Alrededor del 40 por ciento del territorio de Belarúso cupan los bosques

Pródigo en presentes para amigos

Alrededor del 40 por ciento del territorio de Belarúso cupan los bosques. A cada uno residentedel país corresponde una hectárea de terreno cubierto de bosques y más de 180 metros cúbicos de reserva de madera.
Alrededor del 40 por ciento del territorio de Belarúso cupan los bosques. A cada uno residentedel país corresponde una hectárea de terreno cubierto de bosques y más de 180 metros cúbicos de reserva de madera. El crecimiento anual de árboles supera considerablemente su deforestación anual, lo que muestra: elequilibrio de intereses entre el componente económico y ecológico en las relaciones de bosque se ha desarrollado en favor del medio ambiente. Los bosques belarusos –siendo la propiedad exclusivamente pública– generosamente pertenecen a todos los ciudadanos.


En el bosque, al aire libre, el jamón con pan se come más rico que en casa. Su sabores muy diferente, huele muy rico... de menta, tal vez.¡Y qué apetito tiene uno, al encontrarse en el bosque!

Ray Bradbury, “El vinode diente de león”

Cada uno de nosotros tiene su “historia de amor” con el bosque. La mía comenzó en mi lejana infancia ucraniana, en la provincia de Khárkov. El bosque se veía desde la montaña, uno sólo tenía que subir a la pendiente de una obra quebrada adyacente a nuestro jardín y huerto. Me gustaba subir aquí y mirar a la ciudad, donde nací y viví hasta mi graduación.

Cuando yo por primera vez vi la ciudad de Volchansk desde altura, la misma me impresionó mucho, porque como si permaneciera en gran palma de alguien. Mi padre me comentó que los vecinos más viejos nombraron el lugar, donde la ciudadela de Volchansk comenzó a crecer ya a finales del primer milenio de nuestra era, la guarida del lobo.

Me encantaba que yo vivía aquí, justo en el lugar, por un lado protegido por un enorme bosque y por el otro por altas colinas, entre los barrancos también estaban bosques de árboles jóvenes, a donde nosotros, los chicos, veníamos para buscar primeras flores primaverales de color azul, que aparecían a principios de abril en los claros de bosque sin nieve. El bosque Gatischansky, sobre todo en el mal tiempo, a una distancia de seis kilómetros de la ciudad, parecía ser oscuro y misterioso. Pero todos mis temores se desvanecieron, cuando por primera vez yo me encontré allí, en el día soleado de verano. Era un viaje de pesca en el río Donets Seversky, en la orilla derecha del cual estaba el bosque de mi temprana infancia.

Nos fuimos con toda la familia: mi padre, mi madre, mi hermano y su esposa e hija, sobrino de mi padre, un piloto militar... Fue entonces cuando sentí por primera vez con todo mi ser, que milagro era este bosque con sus claros soleados en los bordes, hierba, cantos de aves y crepitante de ramas... Ese día conocí por primera vez el sabor de las fresas de bosque, que recogía con mi hermano-piloto. Enormes robles, abedules, alisos, avellanos: era una gran cantidad de árboles. Y entonces mi padre, veterano de la Segunda Guerra Mundial, aconsejándonos no entrar en la profundidad del espeso bosque, que parecía ser aún más denso, avanzando más para arriba, nos contó sobre duras batallas, que tuvieron lugar aquí durante la retirada de las tropas soviéticas en 1941... Y me pidió que cuando creciera, yo nunca fuera con mis amigos al bosque, pues en estos lugares había una gran cantidad de explosivos. Me aconsejó hacer picnic en una zona más cercana, que se encontraba detrás de la pista de aterrizaje, donde crecían diferentes hongos. Lo que nosotros comenzamos a hacer luego. Además de eso, nos íbamos a buscar sauce y al mismo tiempo observábamos como despegaban y aterrizaban los aviones. En primavera, al aire libre, hacíamos picnic, compartiendo la comida traída desde la casa. Y por supuesto, recogíamos hongos. No soy gran aficionada a los hongos, no sabía que existían en grandes cantidades en nuestra región o no lo notaba.

Y otro momento que debería mencionar debido a mi relación con el bosque. En una enorme caja de bombones que, a mí, una chica de cinco años de edad, me trajo de Gómel como un regalo el hermano menor de mi madre, estaba la imagen del bosque de pinos. “Es nuestro bosque belaruso, dijo el tío, Vania, algún día vendrás a visitarnos y verás, cuántos bosques hay en Belarús”. Es probable que en aquel momento el hilo de mi destino me haya comenzado a llevar hacia su lado. Vivo aquí, en Belarús, desde hace mucho tiempo y me siento de aquí, como se suele decir, hasta los huesos. Y mi relación con el bosque belaruso continúa. Esta relación fue muy estrecha en 1996 durante cuatro meses bien largos, cuando tuve que recorrer a pie la distancia igual al largo de la frontera nacional de Belarús. Uno de los artículos –que narra sobre nuestros contactos con el bosque– a través de los cuales me di cuenta, qué es un gran amigo de cada familia, se puede leer en esta edición.


Te vas a la izquierda está un bosque, te vas a la derecha también. Pero si tú te metes en el hueco del árbol, verás el bosque mágico”

“Cuento sobre el tiempo perdido”

Para visitar el bosque, nosotros siempre elegimos un fin de semana. Si hace mal tiempo o cualquier otro asunto urgente no nos permite pasar un día en el bosque, con impaciencia esperamos la próxima semana. A cinco minutos de nuestro departamento en la ciudad yendo en auto está embalse Tsnyanskoe, alrededor del cual se extiende el bosque. Además de eso, nos vamos más allá: al río Vyacha, donde el bosque se encuentra directamente en su orilla. También nos encanta pasar el tiempo al aire libre el municipio de Logoysk. La casa de campo de nuestros amigos en el pueblo Pogrebische se encuentra justo entre los abetos y pinos. Además de eso, a menudo visitamos a nuestros familiares en Posadtse, allí también hay muchos bosques. A propósito, en este pueblo nació el clásico de la literatura belarusa, Zmitrok Biadula. A su obra teatral-crítica y la dramaturgia fue dedicada mi tesis doctoral. También a menudo pasamos por la provincia de Brest, donde se encuentra la casa de los padres ya fallecidos de mi esposo. El pequeño pueblo Yátskovschina se esconde detrás de enormes abedules, arces y robles, que crecen en ambos lados de la carretera, Kletsk-Liákhovichi. Justo a la misma está el pueblo Alitskóvshina con su bosque mixto. A la distancia de cincuenta metros de la casa está el bosque que protege el pueblo contra el viento. Por lo tanto, en nuestro patio no hace viento: las coronas de los manzanos viejos apenas se mueven, mientras que los árboles –que crecen junto a la carretera– sufren mucho del viento. En el jardín crecen los lirios del bosque, campanas e incluso la manzanilla. Es probable que hayan llegado allí junto con el terreno, que una vez nosotros hemos traído desde el bosque para plantar arándanos y que se han multiplicado con el paso del tiempo. Y ahora las flores agrada mucho la vista. He aquí, el papel estético del bosque se ve justo en el patio. Además de eso, nos hemos plantado enebros, un par de pinos y robles y un abeto, que ha elevado hasta el techo de la casa. A la distancia de un par de kilómetros de Yátskovschina se encuentra el antiguo bosque de pinos, que se llama “Antigüedad”, donde parece que se haya escondida la magia: algunos pinos y abeto de cien años fascinan con sus enormes agujeros. A propósito, por alguna razón este bosque raras veces se lo visitan los lugareños, aunque el mismo está lleno de hongos.

Con la magia, o, para ser más precisa, con el misticismo del bosque, yo choqué durante las vacaciones pasadas, cuando yo y mi marido navegamos en una canoa a lo largo del río Niemen: comenzamos nuestro viaje en Stolbtsy y seguimos nuestro viaje acuático a lo largo de la majestuosa Nalibókskaya Puscha, que se extiende a lo largo de la orilla derecha del río Niemen. Tuvimos que pasar la noche en el bosque. Apenas salimos a la orilla, vimos varios robles muy altos creciendo en una pendiente. Instalamos una tienda de campaña, tomamos té y nos acostamos. Y luego comenzó todo. Oímos crujidos, ruidos y hasta el grito de un búho... Mi esposo estaba durmiendo y yo no podía dormir... Por supuesto, yo entendía que estábamos protegidos por una tienda de campaña, pero permití que el miedo se apoderó de mí. Todo el mundo sabe que los pensamientos en este proceso juegan un papel importante. Por lo tanto, algo negativo se metió en mi cabeza: en el bosque habitan muchos animales y si de repente un alce o jabalí vendrá en una tienda de campaña o incluso un lobo... Es probable, como ahora entiendo, eso pasó cuando estuve a punto de caer en sueño. Comencé a pensar sobre el roble muy hermoso, debajo del cual estaba puesta nuestra tienda de campaña, y yo acordé, cómo nuestros antepasados –que eran paganos– rogaban protección en los árboles. Algo se despertó en mí a nivel de genes. No podía incluso formular mi pedido y sentí como en la pantalla de mi visión interior apareció un roble en la imagen de dios muy guapo. Por extraño que parezca, me sentí su protección y dormí muy rápido. Por la mañana, riéndome de mis miedos, agradecí al roble, que en los rayos del sol matutino estaba brillando, al igual que la imagen de mi protector de la noche. Y yo me fui a caminar a lo largo de la orilla, recogiendo hongos blancos, cuyo sabor es igual al sabor de la pechuga del pollo. Resultó que atardecer de ayer con niebla no nos permitió ver el banco de arena por allí cerca, donde luego bañamos antes de seguir nuestro viaje. Por la tarde comíamos la sopa de hongos. ¡Qué sabrosa era la sopa!

Hace mucho que la tradición de plantar un bosque apareció

...Cuando oigo el ruido de un bosque joven, plantado por mis manos, soy consciente de que en parte el clima está en mi poder, y que si mil años más tarde la gente se siente feliz, será por mí también. 

Antón Chékhov, “Tío Vania”

Recientemente, he leído la novela de dos partes, “Buscadores del Cielo”, de Sergei Lukyanenko, reconocido escritor ruso, y me he quedado impresionada por las líneas escritas en el segundo libro, “Se acerca el amanecer”, que promueven las acciones, que a esta altura se están celebrando en Belarús.

— Siempre es difícil construir... Cuando uno tiene hambre y necesita un campo, quema el bosque. Prende el fuego y de repente los árboles viejos se convierten en cenizas. Pero llega el día, cuando uno se da cuenta de que necesita de los árboles. Construir una casa, prender fuego, refugiarse del calor. Y uno planta árboles. Día tras día, año tras año. Sabiendo que en vida no crecerá el bosque. Uno pone el objetivo, pero nunca podría lograrlo. Uno sólo puede pensar en los que vendrán después de él. Y uno se hace parte de todo el mundo, con su pasado y futuro...

Tal vez las personas –que esta primavera tomaron parte de la acción y plantaron árboles– sintieron este lazo bien fuerte. Pero la gente estaba haciendo esta obra generosa no sólo para sí misma, sino para las generaciones futuras: el bosque no está creciendo rápidamente. Me gustaría recordar a mis estimados lectores: la acción se llamaba, “Semana del Bosque”, que se celebró en Belarús por octava vez, y fue dedicada al 70° aniversario de la liberación del país de los invasores nazis. En memoria de las víctimas de aquella guerra cruel los primeros árboles fueron plantados en el complejo conmemorativo de Minsk, “Colina de la Gloria”. Y luego el relevo se lo tomaron todas las provincias belarusas. Según los técnicos forestales, en la acción benéfica tomaron parte 50 mil personas. En el noticiero, “24 Horas”, en la televisión capitalina, informaron que en honor a 70 años de paz serán plantados 70 millones de árboles jóvenes. Además de eso, se habló del hecho de que la tradición de plantar árboles proviene de los años treinta del siglo pasado. Hace falta señalar que ahora en vez del Día del Bosque se celebra la Semana del Bosque. El Ministerio de Economía Forestal –que está responsable por la conservación del bosque– volvió a celebrarla a partir de 2007. De año en año la acción se pone cada vez más importante, lo que significa que los belarusos aprecian su riqueza forestal.

Leñador es un profesión muy buena

— Algunos ni siquiera saben, qué se puede obtener de un metro cúbico de madera. Bueno, tu has llegado a la tala de árboles, ¿sabes?

— ¡Lo sé! ¡Leñas!

— En cuanto a la papa, todo está bien claro. Pero de un metro cúbico de madera se puede obtener 200 kilogramos de papel, 170 pares de chanclos de goma. O, por ejemplo, dos neumáticos para un vehículo, o 180 kilogramos de lana. Aquí están tus guantes. ¿Crees que están hechos de lana, ¿verdad?

— Sí, claro...

— No, son de abeto. O mi bufanda.

— ¿También del abeto?

— No, es de pino. ¿Se congelaron las manos? En general, el bosque calienta toda la Humanidad.

— ¡Qué interesante! ¡Ha contado tantas cosas sobre el bosque!


De la famosa película de los tiempos de la antigua Unión Soviética, "Chicas"
 
El bosque en Belarús es una gran fuente de la riqueza material, la base de la industria forestal, así como una fuente de alimentos y recursos medicinales, así como de muchos otros beneficios.

Los vecinos de los pueblos con bosques están gozando de los productos del bosque, vendiendo al Estado hongos, bayas, miel, arándano rojo, etc. Por ejemplo, este año, en la temporada de hongos, hubo muy buena cosecha. Y los recolectores profesionales de hongos entregaron muchos hongos a los puntos de recogida. Sólo en la provincia de Brest, fueron abiertos más de 70 puntos de recogida, que trabajan durante dos meses al año e incluso en las tiendas. Los expertos llaman hongos, nueces, bayas, hierbas medicinales los subproductos obtenidos del sector forestal. Se trata de tocones, trementina, y raíces de los árboles y corteza... La economía forestal de Belarús es uno de los sectores de las materias primas más prometedoras de la economía belarusa.

El país tiene bien desarrollada la industria forestal, de procesamiento de madera y de celulosa y papel. El complejo forestal de Belarús incluye cerca de cinco mil empresas e industrias, incluso más de 470 empresas grandes y medianas, donde trabajan en torno a 150 mil personas. Los principales productos de las empresas forestales son materiales de madera, tableros de partículas y tableros de fibra, madera contrachapada y muebles. Más de 300 empresas producen muebles. Las grandes empresas se encuentran en Minsk, Bobruysk, Gómel, Vítebsk, Pinsk.

Las fábricas de Borísov, Gómel y Pinsk producen fósforos. Es uno de los negocios más antiguos fundado a finales del siglo XIX. La madera y madera contrachapada se fabrica durante más de dos siglos. Actualmente estos productos de madera se están fabricando en Borísov, Bobruysk, Vítebsk, Gómel, Pinsk, Mosty, Réchitsa e Ivatsévichi.

La madera belarusa y los servicios forestales se exportan a más de 25 países en todo el mundo. Entre las direcciones principales de los suministros de productos de madera están Polonia, Lituania, Alemania, Letonia, Suecia, Bélgica, Países Bajos, entre otros. A propósito, la prohibición de la exportación de madera sin procesar a partir de 2016 es una de las tareas puestas por el presidente belaruso durante su visita del Centro Nacional del Bosque realizada en agosto de este año. Entre otras tareas también es a partir de 2015 llegar al nivel de uso de madera correspondiente a los estándares de los países avanzados, especialmente, Finlandia, así como llevar a cabo la modernización a gran escala de las empresas de procesamiento de madera. Y para cargarlas completamente con las materias primas nacionales, con los trabajadores del sector forestal del país colaboran activamente los científicos belarusos. Al mandatario de Belarús fue mostrado un laboratorio de biotecnologías creado a base del Centro Nacional del Bosque junto con la Universidad Nacional de Polesiye. Aquí por primera vez en Belarús fue utilizada tecnología de clonación de especies de árboles y arbustos. Lo que da enormes ventajas en el cultivo del material de plantar. El período de creación de plantaciones de semillas de bosque se reduce desde quince años hasta tres o cinco años.

Curiosamente, el bosque belaruso se adapta muy rápidamente a las condiciones ambientales. Además de eso, el mismo sobrevive en el terreno “nativo”. Por lo tanto, nuestras semillas se venden muy bien y en grandes cantidades, por ejemplo, en Escandinavia.

Desde hace algún tiempo empecé a pensar que al final este bosque es la parte de mi ser. Estaba dando vueltas dentro de mí mismo. Así como la sangre circula por los vasos sanguíneos. Resulta que me vi frente de mí mi propio mundo interior, y algo que se veía en los ojos amenazadoramente, en realidad, era el eco de los miedos arraigados en mí. Me enredaba una tela de araña en mi corazón. Y los pájaros que chillaban por encima de mi cabeza estaban criados por mí mismo. Son algunas imágenes que nacían y se arraigaban en mi mente.

Kharuki Murakami Kafkaenla playa

¿Cuántos papeles interpreta el bosque? En mi opinión, es una gran cantidad. Todos son muy importantes. Además de eso, es muy complicado separarlos, ya que estos papeles están muy vinculadas entre sí. Uno de ellos, diría, espiritual, permite estar a solas con sí mismo, pensar en los valores eternos de la vida misma. El bosque para mí es como un enorme templo. Sus cúpulas en forma de copas atraen hacia el cielo. Si nos fijamos en el cielo por un largo tiempo, que aparece entre las copas, parece que caigamos en una realidad diferente, donde se oye una ausencia de sonido del otro mundo, donde reinan la paz y la tranquilidad. El bosque cura no sólo nuestros cuerpos, sino también nuestras almas. Allí nosotros nos limpiamos de la vanidad, pensamos en la valiosa que es nuestra vida y cómo todo está hecho con razón en este mundo, sólo tenemos que vivir, no hacer daño a este mundo y a esta tierra. Uno debe sólo trabajar, agradecer el destino por todo y alegrarse. El bosque ayuda a encontrar esta alegría de la vida diaria.

No conozco alas personas, que no quieren el bosque.

El fondo forestal de Belarús cuenta con unos nueve millones 500 mil hectáreas de superficie forestal, lo que es del 39.3 por ciento. Las reservas de madera en pie son de mil setecientos millones de metros cúbicos. El crecimiento anual llega a más de 31.9 millones de metros cúbicos de madera.

Debido a las actividades de los empleados del sector forestal está mejorando cualitativamente el estado del fondo forestal del país. En los bosques del Ministerio de Economía Forestal de Belarús está creciendo de forma constante el volumen de las plantaciones forestales debido al uso de la siembra de selección y el material de cultivo.

Valentina Zhdanóvich
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