Ver una ciudad-jardín, o 5 razones para visitar Kobrin

En la plaza principal de la ciudad de Kobrin permanecen dos esculturas de bronce
En la plaza principal de la ciudad de Kobrin permanecen dos esculturas de bronce: el príncipe, Vladímir Vasilkóvich, tiende la mano hacia adelante, ofreciendo a su esposa, Olga Románovna, ver la obra que le regala de todo el corazón y con mucho amor. Entonces, en 1287, fue fundada la ciudad.



1 Visitar los lugares de Suvórov


Después de la tercera partición de la Rzeczpospolita en el año 1795, la emperatriz rusa, Catalina II, regaló la mansión, Kóbrinsky Kliuch, al mariscal de campo, Alexander Suvórov, “en posesión hereditaria eterna”. En el museo de historia militar al gran comandante se le propusieron una mansión que fue su propiedad en el siglo XVIII. Pero también las demás muestras de exposición serán toda una sorpresa para los visitantes: la sala de armas presenta rarezas únicas provenientes del siglo XV. Por ejemplo, se trata del escudo mandoble alemán del siglo XVI, así como la metralleta de Sudáev fabricada en el Leningrado sitiado.

Además de eso, el parque Suvórov es un monumento natural de importancia nacional. Es un parque más antiguo, fundado en 1768 y refleja las tendencias de moda de diferentes épocas. Hace cinco años, aquí fue construido el parque acuático.


2 Encontrar la razón para leer, “El mal de la razón”


En la historia de la ciudad de Kobrin dejó su huella el clásico ruso, el autor de la inmortal obra, “El mal de la razón”, Alexander Griboyédov. Siendo un cadete del regimiento de húsares de Irkutsk, él se instaló en la ciudad en 1813. Con estos lugares están vinculados sus primeros esfuerzos literarios.

También aquí en 1939 vivía el famoso poeta, Alexander Tvardovski, que dio al mundo la obra, “Vasili Terkin”.

Además de eso, en estos lugares nació el arquitecto del emperador ruso, Nikolái II, Semión Sidorchuk, que hizo una gran contribución a la construcción de Tsárskoye Seló a principios del siglo XX. Cumpliendo con su proyecto, en la residencia de los emperadores rusos fue construida la Iglesia de la Madre de Dios, “Calma mis penas”. Después de la revolución –que tuvo lugar en los años veinte del siglo pasado– él formó parte del grupo que se dedicó a las obras de reconstrucción de los puentes de la Fortaleza de Brest. En Kobrin, se puede pasear por las calles Griboyédov y Tvardovski. Pero por el momento en la ciudad falta la calle Sidorchuk.



3 Hacer selfi junto al cañon de Napoleón


En las afueras de Kobrin, durante la guerra de 1812, las tropas rusas bajo el mando del general, Tormásov, sostuvieron la primera resistencia al ejército de Napoleón. Junto a los muros de la Fortaleza de Pedro y Pável en San Peters­burgo en honor a este acontecimiento incluso dieron una volea ganadora. El trofeo –el cañón de enemigo– también ahora permanece en el centro de la ciudad de Kobrin.



4 Orar en honor a guerreros


En 1868, en la orilla del río, Mukhavéts, fue construida la Catedral de Alexander Nevsky en honor a los soldados muertos en las batallas contra el ejército de Napoleón. A su vez, en 1912, para el centenario de la victoria por allí cerca fue erigido un monumento.

Otro lugar de atracción turística es el convento de mujeres Spassky que el año pasado celebró su aniversario número 550. Fue fundado por el príncipe de Kobrin, John, y su madre, la princesa, Juliana. Hasta hace poco, aquí se encontraba el punto de servicio policíaco local. Hace seis años, el monasterio fue devuelto a los creyentes ortodoxos.



5 Disfrutar de la sakura del “norte”


El municipio de Kobrin es la tierra de numerosos lagos y bosques. Por lo tanto, en la zona hay muchos centros de salud que gozan de mucha popularidad entre turistas rusos. Además de eso, aquí se encuentran las casas de cazadores, donde los amantes del descanso al aire libre tienen la posibilidad de pasar bien el tiempo cazando y pescando. También hace falta señalar que la ciudad de Kobrin está llena de jardines. En la primavera aquí vienen turistas para disfrutar viendo albaricoques y melocotones floreciendo al igual que la gente que visita Japón para ver como florecen cerezos. Además de eso, aquí crecen muchas plantas exóticas para nuestra latitud. Los jardineros con ganas adquieren semillas y esquejes que aguantan con éxito nuestras temperaturas bajas.

Valentina Kozlóvich
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