas las obras dedicadas al tema de la guerra pasada. Las obras de artistas con toda su fuerza emocional e individual revelan la esencia de aquellas terribles experiencias que ha tenido que enfrentar la gente en tiempos de guerra. Por supuesto, fueron expuestos los cuadros de aquellos autores que participaron en la guerra. Se trata de los artistas populares de Belarús, Leonid Shchemelev y Víktor Gromyko. Ellos mismos lucharon en la guerra y por lo tanto tienen suficiente experiencia de vida para revelar su terrible esencia.

Además de eso, sobre las personas de este tipo dicen: sobrevivieron. Se trata de una generación, que se vio obligada a participar en la guerra. Víktor Gromyko, por ejemplo, no sólo conoció todas las dificultades de la época bien dura, sino también tomó parte en la liberación de su patria de los invasores alemanes nazis. En 1941 él ingresó en la organización clandestina que funcionaba en la ciudad de Orsha. Y luego era un explorador, un artillero de la máquina, e incluso un comandante de una unidad militar de designación especial. Además de eso, era redactor del diario, “Vengadores populares”. Detrás de estas líneas sin emoción de su biografía militar está mucho coraje y dignidad. La guerra demostró todo el amor inagotable y vital de Víktor Gromyko, que él pudo reflejar en su rica obra. Es cierto, los cuadros de Víktor Gromyko están correlacionando consistentemente con altas ideas sobre el significado de la vida, los ideales espirituales, las creencias y la responsabilidad del mismo artista. Él está reconocido en el arte belaruso como el maestro de pinturas históricas y heroicas, el paisaje épico de gran tamaño y el retrato psicológico.


Yu. Antaniuk. “Respiración de libertad”

O por ejemplo, el destacado artista de batalla, Fiodor Baranovski, uno de los primeros graduados del Instituto de Arte de Minsk. Es el pintor del realismo soviético, cuyas obras se consideran una base del arte plástico de Belarús. Fiodor Baranovski pintaba a los soldados y sus caracteres. En sus imágenes están presentadas emociones humanas, fuerza de voluntad y convicción. En una palabra, sus protagonistas son personas valientes que tienen un destino muy duro, y que han pasado con gran éxito por la vida.

Hace 70 años, Belarús fue liberada de los alemanes nazis. La guerra ya ha pasado a la historia. Pero sigue siendo una parte del destino de casi todas las familias belarusas. No podría ser de orto modo en un país, que en la guerra pasada perdió un tercio de su población.

A propósito, Fiodor Baranovski nació el 3 de julio. El día de la liberación de Belarús en 1944, el futuro artista celebró su cumpleaños número 20. Más tarde, él pintó el cuadro, “Nuestra ciudad de Minsk”, que para siempre reflejó toda la alegría del encuentro con los soldados libertadores. Pero una de las más famosas obras de Fiodor Baranovski se llama “Baño”, en la que detrás de la historia cotidiana se lee una protesta contra la guerra, que arruina vidas jóvenes. La obra se percibe como algo especial y significativo no sólo por el gran profesionalismo del artista y el sujeto bastante inesperado, sino también por una mezcla paradójica de vitalidad externa y tragedia oculta.


Pensamientos

Por supuesto, Fiodor Baranovski es todo un fenómeno en el arte plástico de Belarús. En realidad, las mismas evaluaciones podrían ser hechas con respecto a otros artistas muy takentosos: Nikolai Zalozny, Iván Dmukhaylo y Yósif Belanóvich, cuyas obras también estaban presentadas en la exposición.

Iván Dmukhaylo es uno de esos artistas raros que al participar en la Segunda Guerra Mundial, no pudo pintarla en el lienzo. En sus obras el artista siempre reflejaba toda la riqueza de la vida y la belleza de sus maravillosos instantes. Iván Dmukaylo es un paisajista excepcional y precisamente en este género artístico él pudo expresar todo su talento y todas sus habilidades.

A su vez, en las obras del ex participante de la Segunda Guerra Mundial, Yósif Belanóvich, el tema de la guerra pasada está presentado plenamente. “Fortaleza de Brest”, “Héroes de la Inmortalidad”, “Memoria”, “Soldados”: son sólo los nombres de algunos de sus cuadros dedicados a este tema muy importante. Yósif Belanóvich logró reflejar todo el humanismo del soldado libertador. Sobre este tema el artista trabajó hasta los últimos días de su vida y logró crear pinturas dedicadas a la heroica defensa de la Fortaleza de Brest, el valor de la gente de Leningrado de bloqueo, las batallas en Berlín y la liberación de su ciudad natal de Minsk.


V. Prokoptsov. “Dedicado a los coterraneos”

En general, las obras de muchos artistas belarusos –dedicados a la guerra– se destacan por el aspecto trágico, en las mismas predominan los aspectos de la resistencia heroica y la hazaña nacional. Lo que se aplica plenamente al trabajo creador del artista popular de Belarús, George Poplavski, cuyos trabajos gráficos también están presentados en la exposición. En su opinión, los artistas belarusos con sus cuadros aportaron en el reflejo de la historia de la Segunda Guerra Mundial. “Es nuestro deber, pues las víctimas –que tuvo Belarús durante la guerra– no deben ser olvidadas”, dijo George Poplavski.

Estos días, una gran exposición –dedicada al 70° Aniversario de la Gran Victoria– está presentada en el Museo Nacional de Bellas Artes de Belarús. Es cierto que el destino del arte belaruso en los años cuarenta del siglo pasado fue estrechamente relacionado con la guerra. Unos artistas estaban en el frente, otros fueron evacuados o se quedaron en el territorio ocupado. Hubo artistas una se unieron a la guerrilla. La colección de la Galería de Arte de antes de la guerra (la predecesora del Museo Nacional de Bellas Artes de Belarús) no fue evacuada a tiempo y por lo tanto, la mayoría de las obras fue saqueada o destruida durante los bombardeos e incendios.

A pesar de las duras condiciones los artistas belarusos seguían trabajando también durante la guerra. Ellos encontraron las formas más convenientes para reflejar la realidad: pequeños bocetos, croquis, esbozos de primera línea, carteles, caricaturas y retratos. Una vez liberada Belarús, los artistas realizaron una enorme cantidad de viajes a los lugares de combate y crearon muchas imágenes de los héroes de la guerra.


El pintor Taras Mikalaevich Parazhniak — es el veterano de la Gran Guerra Patria

El apogeo del tema de guerra en el arte belaruso abarca el final de los años cuarenta hasta los años setenta del siglo pasado. En la actual exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes están presentadas obras de pintura, gráfica, escultura, arte decorativo y aplicado, dedicadas a la defensa de la Fortaleza de Brest, la liberación de la ciudad de Minsk, las imágenes de guerrilleros y la glorificación de la memoria de los Héroes de la antigua Unión Soviética perecidos durante la guerra. El viejo Minay (Minay Shmyrev), Nikolai Gastello, Lev Dovator Alexei Danukálov, Konstantín Zaslónov, Piotr Kalinin, Piotr Kupriánov, Elena Mazanik, Mikhail Silnitsky y el abuelo Talash (Vasil Talash) son los héroes, cuyas hazañas han inspirado no sólo a los artistas, sino también a los escritores, compositores, directores de cine y teatro.

Y aquí, en la exposición se puede ver obras de la mayoría de los artistas populares de Belarús: Zair Azgur, Anatoly Anikéyichik, Iván Akhrémchik, Andrei Bembel, Gavriil Váshchenko, Valentín Vólkov, Alexei Glébov, Víktor Gromyko, Alexandr Grube, Lev Gumilevsky, May Danzig, Eugene Záitsev, Arlen Kashkurévich, Raisa Kudrévich, Pável Máslenikov, George Poplavskiy Mikhail Savitsky, Sergey Selikhánov, Vladímir Stelmashonok, Vitaly Tsvirkó, Vasily Sharangóvich, Leonid Shchemelev.

Hace falta señalar que el más brillante representante del “estilo severo” es el artista popular de Belarús, May Danzig, que acaba de cumplir ochenta y cinco años. Desde hace mucho tiempo todas las exposiciones más importantes cuentan con sus trabajos. May Danzig es uno de aquellos creadores que trataron de hablar directamente, en voz alta y francamente, permaneciendo siempre fiel a sí mismo, así como a sus creencias e ideales. En sus mejores obras –pinturas temáticas, paisajes urbanos, naturalezas muertas y retratos– lo más importante es el tema, idea y manera de pintar. Los cuadros del artista se caracterizan por la escala de búsqueda, despejo del sujeto y significado semántico. De modo especialmente brillante en sus pinturas está presentado el tema de la guerra. Se trata de los cuadros como: “Y recuerda el mundo salvado...”, “Belarús es la madre de la guerrillera” y “En guardia por la paz”, que forman parte de la colección de oro del nacional arte plástico. En general, las obras del artista se caracterizan con el reflejo muy especial de aquella época, el espíritu sublime y la nobleza. May Danzig con su propia manera contó sobre la guerra pasada, la paz y su querida ciudad natal de Minsk, así como sobre la gente cercana y lo que más importante sobre el tiempo en el que estaba viviendo.


Al lado de la obra de I.Kasabutski “Día de Victoria”

A propósito, la exhibición presenta obras de autores belarusos que antes no estaban exhibidas en la exposición permanente del museo, sino que también creaban una crónica artística de la guerra. Se trata de los cuadros de Leonid Osedovsky, Piotr Danelia, Abram Krol, Eduardo Kufko, Sofia Lee, Borís Nepómnyashchiy, Valentín Savitsky, Borís Uss, Vladímir Khrustaliov y Eugene Tikhonóvich, entre otros.

El diapasón de género de trabajos –presentados en la exposición– es muy amplio: desde retratos y paisajes hasta pinturas temáticas. Durante varias décadas, los artistas creaban composiciones alegóricas y metafóricas, transmitían emocionalmente y dramáticamente toda la atmósfera bien tensa de los días de la guerra. Por ejemplo, “La balada sobre la madre” de Leonid Osedovsky, “Invencibles” de Vitaly Tsvirkó, “Resistirse a la muerte” de Eugeni Záytsev, “Volveremos” de Olgird Malishevski, “En memoria de los compañeros de armas” de Nathan Vóronov, “Amapolas” de Nikolai Zalozny, “Memorias” de Israel Básov, “Puertas de Vítebsk” y “Madonna guerrillera” de Mikhail Savitsky, “Año 1941. Sobre Pripyat”, de Víktor Gromyko, “Mi nacimiento” de Leonid Shchemelev, “Derrota” de Gavriíl Váshchenko, “¡Gracias, mamá!” de Iván Ray, “Canción sobre los guerrilleros” de Vasili Súmarev.

Así, la exposición, “La Segunda Guerra Mundial en el arte”, presenta más de 60 obras del período de 1943 a 1985, que cuentan sobre los trágicos acontecimientos y la victoria en la Segunda Guerra Mundial.


Al lado de la obra de S. Vrublevskaya “Quimera”

La Gran Victoria está presentada mucho en la obra de artistas belarusos. Hay un montón de obras dedicadas a este tema. Las mejores de ellas permanecen en las colecciones del museo más importante del país. Por algo fue tomada la decisión de no limitarse con una sola exposición aunque impresionante según su envergadura. A esta altura, en la sala del museo del arte belaruso de los años de 1940 a 1980 fue organizada otra exposición bajo el título, “La guerra y la victoria en los trabajos de los artistas belarusos del siglo XX”.

La exposición cuenta con más de 60 obras de pintura, gráfica y escultura, dedicadas a la Segunda Guerra Mundial. Se trata de los trabajos de los artistas veteranos de la guerra y de la generación de la posguerra: “Retrato de Nikolai Gastello” de Andrei Bembel (1905-1986), “Fortaleza de Brest” de Iván Akhrémchik (1903-1971), “Minsk. El 3 de julio de 1944” de Valentín Vólkov (1881-1964), “Madonna Guerrillera” de Mikhail Savitsky (1922-2010), “Sobre Pripyat” de Víktor Gromyko (1923), “Sed” de Arlen Kashkurévich (1929-2013), “Naturaleza muerta con tulipanes” de Leonid Schemelev (1923) y otros. Un orgullo especial de la colección son las obras creadas durante la guerra.

Me gustaría subrayar que la exposición, “La guerra y la victoria en las obras de los artistas belarusos del siglo XX”, será celebrada durante todo el año. Y sin duda, la exposición llamará la atención. Pues refleja aquel coraje, sacrificio y heroísmo, que nos han dado por la misma vida. En la exposición están presentadas las obras más importantes de este año, dedicados al 70° Aniversario de la Gran Victoria.


Al lado de la obra de V.Suhoverhov “Por Belarús nativa” en el Museo Nacional de Bellas Artes


Exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes

De hecho, las dos exposiciones están dedicadas a la vida y su valor infinito. La memoria no se opaca. Por algo en los salones del Palacio de las Artes están exhibidas las obras también de los jóvenes artistas belarusos que muestran su propia visión emocional a los acontecimientos de la guerra, basada en los recuerdos de sus padres y abuelos.

Víktor Mikháilov
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