Tres días en la tierra belarusa estuvo el visitante de honor

Tierra bajo alas blancas

Tres días en la tierra belarusa estuvo el visitante de honor. Al bajar del avión y comenzar su visita a Belarús, el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, Cirilo, admitió que siempre tiene muchas ganas de venir a Belarús. Pero esta visita es aún más especial:


— Porque esta visita está relacionada con la celebración del 1000° Aniversario del Príncipe Santo Vladímir Bautista de la Rus, que marcó el comienzo de la civilización cristiana a los eslavos orientales y con la fe ortodoxa unió a los pueblos hermanos. Por lo tanto, la visita a Belarús –la joya preciosa en la maravillosa corona de los pueblos ortodoxos orientales– para mí es esencialmente importante y muy agradable.

A pesar del día libre, al alto visitante se lo recibió el presidente de Belarús, Alexandr Lukashenko, e incluso lo acompañó en un breve recorrido por las salas del Palacio de la Independencia. Durante charlas espirituales junto a la chimenea el mandatario belaruso dijo al Patriarca que no ve problemas entre los creyentes en nuestro país:

— Lo apreciamos mucho y vamos a hacer todo lo posible para preservarlo. Tratamos de hacer que la gente se sienta cómoda y que cada uno encuentre su propio camino hacia el Dios.

Además de eso, se conoce nuestra misión de paz en cuanto a la resolución de la situación en la vecina Ucrania. El líder belaruso fue muy honesto:

— No podemos alejarnos de la resolución de este importante problema. Somos hermanos: rusos, belarusos y ucranianos. Tenemos mismas raíces. Nos afectan mucho los problemas de nuestros hermanos. Por lo tanto, haremos todo lo posible para mitigar de alguna manera la situación y, si es posible, detener esta guerra fratricida.

En respuesta, el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Cirilo, nombró todo lo que está pasando ahora en el país hermano de gran dolor:

— Realmente es el dolor en el corazón. Hoy en día, nuestra iglesia es la única institución y la única fuerza en Ucrania, que ha podido mantener el potencial de la paz, pues ella no se identifica con ningunas fuerzas. Es imposible dividir a los creyentes según sus visiones políticas.

Un intercambio de regalos –que tuvo lugar durante el encuentro entre el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias y el Presidente de Belarús– hizo esta reunión aún más especial. El Patriarca entregó a Alexandr Lukashenko la Orden del Santo Serafín de Sarov del primer grado: la condecoración que en varias ocasiones fue otorgada a reconocidas personalidades sociales, religiosas y de Estado, así como donó el icono del Santo Vladímir. El mandatario belaruso también hizo un regalo al Patriarca Cirilo: el icono, “Ángel Guardián”, hecho por los maestros de la ciudad belarusa de Gómel.

***

Después de la reunión con el Presidente de Belarús y la colocación de ofrendas florales al Monumento a la Victoria el Patriarca Cirilo se reunió con la congregación en la catedral del Espíritu Santo de Minsk. Al final de la divina liturgia y el sermón –que fueron transmitidos incluso fuera de la catedral, en una pantalla grande– el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Cirilo, y el Metropolitano de Minsk y Zaslavl, Pável, solemnemente presentaron un timbre emitido en honor al 1000° Aniversario del Santo Príncipe Vladímir Bautista de Rus. Además de eso, el Patriarca participó en la inauguración de un nuevo Centro de Educación Espiritual de la Iglesia Ortodoxa de Belarús, así como en la santificación de la composición escultórica, “La Adquisición de la Madre de Dios”. Este icono, al desaparecer en Kíev en agosto de 1500, apareció milagrosamente en las aguas cerca del antiguo río Svísloch, junto a la Ciudadela de Minsk. Desde entonces, al obtener el nombre del icono de Minsk, nunca fue llevado de la ciudad y ahora permanece en la Catedral del Espíritu Santo en la capital belarusa.

***

La visita de Su Santidad el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Cirilo, continuó en la ciudad de Brest. El domingo, el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa celebró una Divina Liturgia en la Catedral de la Santa Resurrección, a la que asistieron miles de feligreses, así como las autoridades de la provincia y la ciudad de Brest y el clero. Y en la noche del 22 de junio, el Primado de la Iglesia ortodoxa rusa visitó la Fortaleza de Brest. Aquí él celebró una letanía lastimera por los soldados caídos en la Iglesia del Santo Nikolás de la guarnición y luego participó en un mitin-réquiem. En recuerdo de esta visita el Patriarca entregó a la Fortaleza de Brest la imagen de Nuestra Señora Madre de Dios.

Maxim Ósipov
Заметили ошибку? Пожалуйста, выделите её и нажмите Ctrl+Enter