Según el independiente médico de trasplante del Ministerio de la Salud Pública de Belarús, director del Centro Científico y Práctico de Trasplante de Órganos y Tejidos, Oleg Rummo, el trasplante de órganos al mismo paciente puede ser realizado cualquier número de veces, es decir, no hay ningunas restricciones desde el punto de vista médico:
— En el propio retrasplante no hay nada que sea fundamentalmente diferente de su trasplante primario de órganos. A su vez, las razones de la necesidad de tales operaciones pueden ser diferentes: por ejemplo, simplemente el órgano del donante no funcionó o surgió alguna complicación como consecuencia de la ingestión de una infección viral. A veces, los pacientes no siguen régimen bien estricto e ignoran recomendaciones más importantes de su médico y en este caso desgraciadamente a veces es necesario empezar todo de nuevo... Al mismo tiempo, independientemente de las circunstancias, todas las operaciones de trasplante de órganos, incluso repetidas, a los ciudadanos belarusos se les hacen de forma gratuita. Tal vez por eso algunos pacientes no son plenamente conscientes de su verdadero valor, a pesar de que han estado a punto de perder la vida…
Por supuesto, los órganos, hablando en sentido figurado, no permanecen en algún lugar en un plato de plata, esperando su hora de suerte. ¡Todo lo contrario! El material donante es extremadamente deficiente. Los órganos extraídos “viven” un tiempo muy corto. El tiempo más largo “vive” un riñón: alrededor de 24 horas, un hígado 12 horas y un corazón hasta ocho horas... ¿Y la demanda? Hoy en día, en Belarús el trasplante de riñón se lo esperan en torno a 700 personas, de hígado 90 personas, de páncreas 25, de pulmón 20 y de corazón unas 40 personas. Y si una persona de repente necesita el trasplante repetido de órganos, forma parte de esta misma lista de espera y no tiene ningún privilegio. Hace falta señalar que es una práctica internacional.
Belarús forma parte de las 30 naciones más desarrolladas en el campo de trasplante. Además de eso. Según el número de operaciones de este tipo por un millón de habitantes nosotros adelantamos cinco veces a Rusia y 20 veces a Ucrania. También nuestro país adelanta a Polonia y algunos otros países de la Unión Europea
Sucede que un órgano donante puede servir como trasplante a varios pacientes, pero puede ser inútil para todos. Según el cardiocirujano jefe del Ministerio de la Salud Pública, doctor en ciencias médicas, catedrático, Yuri Ostrovsky, en el caso, si el órgano puede servir a varios pacientes, la operación se hace al paciente en estado más grave:
— Pero si es necesario elegir, en este caso también deben tomarse en consideración los factores sociales como la edad (la preferencia se da a la gente más joven), la existencia de los hijos, así como el estilo de vida... Si una persona no cuida bien su propio cuerpo y luego algo pasa con su órgano donante, por supuesto, la situación no está a su favor para nada.
Cabe destacar que el retrasplante del corazón en Belarús fue hecho dos veces, ambas operaciones fueron realizadas el pasado año. Yuri Petróvich cuenta que la razón era la misma: la disfunción de órganos de donantes. Y no se trataba de la gente de la edad avanzada. A propósito, según el protocolo de la cirugía, el trasplante de corazón puede ser hecho a los pacientes no mayores a 65 años. Pero hicimos incluso a una persona de 68 años de edad...
En general, un puesto líder en el retrasplante ocupa el trasplante de riñón: en nuestro país decenas de pacientes tuvieron el reemplazo repetido de este órgano muy importante. Con eso, seis personas tres veces. El retrasplante de hígado fue hecho a 16 personas, cuenta Oleg Rummo:
— En algunos casos, la causa de repetir la cirugía es porque el cuerpo por diversas razones no pudo aceptar el nuevo órgano trasplantado en nuestra clínica y en otros, eran los pacientes a los que habían hecho la primera operación en centros extranjeros. Por ejemplo, recientemente hemos operado al ciudadano japonés de 49 años de edad, al cual fue trasplantado el hígado en la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York. Durante cuatro años y medio el órgano funcionó bien y luego de repente dejó de cumplir con su función. Al pagar 150 mil dólares norteamericanos, el paciente extranjero salió de Belarús muy contento. ¿Por qué? En primer lugar, porque en nuestro país están desarrolladas muy bien todas las esferas de la vida. En segundo lugar, en los Estados Unidos el costo de la cirugía sería mayor. A propósito, el japonés podría fácilmente ahorrar tiempo y dinero, al viajar, por ejemplo, a China, donde este tipo de operaciones son tres veces más baratas que en Belarús y es más, hace falta volar sólo una hora. Pero el japonés tomó la decisión de pasar en viaje 13 horas para venir a Minsk...
Generalmente, esta “hospitalidad médica” se cubre a full: al hacer cirugía a un paciente extranjero, nuestro país gana el dinero para hacer una similar operación a cinco o seis ciudadanos propios.
¿Pero qué es lo que piensan los cirujanos belarusos sobre el “sexto nacimiento” de David Rockefeller? Ellos tienden a ver este hecho más bien a través del prisma de la justicia social, que en el contexto norteamericano está al lado de los propietarios de las billeteras llenas de dinero. Además de eso, ellos recuerdan cómo la comunidad mundial reaccionó: si pide hacerlo el multimillonario de 100 años de edad, se le dan la oportunidad por sexta vez de obtener el corazón de donante y si lo necesita un ciudadano común de 40 años de edad, es muy probable que no tenga esta oportunidad de hacerlo ni siquiera por primera vez...
— En la Unión Europea eso no sucedería nunca, asevera Oleg Rummo. En nuestro país, tampoco. En los Estados Unidos, el dinero decide todo y por lo tanto, los médicos toman un riesgo. Pero al mismo tiempo, los médicos norteamericanos saben hacer muy bien este tipo de cirugías.
El costo
El órgano mismo no vale un centavo en cualquier país civilizado del mundo y se regala. Si la cuestión es diferente, ya es un delito. Sólo es necesario pagar por la operación de trasplante: calificación del personal, medicamentos, amortización de equipo médico. Por ejemplo, una operación de trasplante de riñón cuesta al Estado 15 mil dólares norteamericanos y el tratamiento postoperatorio de sólo un paciente (toma de medicamentos) es de siete mil dólares norteamericanos al año. La cirugía de trasplante de hígado cuesta 25 mil dólares norteamericanos y de corazón es de 50 a 60 mil. A su vez, el de trasplante de hígado al paciente belaruso en Alemania costaría de 200 a 250 mil euros.
Letra de la ley
- Cada ciudadano belaruso está de acuerdo de donar órganos después de su muerte. Pues nuestra legislación en este campo, así como en Alemania, Austria, Suecia, Bélgica, los Países Bajos, Hungría y muchos otros países implica la presunción de consentimiento. Sin embargo, los parientes cercanos de la persona –que está a punto de morir– tienen derecho a expresar su oposición a este hecho en una forma oral o escrita. Si el paciente no tiene familiares o ellos no hablaron de este tema con su médico, se cree que ya existe un acuerdo.
- Identificar a las personas –que podrían ser potenciales donantes– es una responsabilidad cotidiana de médicos de cada institución de la salud pública del país. Después de que todos los necesarios procedimientos legales –que se dan a conocer en la Oficina del Fiscal General– el órgano se saca del muerto. Y si, por ejemplo, en un accidente de tráfico se mata un hombre sano y bien joven, con la ayuda de sus órganos puede ser salvada la vida de siete personas al mismo tiempo.
- ¿Qué es necesario hacer, si usted de repente decide qué no quiere ser donante de órganos después de su muerte? Usted debe informarlo por escrito y enviar el documento por correo al Centro Nacional Científico y Práctico de Trasplante de Órganos y Tejidos. Y entonces nadie, bajo ninguna circunstancia, podrá utilizar sus órganos. Al mismo tiempo, si usted necesita un trasplante de riñón, hígado o corazón, se le será hecha esta cirugía. Hoy en día, a la donación de órganos post mortem se la rechazaron más de dos mil 200 belarusos. En opinión de los médicos, para honrar a nuestra población, este número no es muy importante. Pero gracias a la gente consentida ya fueron salvadas mil 525 personas.
Marina Zubóvich