Parнs... cerca de Vнtebsk

Una crуnica francesa de una aldea bielorrusa
Esta historia comenzу en los aсos 70 del siglo pasado. Una vez el hijo de un ingeniero rural fue a estudiar a uno de los establecimientos de educaciуn superior de Bielorrusia. Al llegar a Minsk, entregу sus documentos en el instituto y comenzу a prepararse para ingresar. Pero llegar a ser estudiante ese aсo no le estaba predestinado al joven. De repente lo llamaron a la comisiуn de admisiуn.
— їQuй es esto, dнgame, quй broma es? — le preguntу el catedrбtico pasando al hijo del ingeniero el cuestionario que йl habнa llenado hace poco.
— Me parece que aquн todo estб correctamente escrito... — se sorprendiу el muchacho.
— їSignifica que su lugar de nacimiento y lugar de residencia actual es Parнs?
— Sн, Parнs. La aldea Parнs del distrito de Postavi de la regiуn de Vнtebsk...
Luego despuйs de este caso, la hermosa denominaciуn desapareciу del mapa de Bielorrusia. En el aсo 1973 a Parнs le cambiaron el nombre por Novodrutsk, el motivo oficial fue su fusiуn con la aldea cercana. Las realidades de aquel tiempo no permitнan a un pueblo tener tales lujos.
їCуmo es el Parнs bielorruso? El coche anda media hora por los caminos rurales. Por las ventanas pasan paisajes pintorescos. El lugar es de colinas, aquн o allб hay pequeсos lagos, un bosque joven, un campo... ЎQuй belleza! No en vano de acuerdo con una de las leyendas, el nombre de la aldea se lo diу no cualquier persona, sino el mismo Napoleуn. Al salir por las puertas del estado mayor que se encontraba en una altura de un lugar bielorruso remoto, el gran conquistador mirу para todos lados y quedo pasmado de arrobamiento. “ЎAquн construirй el segundo Parнs!” — dijo йl.
— Esta leyenda se confirma con hechos totalmente reales, — relata el habitante mбs antiguo de Parнs Yanina Sharнnskaya. — El ejйrcito de Napoleуn en efecto pasу por aquн. Muy cerca de la aldea se ha conservado el monumento en la fosa comъn de los soldados rusos caнdos en la guerra del aсo 1812. De acuerdo con otra versiуn, la denominaciуn inusual — es el fruto de la fantasнa del hacendado local...
Casi 30 aсos Novodrutsk viviу con la nueva denominaciуn. Y como que todos se habнan ya acostumbrado, pero cada vez en las conversaciones de los antiguos habitantes se deslizaba el antiguo “nombre” de la aldea. Efectivamente tambiйn los jуvenes no querнan olvidar — el timbre de empadronamiento “parisino” en el pasaporte — їQuй puede ser mбs agradable? Y en medio de la onda de los grandes cambios de denominaciуn, cuando Leningrado de nuevo se convirtiу en San Petersburgo, Kъybishev — en Samara, y Sverlovsk — Ekaterinburgo, los habitantes de la aldea se dirigieron a las autoridades del distrito con la solicitud de devolver a Novodrutsk su pasado “francйs”. No resultу. Los funcionarios consideraron esto un gasto inъtil de tiempo y dinero. Pero los parisinos no se dieron por vencidos. Varias veces probaron devolver a la aldea la denominaciуn histуrica y, al fin triunfaron. La ъltima solicitud de los habitantes de la aldea de Novodrutsk, que fue firmada por alrededor de 300 personas, fue coordinada con la Comisiуn de Toponнmica adjunta al Consejo de Ministros y fue considerada en la sesiуn del sуviet distrital de los diputados. El veredicto fue — ЎHabrб Parнs!
...A Yanina Sharнnskaya este ъltimo tiempo la llaman, no de otra manera, sino el alcalde de Parнs. Y ademбs ella “por pluriempleo” es biblitecaria. En la biblioteca se conservan rarezas histуricas — varios libros con el timbre “Biblioteca Rural de Parнs” y un rуtulo imponente con la inscripciуn “Club rural de Parнs”. Estas reliquias los habitantes las conservaban todo el tiempo, mientras la antigua denominaciуn de la aldea “allб arriba” diligentemente trataban de olvidarla.
— Este rуtulo, por ejemplo, fue conservado por el presidente del SPK “Corona de oro” Aleksandr Bartoshйvich, — indica con la cabeza Yanina Petrovna al varуn que entra a la biblioteca. — Imagнnese, йl dos aсos en su gabinete lo conservaba en el lugar de honor.
Aleksandr Romuбldovich estб seguro que el rуtulo va a ser la primera pieza de muestra del museo que, como lo esperan los parisienses, alguna vez surgirб en la aldea.
— Efectivamente este cambio de nombre nos traerб solamente utilidad, — considera йl. — Ya ahora se han acercado unos empresarios locales, compartieron sus ideas: їPor quй no incluir a Parнs en un itinerario turнstico que pasa no lejos de aquн? Mбs adelante se puede abrir un cafй para los turistas, y crear el museo, y ocuparse del turismo rural. Y despuйs en cadena vendrбn otros bienes — un buen camino, el acondicionamiento del territorio. Incluso las autoridades locales van a mirar a la aldea de otra manera — como una fuente potencial de ingresos.
Pero, como comprenden los mismos parisienses, todo esto por ahora son sueсos. Incluso el rуtulo a la entrada a la aldea aъn no la han cambiado. Es verdad que los periodistas ya han comenzado a venir frecuentemente, dбndose el caso que no solamente de Belarъs, sino de los paнses vecinos. Y todos como una persona tratan de realizar analogнas con el “hermano mayor”. La verdad es que no es fбcil encontrarlas — en el Parнs bielorruso viven actualmente 375 personas. Hay una escuela bбsica, un correo, una tienda, una casa rural de la cultura, un hospital. El aсo pasado funcionaba una farmacia... En general, lujos particulares de dнa, incluso con fuego, uno no los puede encontrar.
— Uds. buscan algo parecido, amigos de la pluma, no en el lugar indicado, — dice Yanina Petrovna. — Tenemos muchos vнnculos con el Parнs francйs, solamente cualquier ojo no los puede notar. Vamos, le mostrarй...
Salimos a la calle aldeana principal. Los gatos parisienses, acariciбndose en la zavбlinka (banco de tierra alrededor de una casa rъstica), perezosamente nos acompaсan con sus miradas. Doblamos a la derecha, hacia el callejуn, y luego encontramos una pequeсa casa. La puerta estб cerrada.
— ЎPбvlovna, abre! — Yanina Petrovna cierto tiempo golpea en la puerta de entrada. Luego la abre una mujer de baja estatura. — Pбvlovna, cuйntale al periodista sobre tu marido...
No son tan sencillos los habitantes de la aldea bielorrusa, como parece. La historia del marido de Anna Pбvlovna, Borнs, puede obligar a morderse las uсas a cualquier guionista de las seriales mexicanas...
El pasaporte de Robert Borнs es ъnico. En el punto “Lugar de nacimiento” estaba: “Parнs, Francia”, y el lugar de empadronamiento se indicaba la aldea Parнs, distrito de Postavi. Resulta un parisiense al cuadrado. Entonces, muchos aсos atrбs, Mijail Borнs, habiendo abandonado en la aldea Parнs su esposa con el pequeсo hijo, se fue a trabajar a Francia. A juzgar por todo, en el extranjero le iba bien. Dentro de poco tiempo regresу a su aldea natal, cogiу la familia y se fue a conquistar el Parнs francйs. Allн precisamente naciу Robert. En el curso de este tiempo, en el distrito de Postavi el poder se cambiу. Los parientes escribнan a Francia: “Vйnganse, aquн estamos muy bien”. Por largo tiempo dudaba el minero francйs con raнces bielorrusas, pero al fin la nostalgia lo venciу — regresу.
— Y por supuesto, para ellos comenzaron tiempos difнciles, — cuenta Anna Pбvlovna. — Entonces habнa hambre... Lo soportamos, construimos una casa, los niсos fueron a la escuela. Robert el primer tiempo no pudo estudiar, ya que йl hablaba solamente en francйs. A la suegra en la aldea la llamaban “la francesa”, no de otra manera.
En el curso de muchos aсos en la familia de los Borнs habнan dos Parнs: ambos a su manera natales. Pero sobre el hecho que regresaron al Parнs bielorruso, nunca se lamentaron. Ahora ya hace muchos aсos que no vive ni Robert ni la suegra — “la francesa”, pero las fotografнas viejas que estбn por toda la casa constantemente hacen recordar a Anna Pбvlovna acerca del hecho que su destino para siempre estб vinculada con dos ciudades — “tocayas”.
— De manera que en nuestro Parнs tambiйn vivieron franceses, — resume el “alcalde” aldeano. — Y con derecho nos enorgullecemos con nuestros vinos y quesos de fabricaciуn casera. Los vinos nuestros no son cualesquieras, son de nuestras uvas y bayas. En lo que se refiere a la moda de los quesos, “La francesa” la introdujo. La verdad es no se distinguen por ninguna receta especial, sencillamente los hacemos de todo corazуn, y he aquн que resultan sabrosos...

Dmitri Kovaliov
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