Los corresponsales de la revista, “Belarús”, visitaron el pueblo belaruso único, Ruzhany, cuyo nombre proviene del nombre de una flor

Ramo de rosas rojas

Los corresponsales de la revista, “Belarús”, visitaron el pueblo belaruso único, Ruzhany, cuyo nombre proviene del nombre de una flor


En una de las calles en Ruzhany

En la antigüedad, este lugar se lo nombraban en el idioma belaruso, “Raznaha”. Lo que significa “rosa”. En el lenguaje literario moderno es “ruzha”. Y el nombre actual del pueblo Ruzhany es el “mérito” de muchos reescritores del idioma polaco y ruso, que han cambiado la ortografía original. El nombre del pueblo está en sintonía con su escudo de armas: San Casimiro rodeado por una corona de rosas. Hace falta señalar que este santo es venerado durante varios siglos por los católicos locales.

Ruzhany es el pueblo en el municipio de Pruzhany, provincia de Brest. Está situado a orillas del río Ruzhanka, a 140 kilómetros de Brest, en la intersección de las carreteras P85 y P44. La primera referencia escrita está fechada del año 1490. En 1552, el pueblo perteneció a los Tyszkévichi, luego a los Brukhálskiye y en 1598 pasó al canciller del Gran Ducado de Lituania, Leo Sapieha, que estableció en la ciudad su residencia principal

El camino del centro de la ciudad hacia la Iglesia de San Casimiro es bien largo. La iglesia se encuentra en el cementerio. En el centro de la ciudad está el parque. Aquí mismo se encuentran los monumentos a los soldados soviéticos caídos en los años de 1941 a 1945 y a los residentes de los pueblos vecinos quemados por los alemanes nazis. Además de eso, por allí cerca está la Iglesia de la Santísima Trinidad. Según la placa colocada en la entrada, la iglesia tiene 400 años. La iglesia de enfrente es un poco más joven. Fue construida en el siglo XVIII para los uniatas: ortodoxos subordinados al Papá de Roma. En el siglo XIX, el templo fue entregado a la iglesia ortodoxa rusa: entonces su aspecto barroco sufrió algunos cambios y la fachada fue decorada en el estilo del clasicismo y la arquitectura pseudorusa. Estos importantes dominantes del “mercado” –desde los tiempos remotos, este nombre en las ciudades belarusas se lo lleva la principal plaza comercial– se han preservado incluso durante las guerras mundiales y la lucha contra la religión.

Los vecinos del pueblo Ruzhany –un poco más de tres mil– se conocen entre sí. Por lo tanto, mientras caminaba junto a los altos muros del antiguo monasterio de basilianos adyacente a la iglesia se me seguían muy de cerca algunos lugareños. ¿Quién es este desconocido? Un vecino –que pasaba al lado– me preguntó:

— ¿Qué está fotografiando aquí durante una hora?

Esto quiere decir que por aquí no pasan visitantes. Aunque las personas –a las que interesa la historia– aquí tienen la posibilidad de ver y conocer muchas cosas interesantes. No todos los lugares permiten hacerlo. Al sacar fotos, pude comparar el aspecto moderno del centro de la ciudad con el de las tarjetas postales de principios del siglo XX. La silueta sigue siendo la misma. En Belarús –en la que muchas ciudades sufrieron graves daños durante la Primera Guerra Mundial y la Gran Guerra Patria– es un caso único: no se perdió ningún monumento arquitectónico. En este pueblo no hubo grandes batallas, por lo tanto, todo está conservado bien. Sólo un poco está dañado por el fuego uno de los edificios del palacio de los magnates Sapieha, que, como me han contado historiadores locales, en verano de 1944 fue quemado por los alemanes nazis retirándose.


De los planes: poner el carro que pasará a través del pueblo Ruzhany hacia el palacio de los magnates Sapieha para que los visitantes podrían admirar las vistas panorámicas y sentirse como personas nobles al igual de los miembros de la famosa familia

Las piedras supervivientes recuerdan la tragedia humana. Durante los años de la ocupación en el pueblo Ruzhany fue destruida la comunidad judía. El hecho de que junto con los cristianos en algún momento vivían los judíos y creaban su propia cultura recuerda una sinagoga, que está un poco separada de la plaza de mercado. Con un techo hundido, pero con las paredes casi intactas. Sería muy bien que aquí vengan restauradores... Tal vez algún día este edificio sea restaurado y su fachada sea adornada con la placa conmemorativa en honor de Yitzhak Shamir, el famoso primer ministro de Israel, que nació en el pueblo Ruzhany en 1915 y es muy probable que asistiera a las misa en la sinagoga de aquí.

El museo local se encuentra en los edificios restaurados del antiguo palacio de los magnates Sapieha. Siendo unos de los más ricos en Belarús, Lituania y Polonia, ellos establecieron aquí su residencia en el siglo XVI. Aquí estuvo un castillo sólido reconstruido en un lujoso palacio dos siglos más tarde. Y en el comienzo del siglo XIX, el castillo fue confiscado: por la participación en un levantamiento contra los aristócratas rusos. Los tesoros –y había muchos– fueron llevados a la ciudad rusa de San Petersburgo. Muchas de las rarezas todavía siguen permaneciendo en el Hermitage. El director del museo, Ruslán Kniga, tiene intención de ir a la ciudad a las orillas del Nevá para buscar rarezas belarusas. Tal vez tenga suerte y algo sea devuelto al museo de Ruzhany.

Los puentes de Ruzhany guardan la memoria sobre muchas celebridades rusas. Pero por el momento no están puestas placas conmemorativas. Aquí estuvo de paso el zar ruso, Nikolai II, y sobre este hecho él escribió en su diario el 22 de junio de 1915: “Lunes. A las 11.45 am monté un carro y con todas las personas de mi comitiva me fuí a Slonim, Ruzhany, Pruzhany y Belovezh. Al recorrer unos 30 kilómetros por el camino boscoso, pasé por el camino hacia Pruzhany y regresé al estado mayor a las once de la noche”. El estado mayor se encontraba en Baránovichi. Entonces Rusia estaba en guerra con Alemania. Eso fue durante la Primera Guerra Mundial...

En 1965, en Ruzhany fue grabada la película, “Vengo de la infancia”, del director, Víktor Túrov (según el guión escrito por el dramaturgo, Gennady Shpálikov, conocido por la película, “Estoy paseando por Moscú”). Los papeles se los interpretaron los reconocidos artistas rusos: Nina Urgant, Borís Rúdnev, Valery Zúbarev y Vladímir Vysotsky.

Toda esta información las personas interesadas pueden conocerla tras hacer un recorrido turístico muy fascinante. Mientras tanto Ruslán Kniga sueña con que a través del pueblo Ruzhany hacia el palacio de los magnates pase un carro para que los visitantes podrían admirar las vistas panorámicas y sentirse como personas nobles al igual de los miembros de la famosa familia Sapieha.

¿De qué ahora vive el antiguo pueblo y sus alrededores? En el borde del bosque de Ruzhany –donde se unen las fronteras de tres municipios: Pruzhany, Ivatsévichi y Berioza– se encuentra el 210° polígono de aviación. Es un objeto especial que está viviendo según sus propias leyes militares. Y en el mismo bosque, a orillas del lago Papernya (su nombre recuerda que en algún momento aquí hubo una fábrica de producción del “papery”: papel), está el sanatorio, “Ruzhansky”, muy popular destino turístico de los viajeros rusos. Este centro de salud ofrece a muchos vecinos del pueblo Ruzhany no sólo un trabajo, sino también un reposo: por la noche al sanatorio viene para nadar en la piscina mucha gente. Además de eso, el sanatorio es un centro cultural de la ciudad. Aquí, como hace más de doscientos años en el complejo de palacio y parque de los Sapieha, incluso presentan producciones teatrales.

Así que presten atención a este hecho los que están dispuestos para ir a esta región muy interesante. Además de eso, de aquí es muy fácil llegar a la fortaleza de Brest y al bosque protegido de Belovézhskaya Pushcha.

Víktor Korbut
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