El artista popular de Belarús, Vladímir Gostyukhin –que hace poco ha celebrado su aniversario número 70– nos cuenta sobre sus mejores papeles, su participación en las series de televisión y también por qué no le gustan a él las películas modernas

No hay fronteras, no hay aduanas — y es maravilloso…

El artista popular de Belarús, Vladímir  Gostyukhin –que hace poco ha celebrado su aniversario número 70– nos cuenta sobre sus mejores papeles, su participación en las series de televisión y también por qué no le gustan a él las películas modernas.



Lo más importante son las relaciones entre las personas


— Señor Vladímir, usted a menudo habla negativamente sobre el moderno cine ruso. ¿Por qué no le gusta?

— Actualmente graban películas pasajeras, de entretenimiento. Aunque en la disposición de cineastas está un gran número de tecnologías, el cine pierde la interpretación orgánica, la psicología profunda de sentimientos y la complejidad de las relaciones humanas. Ya no hay personajes apasionados, cuyos mejores ejemplos podemos ver en el cine soviético. Por supuesto, entonces también se hacían muchas películas de coyuntura, pero yo estoy hablando de las cintas creadas por los más grandes directores de cine soviético. Estas películas uno puede ver sin fin: por ejemplo, “Guerra y Paz” de Bondarchuk o “Don Apacible” de Guerásimov. A su vez, las películas pasajeras y de entretenimiento no se puede verlas más de una vez.


En la película “El primero después de Dios”

— Hace poco usted ha presentado la película, “Ojo por ojo”, en la que ha interpretado uno de los papeles protagonistas. ¿Qué significa para usted este trabajo?

— Es la última obra maestra del distinguido director de cine, Gennady Poloka. La película está basada en la novela de Boris Lavreniov, “El séptimo compañero”. En su trama está la historia del general blanco de la dinastía aristocrática de élite y el bolchevique, que desempeñan papeles de víctima y su verdugo. En los días del terror rojo y blanco después del intento de asesinato de Vladímir  Lenin en Rusia comenzaron a disparar a los ex funcionarios zaristas. Mi personaje –el soldado, Kukhtin– lo ejecutaba en la casa del comandante en Moguiliov. De pronto, entre el general zarista y el bolchevique surgió simpatía. Dando cuenta de que son representantes del mismo pueblo, estas dos personas necesitaban uno al otro.


Durante el rodaje de la cinta “Subteniente Romashov”

La idea de la unidad de la gente estaba muy cercana al director de cine, pues sus dos abuelos durante la guerra civil combatían en los lados opuestos. “Todo esto no tiene ningún sentido, pues es superficial, me decía Gennady Poloka durante el rodaje, lo más importante, son las relaciones humanas. Matar uno a otro es una locura”.

Varias veces presentamos la película, “Ojo por ojo”, en festivales celebrados en diferentes ciudades, en dos ocasiones la demostramos en Moscú, y yo vi a la gente saliendo con las lágrimas en los ojos. A propósito, no hicimos ninguna publicidad, la película fue grabada en Belarús y no costó casi nada. Cuando el rodaje fue detenido, incluso tuve que buscar la ayuda del presidente belaruso, Alexander Lukashenko. Después de ver los materiales de la película, el mandatario dijo: “¡Siga grabando!”


Durante el rodaje de la película “Árboles de Navidad 1914”

El conductor personal de Santa Claus


— ¿Si mira hacia atrás en qué películas era interesante participar para usted?

— En la película. “Zurdo”, de Sergei Ovcharov, que hace parábolas en la forma de un cuento muy grotesco. Algunos admiradores de cine admitían que al principio no lograban entender su estilo, pero, si lograban, experimentaban todo un shock. Me alegro de que a menudo yo haya tenido la oportunidad de protagonizar este tipo de películas.

Me encantan también mis papeles en las series de televisión, en las que he trabajado durante mucho tiempo poniendo acentos psicológicos. Además de eso, recuerdo con mucho agrado el trabajo en la película de muchas partes, “Entre los bosques y las montañas”; según la obra de Mélnikov-Pechersky, donde yo interpreté al comerciante de la región del Volga. El director de cine, Alexander Zamiatin, disponía de un material muy interesante. Todo el tiempo parecía que estaba modelando sus personajes de una plastilina caliente y blanda a pesar de que era una telenovela bastante fuerte.


En el papel del tío Frol en el cine “Vlastimir”

Además de eso, me encantó participar en la serie de televisión de cuatro partes, “Doctor Muerte”, donde interpreté el papel de una persona muy mala, ex bandido de los años noventa del siglo veinte, que se convirtió en el hombre de negocios muy conocido. Me gustaba mucho este personaje. Otra cosa es que a finales de la película los autores decidieron terminar la historia con los disparos, pero había la oportunidad de hacer que el protagonista finalmente se diera cuenta de todo el vacío de la vida pasada y comenzara todo de una pizarra limpia.

También fue muy interesante trabajar sobre el papel del investigador de la fiscalía general en la serie de televisión, “Ciudadano jefe-3”. Sólo recientemente han comenzado a hablar de la corrupción entre los superiores del gobierno, a su vez, Gennady Kayúmov hizo una película dedicada a este tema aún en 2005. La cinta fue recibida con una tensión, pero a mí me gustaba mucho por ser tan discreta en hablar sobre los males de los funcionarios.


En la serie “Camioneros”

— ¿Cómo recuerda el trabajo sobre la película, “Ascenso”?

— Hace falta señalar que esta película ha determinado mi destino en el cine. Todo fue gracias a la gran directora, Larisa Shepitko. Todos saben que yo durante cinco años trabajé de obrero de escena en el Teatro del Ejército Soviético, porque nadie me daba papeles. Me ayudó un caso: se enfermó el artista, Boris Morózov, ahora el director general del teatro. Entonces Larisa Shepitko me invitó a participar en la película, “Ascenso”, hecha por la novela de Vasil Bykov, “Sótnikov”. Para interpretar el papel de Rybak sus candidaturas se las presentaron también Vysotsky y Gubenko, pero Larisa por alguna razón optó por actores aún desconocidos, y eligió a mí y a Boris Plótnikov del Teatro de los Jóvenes Espectadores de Sverdlovsk. Nos sentimos que tendríamos que morir, pero interpretar bien nuestros papeles.

En el concurso en Berlín nuestra película ganó el “Oso de Oro”. Pero al festival vinieron solamente Boris y Larisa. A mí no me permitieron asisitir, pues el intérprete del papel negativo no podía representar el cine soviético en el extranjero. Después de la cinta, “Ascenso”, yo comencé a participar en la serie de televisión, “El Camino del Calvario”. Además de eso, me invitaban a trabajar en todos los teatros. Y también el famoso director de teatro, Tovstonógov... Pero yo me fui a Minsk y comencé a trabajar en el Teatro-Estudio de Actor, interpretando papeles protagonistas.

— ¿En qué está trabajando ahora?

— Interpreto el papel de un conductor personal de Santa Claus en una película de entretenimiento, un cuento de hadas, una fantasía. A su vez, el papel de Santa Claus, director de la corporación de los Santas Claus, se lo interpreta el reconocido actor y cineasta, Fiodor Bondarchuk. Nosotros andamos en el auto de la época soviética, “Volga”, que se transforma fácilmente en el trineo, y viceversa. Mi papel es casi sin palabras.


Desempeñando el papel del tío Frol en el cine “Vlastimir”

Patria: Yo me siento muy bien tanto en Moscú, como en Minsk


— En los encuentros con el público les encanta citar los poemas de Serguéi Yesenin. ¿Cómo descubrió para sí mismo sus hermosas poesías?

— Las obras del poeta me las presentó mi compañera de escenario. Con mucho entusiasmo empecé a leer las poesías de Serguéi Yesenin y leí todo lo que fue publicado entonces. Este poeta se me pareció tan cercano y tan profundamente entraba en mi estado de ánimo, que hasta se convirtió en un ser vivo muy querido para mí.

Lo entiendo muy bien, cuando leo sus poemas en la escena. Además de eso, siento que estos sentimientos míos los comparte también la audiencia. En realidad, yo no leo poesías de Yesenin, sino cuento las historias en las que están basadas sus obras: molinero, su esposa, Pron Ogloblin. También tenemos en el Teatro-Estudio de Actor la composición musical y poética, “Anna Snégina”, que goza de mucha popularidad entre los espectadores. La presentamos en Moscú, en el Teatro en Taganka, donde también nos dieron una calurosa bienvenida.

— ¿Qué tal a menudo pasa por su tierra natal, ciudad de Ekaterinburgo?

— Durante tres años consecutivos junto con Valery Zolotukhin y Boris Galkin fui el presentador de la noche solemne, “Héroes de Rusia”, celebrada allí. La ciudad se ha cambiado mucho. Pero hay lugares que han permanecido intactos. Una vez, después de veinte años de mi ausencia, llegué para celebrar el aniversario de mi padre y recorrí toda la ciudad a pie.


Durante el rodaje del filme “Curar el miedo”

— En Belarús y Rusia fue celebrado el Día de la Unidad...

— Me siento feliz de que estemos construyendo la Unión de dos Estados de Belarús y Rusia. Para mí en este hecho hay muchas ventajas. Sobre todo aprecio que llego a mi tierra natal sin ningún problema, pues no hay fronteras, no hay aduanas, y es maravilloso. Pero para mí sería mejor que nosotros, como antes, vivamos en un solo país.

— ¿Cómo celebró su reciente aniversario?

— No lo pregunte, ya lo he olvidado.


Durante el rodaje del cine “Cadetes”


Informe


Vladímir Gostyukhin es el actor soviético y belaruso del teatro y cine, así como director de cine. Nació en 1946 en la ciudad rusa de Sverdlovsk. Se graduó del GITIS. Trabajó en el Teatro del Ejército Soviético. Desde 1982, es el actor del Teatro-Estudio de Actor de Minsk. Participó casi en un centenar de películas, entre ellas “Ascenso”, “El tiempo nos ha elegido”, “Orilla”, “Zurdo”, “Urga: territorio del Amor”. El amor del público el actor lo ganó después de interpretar el papel de Iványch en la serie de televisión, “Camioneros”.

Es el artista popular de Belarús, laureado del premio de la Unión de dos Estados de Belarús y Rusia, Premio Estatal de la Unión Soviética y Premio Estatal de la Federación de Rusia.

Nina Katáeva
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