Despuйs ambos se vuelven hacia la cбmara y sonrнen... Miles de veces han mostrado las famosas secuencias por el televisor, se han publicado en los libros y en los periуdicos. Hay una fotografнa tambiйn en la exposiciуn del Museo de la Historia de la Gran Guerra Patria. їCuбl es esa mujer que estб representada en la crуnica de cine? Esta cuestiуn siguiу siendo un enigma mбs de 60 aсos...
...Marнa Kondrбtievna Krushйvskaya tiene 98 aсos. Ella ve muy mal. Y contando sobre el primer dнa de la liberaciуn de la capital, mira en mi direcciуn, pero no a mн, pero como si fuera a travйs del tiempo, hacia el lejano julio del aсo 44. — En la ъltima noche de la ocupaciуn en Minsk estaba intranquilo, — recuerda Marнa Kondrбtievna. — Por la calle Grъshevskaya, donde nosotros habнamos cavado una cueva, corrнan los policнas y gritaban: “Maсana todos los habitantes deben reunirse en la Plaza Yubilйinaya”. Quй significaba esto — todos lo comprendнan. Los alemanes harбn una selecciуn: a quien fusilar, a quien enviar a los trabajos forzados. Era espantoso. Por mн misma, sobre todo por los niсos. Con tales pensamientos yo me dormн.
La maсana comenzу con un bombardeo. Varias explosiones retumbaron cerca de allн. Despuйs — dentro de un poco tiempo hubo una calma. Y despuйs se escucharon una voces emocionadas.
— ЎSalgan! ЎLos nuestros estбn en la ciudad!
Tomй a los niсos y salн a la calle. Por el camino iba una columna de motociclistas. ЎDe motociclistas soviйticos! Varios de ellos se detuvieron. Al volante estaban unos muchachos de dieciocho aсos. Pбlidos, agotados. ЎCуmo nosotros los abrazбbamos, los besamos! Y ellos estaban alegres, contaban apasionadamente:
— Nuestras tropas ya estбn en en la estaciуn Tovбrnaya y en la Plaza de Lenin... Yo tomй a mi hija y me fui corriendo. Voy corriendo y tengo miedo — puede que de repente salga un alemбn y dispare. ЎCуmo uno no quisiera morir en tal momento!
En la Plaza de Lenin habнan unos vehнculos. Marнa Kondrбtievna se detuvo al lado del primero de ellos. Cobraba aliento. Al lado, habiйndose apoyado en la rueda, dormitaba un soldado.
— Fue como si me hubiera desgarrado, — recuerda Krushйvskaya. — Yo hablaba, hablaba, lloraba... Contaba acerca de las horcas en las calles, sobre cуmo los hitlerianos ultrajaron a mi hermana de dieciseis aсos, y despuйs la mataron. Cуmo quemaron viva a la hermana de mi marido y a sus cinco hijos. Cуmo yo estaba de feliz que esta pesadilla al fin se hubiera terminado. Y el soldado guardaba silencio y escuchaba. Los ojos se le cerraban de cansancio. Despuйs йl de repente sonriу y me dijo: “ЎEn verdad Ud. pasarб a la historia! ЎMire, nos filman para crуnica de cine!” Por largo tiempo buscaba al operador entre la muchedumbre. Lo vi — y sabe Ud. que me llenу de una felicidad infinita, ya que alrededor estaban las gentes, a quienes por tan largo tiempo esperбbamos. Yo sonreн. Precisamente este momento y fue retratado en la crуnica de cine.
Asн nacieron las famosas imбgenes.
Y el aсo pasado, para el 9 de mayo, a la nuera de Marнa Kondrбtievna, que fue prisionera de un campo de concentraciуn, le llegу una felicitaciуn de parte del Presidente. En una carta estilizada como el famoso triбngulo militar del lejano aсo 43 — la sonriente Krushйvskaya. El hijo de Krushйvskaya, Aleksandr Evguйnievich decidiу que ya era tiempo, — y se dirigiу con el sorprendente relato al Museo de la Gran Guerra Patria...
Dmitri Korshun
