El proyecto de los científicos belarusos, “Lilas de la Victoria”

Ramita de lila para la memoria

El proyecto de los científicos belarusos, “Lilas de la Victoria”, ayudará a mantener viva la memoria sobre el heroísmo y la abnegación de nuestros padres y abuelos


Simbólicamente y muy sinceramente, en la víspera de la liberación de Belarús de los invasores nazis –que se celebra el 3 de julio como el Día de la Independencia– en el prado de los Guerrilleros en el Jardín Botánico de Minsk– apareció una avenida de lilas únicas. Los científicos belarusos cultivaron pequeñas plantas en un vitro. A su vez, el material para la manipulación genética, junto con los botánicos de Rusia y Ucrania, fue recogido en diferentes partes de la antigua Unión Soviética: allí, donde en algún momento florecían lilas cultivadas por los botánicos soviéticos, Leonid Kolésnikov, “Zoya Kosmodemyánskaya”, “Mariscal Zhúkov”, “Capitán Gastello”. Gracias a la ardua labor de los científicos lilas perdidas una vez, hoy en día alegran con sus flores muy hermosas a los residentes de las ciudades-héroes y de gloria militar, y también serán plantadas en la Avenida de Memoria. Por esta obra única los biólogos belarusos, autores del proyecto, “Lilas de la Victoria”, el académico de la Academia Nacional de Ciencias de Belarús, Vladímir Reshétnikov, el director del Jardín Botánico Central de Belarús, Vladímir Titok, y la jefa del Laboratorio del Bioquímica Aplicada, Elena Spiridóvich, fueron galardonados con el premio interestatal, “Estrellas de la Comunidad”.

El alto premio a las personas –que han logrado un éxito significativo en la ciencia, la música y el cine– fue entregado durante el evento celebrado en el Teatro de Ópera y Ballet Bolshoi en Minsk. Entre los ganadores estuvieron: el famoso actor y el director de cine de Rusia, Yuri Solomin, el pianista de Azerbaiyán, Farhad Badalbayli, el compositor kirguís, Muratbek Begalíyev, el artista tayiko, Vafo Nazárov, y la directora de la Biblioteca Nacional de Kazajistán, Umutkan Munalbáeva. Al día anterior en el jardín botánico todas las “estrellas” aportaron en persona al desarrollo de un proyecto único, al plantar lilas en la Avenida de Memoria.

“Hay tiempo para trabajar y tiempo para divertirse”, bromeaba el director del jardín botánico, Vladímir Titok, repartiendo entre los visitantes palas y regaderas con agua. Les esperaba un trabajo inusual. Como confesó Yuri Solomin, él plantaba flores por primera vez. Pero todo le salió muy bien. Yuri Solomin plantó lilas con el nombre “Valentina Grizodúbova” en honor a la pilota soviética, la primera mujer, galardonada con el título del Héroe de la Unión Soviética. Dentro de unos años flores crecerán, y los días festivos de mayo regalarán a los visitantes del jardín botánico su aroma fragante. Yuri Solomin no ocultaba sus emociones: el actor recuerda la guerra y las historias sobre la guerrilla, y considera excelente el proyecto, “Lilas de la Victoria”, que ayudará a las próximas generaciones a preservar la memoria sobre la gran hazaña de los soldados soviéticos. “Su” planta se la plantó también Farhad Badalbayli, que un día antes pasó por el complejo conmemorativo, “Khatyn”:

— Es importante recordar la historia. Hoy en día, en el mundo hay tantas guerras y se derrama la sangre. A su vez, en Belarús se vive en paz y tranquilidad. Hay que apreciarlo de corazón.

Hace falta señalar que a todos los “autores” de la Avenida de Memoria les fueron entregados certificados conmemorativos. Seguramente las lilas plantadas serán cuidadas muy bien al igual como la memoria sobre los seres queridos que no regresaron de la guerra. En el Fondo Interestatal de Cooperación Humanitaria de los países miembros de la Comunidad de Estados Independientes señalaron que “Lilas de la Victoria” es el único proyecto sin fines de lucro, que se hizo posible tras implementar modernas biotecnologías en la producción de cultivos. Hace mucho tiempo fallecieron las personas heroicas como el mariscal, Alexander Vasilevsky, y el piloto, Alexei Marésiev, que se convirtió en el prototipo del protagonista de “La historia de un hombre real”, así como el capitán Nikolai Gastello, que al comienzo de la guerra, en las afueras de la ciudad de Minsk, dirigió su avión en llamas a una columna de equipo bélico del enemigo. En su memoria, en las ciudades de Volgogrado, Moscú, San Petersburgo, Sebastopol, Kerch, Kiev, Odessa y Minsk fueron plantadas lilas “de guerra”, que ya son el símbolo de la Gran Victoria ganada en aquel lejano mayo del año 1945.

Inna Kábysheva
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