El portal de revista de Eurasia, “Megalito”, publicó un libro de poemas de la poetisa belarusa, Olga Zlótnikova

Olga Zlótnikova. En poemas y prosa

El portal de revista de Eurasia, “Megalito”, publicó un libro de poemas de la poetisa belarusa, Olga Zlótnikova. La serie, que publicó su libro, “Congregación”, se llama, “Sólo para los amigos”. Pero tomando en consideración la cantidad de referencias en Internet, la joven poetisa tiene muchos admiradores.



Los poemas se las componen muchas personas, pero a la poesía se dedican sólo algunas. Hay personas que viven de la creatividad, y no importa si la misma les ayuda a ganar o no, y no se consideran a sí mismos de forma diferente. Olga Zlótnikova es así: al parecer es pragmática y no es de este mundo. Y no es extraño. Su padre es camarógrafo, su madre y su abuelo son pintores...

— Siendo niña también dibujaba, lo hacía más o menos hasta once años, recuerda la poetisa y de repente tomé la decisión de dejar la escuela de arte. Pero a los 25 años de edad volví a pintar composiciones abstractas y retratos, aunque en fines psicoterapéuticos. Los poemas es la tensión que requieren mucho de uno, y con lápiz, carboncillo o pastel me relajo mucho. Sin embargo, cualquier trabajo creativo es un relajo hasta que no se convierta en un asunto de vida. El arte, si se trata de una profesión, siempre es un gran trabajo.

Debido a razones familiares Olga muy temprano se hizo independiente. Pero su camino en la vida estaba buscando durante mucho tiempo. Sin problema ingresó en la Facultad de la Historia de la Universidad Nacional de Belarús, y un año más tarde se dio cuenta de que no era su camino. La misma suerte ella corrió en la Facultad de Filosofía. A su vez, la bibliotecología –que se daba en la Universidad de Cultura– se la agradó mucho.

— Estudiaba muy bien e incluso recibía una beca aumentada. Pero tampoco me gradué de esta universidad, sonríe, me casé y tuve a un hijo y luego al otro...

Con el nacimiento de su hijo mayor, Mikhail, Olga se sintió más madura. Y no sólo porque tenía que ganar el pan trabajando de mensajería, redactora y haciendo catálogos. Lo más importante es que sentía una gran responsabilidad por sus hijos que necesitaban de su madre algo más que el pan.


— No tengo ambiciones sociales. Lo más importante es tener un sustento mínimo, la tranquilidad y la oportunidad de hacer lo que me gusta, es decir escribir y leer. Es importante vivir en paz y tranquilidad y que mis hijos estén conmigo. Además de eso, me gustaría mucho viajar por el mundo. Es lo único para que pueda servir el dinero extra. También los libros. Desde la infancia, recojo una biblioteca: la filosofía, la poesía y el arte. Tenemos un pequeño cuarto con tres estanterías completamente llenas desde el suelo hasta el techo. Mis familiares se enojan, cuando traigo algo nuevo. Trato de esconder libros entre la ropa, en el pasillo común detrás de los trineos de mis hijos. Cuando mi marido los encuentra, tengo que darle explicaciones, cuánto tiempo permanecen aquí...

Con el nacimiento del pequeño Daniel tengo más quehaceres. De cualquier modo tengo un par de horas al día, cuando los hijos están dormidos, y este tiempo trato de utilizar de modo racional. A veces hago elección a favor de la poesía, aunque la casa está totalmente desordenada. Pero si me ocupara de su cuido, no serían publicados los nuevos libros.

— Hace poco he leído en alguna parte que para el desarrollo creativo es importante no sólo tener un talento, sino también una voluntad, para convertirse en alguien, para lograr algo. Siempre me falta esta voluntad. Nunca he buscado las oportunidades, nunca he enviado poemas a diferentes revistas y nunca he pedido a alguien publicar mis libros. Pero una vez finalmente me senté e hice una colección. Y al día siguiente ocurrió un milagro: me escribió el editor en jefe de la revista, “La Nueva Realidad”, Alexander Petrushkin, y ofreció a publicar mi libro en el portal de Internet, “Megalito”.

Olga Zlótnikova dedicó a sus hijos su segundo libro, “La miel de diente de león” (el primer libro –“El nacimiento de sonido”– fue publicado en Minsk en 2011). El tercer libro fue escrito en conjunto con otro autor...

— A veces en un día escribo sólo varias líneas. Pero cuando pido a Dios ayudarme, vienen palabras adecuadas, que incluso se parece que si alguien me ayuda a escribirlas y yo sólo las pongo en el papel.

La poetisa tiene cara muy hermosa: grandes ojos de color ámbar oscuro y una maravillosa sonrisa. Y este es el caso, cuando la autora se parece mucho a sus poemas. Si uno quiere conocerla mejor, qué lean más atentamente sus obras. Pues hay muchos poemas suyos que fueron publicados en las revistas, “Nuestro contemporáneo”, “Neman”, “Nueva Nemiga Literaria”, y otras publicaciones en Internet.

A propósito, pronto debe ser publicada la colección de papel, “Congregación”. Pero es poco probable que esté en la venta. No porque ha sido creado “sólo para los suyos”, sino porque no pretende obtener un beneficio personal.

Elena Davydova
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