Tesoros de Stary Dedin

El pueblo de Stary Dedin se encuentra lejos de las carreteras más transitadas
El pueblo de Stary Dedin se encuentra lejos de las carreteras más transitadas. Hasta la ciudad de Klímovichi es más de 30 kilómetros. Por otro lado está el municipio de Shumyachy, Rusia. Desde los tiempos antiguos en esta localidad viven los belarusos y rusos. Este año, Stary Dedin celebrará su 1030° aniversario. Hace muchos años aquí fue hallado el tesoro, que ahora se considera el más antiguo no sólo en nuestro país, sino también en toda Europa del Este. Además de eso, en el pueblo –donde la gente canta y baila muy bien– durante miles de años se mantienen las tradiciones antiguas. Las personas mayores y los niños conocen muchas canciones y danzas rituales e incluso saben pedir lluvia con ayuda de un rito, “Labranza del río”. Y esperan que su auténtico rito pagano adquiera la condición de valor no material histórico y cultural.



 A la entrada al pueblo de Stary Dedin se encuentra un signo conmemorativo. La inscripción en la piedra de color negro recuerda que aquí fueron halladas monedas antiguas que se utilizaban entre el año 980 y el año 985”. Los científicos nacionales determinaron que precisamente en este período fue enterrado este valioso tesoro. Lo encontró en junio de 1926 el campesino local, Trofim Gudkov, que un día labraba su terreno y aparecieron dos jarras de barro. Entonces el diario, “Campo Belaruso”, escribió sobre este valioso hallazgo y a Stary Dedin vinieron los expertos de la Academia Nacional de Ciencias de Belarús y no podían creer: 201 “kufichny dírham”, un “miliaresión” bizantino y dos dinares alemanes. Las monedas fueron llevadas a Minsk, al museo. Por desgracia, ya sea durante la Segunda Guerra Mundial, ya sea inmediatamente después de la misma, el tesoro desapareció. Tampoco en el museo de etnografía territorial de Klímovichi se preservaron monedas.

A su vez, la conservadora jefa del museo, Natalia Banyshévskaya, cuenta:

— Estamos contando sobre un tesoro de Stary Dedin a la gente local y los turistas que pasan por aquí. Además de eso, la localidad es famosa no sólo por este antiguo hallazgo, sino también por sus tradiciones y artesanos. En los tiempos pasados los objetos –hechos por los alfareros y toneleros locales– se apreciaban en toda la provincia de Moguiliov.

Los vecinos de mayor edad del pueblo Stary Dedin conocen bien su historia y se sienten muy orgullosos:

— Su nombre proviene de un viejo residente. El hombre vivió 125 años y hasta el último día hacía barricas de roble del pantano, así como jarras de barro. A lo largo de las orillas de nuestro río, Oster –cuenca del río Sozh– durante muchos siglos crecían robles centenarios. La madera se ponía negra del agua y se llenaba de una fuerza especial. Barriles, tinas y cubetas —hechos de estos robles– parecían a los objetos de piedra y gozaban de mucha demanda, pues duraban mucho. También jarras, “gorlachi” y “makotry” de nuestros alfareros eran especiales. Estos objetos los hacían en cada hogar y no se daban a conocer sus secretos. El secreto estaba tanto en la arcilla, para conseguirla los aldeanos caminaban de diez a quince kilómetros, así como en la receta de su mezcla y cocción. Los vecinos de Stary Dedin llevaban en el trineo sus jarras al mercado en Kríchev, Khotimsk, Kostiukóvichi y Shumyachy y las vendían por el dinero y el grano.


El pueblo donde bailan

Lamentablemente, ya no hay más discos y buenos alfareros. En el pueblo de Stary Dedin –que en algún momento era un pueblo bastante grande y tenía su propia escuela, granja colectiva y el correo– sólo se quedan 167 residentes, que siguen manteniendo las tradiciones de hace mil de años. Galina Brykova, fundadora de conjunto de folclore etnográfico de Stary Dedin, “Ostryanka”, galardonado con muchos premios, recuerda con nostalgia:

— Hubo tiempo, cuando en cada casa vivían al menos diez personas. A las bodas se invitaban todos los vecinos del pueblo –en total, no menos de 200 personas– y los festejos se celebraban durante tres días lo mínimo. Además de eso, los aldeanos celebraban juntos otras fiestas. A ellos se unían los vecinos de otros pueblos. Por ejemplo, Prynichki. Hace falta señalar que nos enseñaban cantar y bailar desde la infancia, por lo tanto todo el mundo sabía hacerlo muy bien.

Hoy en día, a sus 74 años Galina Brykova conoce al menos un centenar de ritos folclóricos, muchas canciones tradicionales, así como baila fácilmente diferentes danzas populares:

— No importa que a veces los nombres de los bailes son muy tristes. Por ejemplo, la danza, “Dosada”, es un baile muy divertido y muy rápido. Presentamos nuestros bailes y canciones tradicionales en diferentes festivales y ganamos un gran número de premios. Nuestros hijos también saben cantar y bailar. Tenemos un buen grupo folclórico, “Ostryanochka”.

El vicedirector del centro cultural del municipio de Klímovichi, Igor Prokhorenko, confirma:

— Las señoras mayores del pueblo de Stary Dedin son muy famosas. En algún tiempo recorrieron con sus bellas actuaciones casi la mitad de la antigua Unión Soviética. Una vez, vinieron a visitarlas los etnógrafos desde Leningrado (a esta altura, es la ciudad rusa de San Petersburgo — Aut.) Luego, a partir del material recogido fueron publicados cancioneros, así como una monografía sobre las danzas populares. Es más, salió un disco. Hoy en día, a pesar de que los artistas aficionados de Stary Dedin tienen de 60 a 80 años, ellos participan en todos los festivales celebrados en su provincia e incluso en la vecina Rusia.




“La labranza del río”


No sólo por eso son conocidas las ancianas. Hasta ahora, en el pueblo se mantiene un antiguo rito pagano de la “labranza del río”. De esta manera la gente local pide caer lluvia. Galina Brykova asegura que siempre logran su objetivo:

— Incluso nuestras madres y abuelas –en la temporada de la cosecha, después de haber trabajado en el campo– se iban al río para pedir lluvia para que no se secaran cultivos. Tomaban el arado y “labraban el río”, y al día siguiente e incluso este mismo día comenzaba a llover. Así que ahora sólo tomamos el relevo.

Cabe destacar que el antiguo rito pagano tiene sus rasgos peculiares. Resulta que desde los tiempos remotos las mujeres mientras “labraban el río”, estaban desnudas. Entraban al agua hasta la cintura, las dos mujeres arrastraban el arado por el fondo del río, las dos las seguían y las demás cantaban canciones rituales.

La vecina local de 66 años de edad, Tatiana Skótskaya, cuenta riéndose:

— Claro que ahora no “labramos” desnudas, pues mucha gente –belarusos y rusos– viene para ver el rito. Además de eso, en agosto aquí se reúne mucha gente para participar en la celebración de la fiesta, Macovei. La cosa es que en nuestra región hay muchas fuentes maravillosas que dan la vida y se consideran medicinales. Hasta momento, nadie pudo medir su profundidad. Es por eso que las llaman “pozos sin fondo”.

El rito de la “labranza del río” pretende obtener el estatus de valor histórico y cultural inmaterial. Si esto sucede, el antiguo pueblo de Stary Dedin –perdido en algún lugar remoto entre Belarús y Rusia– sin duda, se convertirá en una atracción turística. Los lugareños tienen muchas expectativas:

— Así que va a sobrevivir nuestro pueblo.

Olga Kislyak
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