Verano con el ballet

Tradicionalmente antes de las vacaciones estivales el Teatro Bolshoi de Belarús regaló a los conocedores del arte coreográfico seis veladas inolvidables en compañía de las estrellas del ballet mundial, también el festival de la ópera y el ballet “Las veladas del Teatro Bolshoi en el castillo de los Radziwill” celebrado en Nésvizh
Tradicionalmente antes de las vacaciones estivales el Teatro Bolshoi de Belarús regaló a los conocedores del arte coreográfico seis veladas inolvidables en compañía de las estrellas del ballet mundial, también el festival de la ópera y el ballet “Las veladas del Teatro Bolshoi en el castillo de los Radziwill” celebrado en Nésvizh



 El proyecto “Verano de ballet en el Teatro Bolshoi” se estrenó en la pasada temporada teatral y se convirtió en uno de los eventos principales del año. Fueron demostradas las obras clásicas y modernas con participación de las estrellas del ballet mundial, nuevos espectáculos del Teatro Bolshoi y espectáculos de los teatros en gira. Además, a los espectadores les presentaron tres veladas temáticas: “La velada de la coreografía de George Balanchine”, “La velada de la coreografía de Jiri Kylian” y “La velada del ballet georgiano” en que participaron los solistas del conjunto belaruso y los bailarines del Ballet Estatal de Georgia bajo la dirección de la legendaria Nina Ananiashvili.

Este estío “Verano de ballet en el Teatro Bolshoi” era un calidoscopio de estilos coreográficos, escuelas y direcciones. El público vio los números en la interpretación de los bailarines belarusos, artistas rusos, huéspedes de Rusia, Georgia, Azerbaiyán, Estonia, Alemania, Suecia.

El festival se inauguró con una eterna obra clásica — "El lago de los cisnes" de P. Chaikovski. La música fascinante del compositor llevaba a los espectadores a un lago místico donde una joven-cisne esperaba a su príncipe. El papel de Odette (el cisne blanco) y su antagonista Odile (el cisne negro) lo interpretó la artista emérita de Rusia, primera bailarina del Ballet del Kremlin, Aleksandra Timoféyeva. En el repertorio de la bailarina hay papeles principales en los espectáculos del teatro: la princesa Florine y Aurora (La bella durmiente), Julieta (Romeo y Julieta), Giselle (Giselle), Scheherezade (Las mil y una noches), Cenicienta (La Cenicienta), Medora (El corsario), Liudmila (Ruslán y Liudmila) y muchos otros. El día siguiente Aleksandra Timoféyeva bailaba la parte del ave mágica de brillo intenso en el cuento coreográfico "El pájaro de fuego" de Ígor Stravinski. A propósito, el espectáculo fue sincronizado con el 125º aniversario del gran reformador del ballet Mijaíl Fokin.



El Teatro de Ballet Leonid Yakobsón presentó en la escena del Teatro Bolshoi de Belarús el ballet "Romeo y Julieta" de Serguéi Prokófiev en la coreografía de Antón Pímonov y con el libreto del director de escena Ígor Koniáyev.

La base de nueva lectura de la pieza de William Shakespeare se hizo una historia de choque de dos opiniones opuestas acerca del baile — conservatismo y progresía, clásica y modernismo. En el foco de la obra están la tradición y la anarquía, la búsqueda constante de nuevas formas y la intención de crear la perfección profesional de la forma encontrada una vez, el conflicto por razones del amor, la lucha de ideas y amores propios.

Los directores de escena rechazaron el libreto clásico de Prokófiev-Rádlov-Lavrovski y trasladaron la acción de las calles de Verona al tablado y bambalinas. El conflicto de la pieza de la lucha antigua entre las familias pasó al plano de la confrontación creativa: compiten no las familias sino los sistemas de arte — el clásico y el modernismo. “Dos familias igualmente respetadas” se convirtieron en dos teatros: Capulet Classic Ballet Theatre y Montague Modern Dance Theatre cuya imagen fue creada por el pintor del pueblo de Rusia Viacheslav Ókunev y el trabajador emérito de la cultura de Rusia Evgueni Ganzburg. Tales discordias y conflictos teatrales la historia del teatro mundial las sabe de memoria: la rivalidad de Goldoni y Gozzi, Moliere y el conjunto del teatro de corte italiano…

Julieta en el espectáculo de Pímonov y Koniáyev es la primera bailarina en puntillas, mejor graduada de la clase de ballet, Romeo lleva vaqueros y baila danzas contemporáneas, la nodriza trabaja de acompañante y obsequia con chocolate a las futuras bailarinas. El lugar de los habitantes de Verona lo ocuparon los espectadores — los aficionados a la alta clásica y danza moderna. En la nueva interpretación de la antigua historia se quedó sólo el desenlace trágico.

Esta temporada se estrenó el ballet Laurencia puesto por la artista del pueblo de Georgia y Rusia Nina Ananiashvili vinculada con el Teatro Bolshoi por la antigua amistad y numerosos proyectos creativos.

La demostración festivalera del espectáculo fue acogida por el público con gran entusiasmo. El principal papel femenino lo interpretó la laureada de concursos internacionales, solista del Teatro Estatal de Ópera y Ballet Z. Paliashvili de Tiflis, primera bailarina invitada del Ballet Real de Suecia Lali Kandelaki.

En el espectáculo Giselle del Teatro Bolshoi bailaba Ekaterina Borchenko, artista emérita de Rusia, solista del conjunto de ballet del Teatro Mijáilovski de San Petersburgo. A propósito, en 2003-2007 ella trabajaba en el conjunto del Teatro Bolshoi de Belarús.

En una de las veladas fueron presentados los ballets de un acto "¿Quién soy?" con la música del compositor belaruso Serguéi Cortés, Seis bailes de Wolfgang Amadeus Mozart y la parte de concierto "La danza durante el tiempo".



Algunas palabras de la función de gala. No era un simple concierto con numerosos números, sino un espectáculo impresionante con un argumento. Merece respeto Olga Kostel, laureada de concursos internacionales y directora de escena del concierto que decidió incluir en el concierto a una presentadora. Para este papel fue elegida Ekaterina Zinóvieva-Provalínskaya, artista del cuerpo de ballet que hace poco se graduó de la Facultad de Actuación de la Academia de Artes. Ella daba tono al concierto desempeñando el papel de científica-genetista que estaba buscando el gen del arte. Sus razonamientos se ilustraban con los cuadros coreográficos de la historia de la civilización humana comenzando con Zeus y otros dioses antiguos, también con el vídeo creativo. En esta narración entraron los famosos argumentos de ballet y las miniaturas modernas estilosas. En particular, la audiencia estuvo sumamente emocionada por la actuación del solista del Teatro Nacional de Berlín Vladislav Marinov que con un humor fino y maestría virtuosa demostró 101 posiciones de ballet. El concierto concluyó con una fantasía al tema belaruso que interpretaron todos los participantes del concierto, incluso los músicos.

Mijalina Cherkáshina
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