Su aniversario número veinticinco el festival, “Molino de la Moda”, se lo celebra renovado y rejuvenecido

No tanto la ropa como el verdadero arte

De las fantasías futuristas a la estricta funcionalidad, de los pantalones inconformistas al triunfo de obras hechas a mano: la parte final del XXV Festival Nacional de la Moda y Fotografía, “Molino de la Moda-2016” –celebrado este año– ha alegrado de verdad. Tal vez la nueva generación de diseñadores aún no está muy experimentada, pero tiene muchas ideas innovadoras. Su aniversario número veinticinco el festival, “Molino de la Moda”, se lo celebra renovado y rejuvenecido.



La importancia educativa


Durante mucho tiempo, la moda era una prerrogativa de Minsk: si uno quería lograr algo en la industria de la moda, debía hacer maletas e ir a la gran ciudad para formar un grupo de personas dedicadas al diseño y la moda. En la provincia uno podía trabajar durante toda su vida y nunca llegar a conquistar el podio. Hoy en día, gracias al festival, “Molino de la Moda” –que se celebra también en las regiones belarusas a fin de elegir a los concursantes– cada diseñador con talento desde la provincia puede lograr éxito, así como mejorar su desarrollo profesional. Dar el primer paso y manifestar sus habilidades es posible incluso mientras uno está estudiando en la escuela: el nombre del diseñador es el principal capital, cuanto antes uno comience a ganar mejor.

En los últimos años, el festival, “Molino de la Moda”, se ha convertido en uno de los proyectos culturales y educativos más importantes en Belarús. Sólo debemos apreciar el entusiasmo de los organizadores: 648 solicitudes de todo el país, es decir una enorme demanda de parte de los participantes, que crece de año en año. Con cada concursante –admitido a la siguiente etapa– se está llevando a cabo el trabajo: los diseñadores de moda dan consejos a los principiantes, se los orientan, así como se les brindan apoyo en todas las etapas de la competición. Hace falta señalar que a la final después de las selecciones pasaron 88 colecciones y aunque no eran muy grandes, en el desfile final su variedad impresionó mucho a admiradores de moda. Como en toda esta diversidad se orientaba el jurado es todo un tema. Es probable que los profesionales fueran fuertes espiritualmente y seguros de que el público poco experimentado.

Todos sabemos que la moda es un oficio que no sólo requiere de mucho tiempo, sino de importantes gastos. El diseñador joven, Ilya Kivak, de la ciudad belarusa de Baránovichi, admitió que sin ayuda de su colegio no ha podido participar en el festival:

— Tengo 20 años, estoy estudiando en el Colegio Nacional Profesional y Técnico de Baránovichi en la facultad, “Diseñador de la Moda”. ¡Es muy buena especialidad! Me encanta estudiar aquí, siempre me ha gustado dibujar e inventar algo nuevo. Participo en el festival, “Molino de la Moda”, por primera vez y agradezco a todos los que me han ayudado. La directiva del colegio me ha ayudado con las telas, por lo que el coste de la creación de la colección es mínimo.

Moda infantil en la vanguardia


Tradicionalmente, en el festival toman parte muchos invitados extranjeros: diseñadores de moda y dirigentes de las escuelas de moda, entre ellos los miembros del jurado que con mucha dedicación analizan las obras de los afortunados que una vez celebrado el festival, “Molino de la Moda”, participarán en prestigiosos concursos en el extranjero. Sanita Blomnietse –que representa el concurso de la moda, “Habitus Baltia”, celebrado en Letonia- ha admitido que tiene un objetivo muy específico:

— Estamos cooperando con el festival, “Molino de la Moda”, durante varios años y cada año invitamos a uno de los concursantes para asistir a la etapa final de la competencia internacional, “Habitus Baltia”, que se lleva a cabo en Riga. Estoy aquí por segunda vez, y el año pasado me quedé impresionada por las colecciones de ropa de niños, me gustaría elegir precisamente ésta.

Pues bien, en cuanto a la moda infantil los diseñadores belarusos están en vanguardia: Tatiana Karpálova y Svetlana Vorobiova de Gómel, Kristina Gagútskaya y Anastasíya Dorózhkina de Vítebsk, Alina Dayneko de Svetlogorsk. Tenemos muchas diseñadoras que proponen ropa de niños muy variada: de prendas cómodas para pasear con sus amiguitos hasta los vestidos al estilo de la princesa.

Además de eso, hace falta hablar de los diseñadores de moda que representan las colecciones, cuya producción puede ser lanzada próximamente: por ejemplo, la diseñadora, Julia Golyah desde Zhódino, que trabaja en la empresa, “Svitanak”, agradó con la encantadora serie de vestidos para las niñas que los padres estarán dispuestos para comprar, si aparecen en la venta. Este enfoque es necesario, en primer lugar, para nuestra industria ligera: no todo el mundo puede comprar ropa de alta costura, pero todos quieren verse bien y vestir bien a sus hijos.

Para personas fuertes y de estilo


A propósito, los participantes extranjeros del festival, “Molino de la Moda”, ya según la tradición presentan un gran número de colecciones para hombres que, en general, es una rareza. Por ejemplo, en Rusia, según Tatiana Mikhalkova, durante la selección a la competencia internacional, “Silueta Rusa”, los diseñadores –que quieren hacer ropa de hombre– son muy buscados. ¡Y eso en un enorme país como Rusia! A su vez, en Belarús hay muchos de éstos.

Alexandra Zhuk y Darina Koval invitarov a pasar por el podio a los típicos inconformistas ciudadanos. A su vez, la diseñadora de Bobruisk, Polina Zyuzgina, presentó una colección de una especie de ángeles brutales de la metrópoli en jersey gruesos de punto con aplicaciones de cuero. El dúo, Anna Gladkaya e Irina Krivodúbskaya, impresionó a todos con su colección, “Guerreros del Nuevo Mundo”: vanguardia de sombrío, steampunk con cilindros de cuero y gafas goggles, pinturas, remaches, ranuras... En definitiva, es la “posapocalipsis”: la vida después de la guerra...

Miré a los miembros del jurado: reconocidos diseñadores prendían sus teléfonos inteligentes y sacaban fotos sin parar. Ya no se trataba de la ropa, sino de verdadero arte, y, como la consecuencia, sonaron fuertes aplausos.

Irina Yevséeva
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