Vladímir Likhodédov y Vladímir Péftiev nos han divertido con la maravillosa edición de libros

Observando las mejores tradiciones

Vladímir Likhodédov y Vladímir Péftiev nos han divertido con la maravillosa edición de libros


El libro muy bien decorado
y publicado con toda la razón puede considerarse una de las mejores ediciones dedicadas al 1000 aniversario del reposo de Santo Vladímir. Además de eso, es una continuación de la serie
de libros publicados en el marco del proyecto científico y educativo, “En busca
de lo perdido”, llevado a cabo por los autores junto con el diario, “SB. Belarús de Hoy”, y la editorial, “Zvezdá”.
Como sabemos, el año 2015 fue marcado en Belarús, Ucrania y Rusia con la celebración del aniversario mil del Santo Príncipe Apostólico, Vladímir Bautista de Rus. A este aniversario fueron dedicadas numerosas actividades públicas: fueron erigidos los monumentos, fueron fundados y consagrados los templos en honor del santo príncipe, fueron celebradas las conferencias científicas y fueron publicados numerosos artículos. Una de estas publicaciones fue un libro-álbum, “Santo Príncipe Apostólico Vladímir”, preparado por Vladímir Likhodédov y Vladímir Péftiev. El material ilustrado de las colecciones de los autores –presentado principalmente en tarjetas postales y fotografías antiguas con imágenes de iglesias ortodoxas construidas en el nombre del santo príncipe apostólico, los monumentos en su honor, así como las ciudades, avenidas, calles y otros lugares e instituciones nombradas en honor de Santo Vladimir– fue la base del libro. La publicación fue precedida por un ensayo histórico dedicado a la vida y la hazaña del Bautista de Rus, sus restos y variadas formas de culto.

El nombre del historiador y coleccionista de fotos, Vladímir Likhodédov, ahora es ampliamente conocido en Belarús, debido principalmente a sus numerosas publicaciones y libros maravillosos. En una serie, “En busca de lo perdido”, él publicó los álbumes: “Santo Alexander Nevski”, “El año 1812”, “Minsk: viaje en el tiempo”, “Tadeusz Kosciuszko en postales antiguas y obras gráficas”, “Sinagoga”, “Znіchkі de la Patria”, “Belarús a través de las lentes de un soldado alemán de 1915-1918”, “Adam Mickiewicz” y muchos otros. Los libros de Vladímir Likhodédov fueron presentados en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, así como en las ferias del libro de Frankfurt, Varsovia y Vilnius. Además de eso, él organizó una serie de exposiciones de fotos y tarjetas postales que contaron sobre Belarús de finales del siglo XIX, principios del siglo XX.

Un entusiasta incansable, Vladímir Likhodédov, tiene planes de crear en Minsk y Vileyka el Museo de Papel e Impresión a fin de recuperar las antiguas máquinas de impresión, en las que incluso podrán, por ejemplo, ser editadas las obras de los famosos impresores, Francisco Skaryna o Iván Fiódorov, así como serán impresos antiguos grabados. A modo de experimento, el señor Vladímir ya probó a partir de la tecnología del siglo XVI imprimir la Biblia de Francisco Skaryna. Además de eso, el historiador estudió tipografía, así como los documentos que describen la tecnología del papel y el proceso de impresión. Según los grabados de los tiempos de Skaryna fue hecha la máquina de impresión, para la cual fueron especialmente fundidos moldes y matrices con el texto de la Biblia. El libro fue impreso en un papel de lino hecho artesanalmente de acuerdo con la vieja tecnología. En general, en esta máquina recuperada fueron hechas siete copias de la Biblia de Francisco Skaryna. Hace falta señalar que en el mundo hay sólo varias de estas máquinas únicas. ¡Y una de ellas se encuentra en Belarús! La calidad de los libros impresos fue apreciada por los especialistas belarusos, así como por los expertos rusos desde San Petersburgo y Moscú. El libro es prácticamente idéntico al original. Además de eso, me gustaría señalar que con el nivel actual de los medios técnicos no es muy complicado hacer una reimpresión facsímil, pero volver a crear un libro según la tecnología antigua ya es un caso raro.

En el futuro Vladímir Likhodédov sueña con imprimir también otros libros publicados en imprentas belarusas en los siglos de XVI a XVII. En su proyecto ya se interesaron en Rusia, Polonia y Alemania, entre otros. En particular, los polacos están interesados en la posibilidad de recrear el Evangelio de Zabludov.


Como se sabe, Vladímir Likhodédov, en 2006 fue galardonado con el premio presidencial, “Por un renacimiento espiritual”. Su amigo y colega, Vladímir Péftiev, es conocido más bien en los círculos de negocios y entre los representantes de la élite empresarial. Pero, al mismo tiempo él está interesado en el estudio de la historia local, es coleccionista y filántropo, que presta mucho tiempo a la cultura, y, de hecho, es el sucesor de las mejores tradiciones de los representantes prominentes de la élite empresarial, tales como el fabricante A. Postnikov, los comerciantes-coleccionistas, A. Sorokin, P. Tretyakov, P. Shchukin, I. Vakhroméev (el bisabuelo del metropolitano, Filaret (Vakhroméev)), y otros. Sus nombres son recordados no porque eran gente rica, sino porque hicieron una notable contribución a la conservación y la promoción de valores culturales. El nombre de Vladímir Péftiev permanece en la historia de Belarús, no a causa de su éxito comercial, sino a debido al hecho de que las adquisiciones comerciales él las pone al servicio de la cultura y, por tanto, a la sociedad y la nación. Y cuanto más haga en este campo, más fuerte será el recuerdo.

Desde hace mucho Vladímir Likhodédov y Vladímir Péftiev forman un tándem creativo. Por ejemplo, para el aniversario número 200 de la memoria de la Guerra de Patria 1812 ellos prepararon conjuntamente y publicaron el álbum, “Cronología de la Guerra Patria 1812 en postales antiguas y obras gráficas”. Además de eso, fue celebrada una exposición temática y en afueras de la ciudad de Vileyka fue restaurado el monumento a todos aquellos que murieron en la guerra de 1812. Los dos están unidos por intereses comunes, pasatiempos, y lo más importante tienen un deseo constante de hacer algo para la creación cultural. Sólo podemos agradecer a los autores incansables y desearles éxito en su noble obra.

Gordey Scheglov, sacerdote, catedrático de la Academia Teológica de Minsk
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