El municipio de Kamenetz es famoso por el hecho de que su mayor parte forma el parque nacional, “Belovézhskaya Pushcha”

Mentalidad del pueblo de bosque

El municipio de Kamenetz es famoso por el hecho de que su mayor parte forma el parque nacional, “Belovézhskaya Pushcha”.
El municipio de Kamenetz es famoso por el hecho de que su mayor parte forma el parque nacional, “Belovézhskaya Pushcha”. Además de eso, en esta región se encuentra el mayor número de granjas en la provincia de Brest. Son más de cuarenta. Y esto a pesar de que una gran área está cerrada al acceso del público, pues es la zona fronteriza. Los extraños aparecen aquí sólo al obtener un pase de la guardia de fronteras.

El pueblo en Belovézhskaya Pushcha

El municipio de Kamenetz es famoso por el hecho de que su mayor parte forma el parque nacional, “Belovézhskaya Pushcha”. Además de eso, en esta región se encuentra el mayor número de granjas en la provincia de Brest. Son más de cuarenta. Y esto a pesar de que una gran área está cerrada al acceso del público, pues es la zona fronteriza. Los extraños aparecen aquí sólo al obtener un pase de la guardia de fronteras.

El pueblo Kamenyuki –situado en el cruce de Belarús y Polonia– es el centro administrativo del parque nacional. Y por lo tanto, es el punto más importante de atracción para los turistas nacionales, así como extranjeros. Aquí vienen para dar una vuelta todos los amantes de los animales salvajes que permanecen en jaulas. Además de eso, los visitantes tienen la posibilidad de conocer la vida en el bosque prístino y ver los robles y pinos de cien años, así como pasar por el hogar del buen mago, Santa Claus belaruso. Es muy agradable descansar varios días en un bosque protegido. Y aún mejor vivir aquí.

Vasily Rebik, dueño de la granja, “La Casita del Pescador”, en la calle Náberezhnaya en el pueblo Kamenyuki, me recibe recitando su propio poema:

En el este permanece el disco solar,
El pato se siente bien nadando por el lago.
También se oye un grito de grúas...
Por allí lejos se encuentra la manada de bisontes.
¡Qué belleza natural! Y no hace falta pagar para verlo.
Entre los arbustos el ruiseñor
Da una clase de canto.
El pez con su cola golpea el agua...
La madre naturaleza sigue viviendo,
No le molesten, por favor,
Y la vida será sin fin...

Estamos con Vasily en la orilla del estanque o lago cavado por él:

— El agua es de manantial. Metí en la misma carpa, herbívora, carpín... Todas las habitaciones ya están reservadas para celebrar el Año Nuevo. Mis clientes de siempre me hicieron prepago aún en abril.

Vasily Rebik no es oriundo de esta zona. Él es de la provincia rusa de Bryansk. Es ex militar. A partir de 1972 vive en el pueblo Kamenyuki. Hace algún tiempo se mudó de un apartamento a su propia casa. Durante seis años junto con su esposa, Lidia, se dedica al agroturismo.

Vasily muestra todo hecho con sus propias manos. Ví pinos creciendo en el patio. Todos son de diferente altura. ¿Por qué? El dueño explica:

— El árbol más alto tiene 16 años. Cuando lo plantaba, las raíces las toqué con sus manitas mi nieta, Anastasia. Lo mismo pasó con el resto de árboles. El pino de mi nieto, Oleg, tiene 13 años, de Gregori siete años, de Masha cuatro años. Todo lo que he hecho, dejaré a mis queridos nietos.

Las personas – que viven en el bosque – son así. Ellas viven en el presente y piensan en el futuro.

Vasily Rebik

Kamenyuki es un pueblo grande: el número de vecinos es de mil 71 personas. Hay clínica, guardería, escuela, banco, iglesia, centro de cultura y artesanía, punto de recogida, cuatro tiendas, estación de gasolina. No es un pueblo común.

En el pueblo Kamenyuki ví a una zorra. Ella se detuvo, como si esperara algo para comer. Hice su fotografía y comenzamos a hablar con Vasily Rebik sobre el comportamiento de la zorra bien atrevida.

El dueño de la granja se sonrió:

— Es cierto, en nuestro pueblo las zorras andan como los pollos. También aparecen jabalíes y corzos.

No hace mucho, una zorra, literalmente, aterrorizaba a los vecinos del pueblo: no sólo por la noche entraba en graneros, sino también durante el día agarraba los pollos sin tener miedo a la gente. Ella socavaba los cimientos, pasaba la cerca, buscaba cualquier brecha para atrapar al pollo y comerlo. Las trampas no ayudaban: la zorra de alguna manera sin caer en la trampa lograba hacer su cosa.

Pero al final fue atrapada. Uno de los vecinos del pueblo, al abrir por la mañana el granero, vio a la zorra. En seguida él cerró la puerta y llamó al personal del parque nacional, “Belovézhskaya Pushcha”. Pero cuando llegaron los cazadores, la zorra se esfumó. Los empleados del parque encontraron en el granero una alcantarilla abierta. Obviamente, la zorra se escapó por la misma.



La escotilla más cercana estaba a casi cincuenta metros de la obra y fue abierta, porque en esta sección se realizaban trabajos de reparación. Para que la zorra no pudiera usarla, en seguida la cerraron y llenaron con el agua. En resumen, la zorra se vio obligada a regresar al granero, donde ya la esperaban los cazadores.

Una vez al hacer el examen médico, la zorra fue metida en la jaula en el parque nacional.

En Kamenyuki se conocen muchas historias semejantes. A esta altura, en una jaula en el parque nacional también vive un lince. Además de eso, aquí a veces viene también un gato. Resulta que un vecino encontró en el bosque y llevó a casa a este animalito. El pequeño se hizo amigo de su gato. Cuando el lince creció, fue llevado al recinto. Ahora el gato visita a su viejo amigo.

Además de eso, me gustaría contar otra historia sobre la vida en el pueblo de bosque. La conozco desde hace mucho tiempo. Yo a menudo pasaba por la casa de Natalia Dyachenkova. Paseaba en el bosque con el lobo Richie criado por ella. Hace varios años ella falleció, pero todos los vecinos en Kamenyuki recuerdan su amor por la naturaleza y por los animales.


La candidata a doctora en ciencias biológicas, Natalia Dyachenko, llevó al lobo Richie a su casa, cuando él tenía no más de una semana. Los cazadores de la provincia de Vítebsk se lo encontraron en Belovézhskaya Pushcha junto con su hermanita. Otros tres cachorritos fueron enviados a la provincia de Grodno. A veces sucede así: a los cachorritos –que se quedaron sin padres– crían en un cautiverio. Este destino debería tener también Richie. Se lo llevaron a casa de Natalia Dyachenko, a quien todo el mundo en Kamenyuki consideraba la “madre” de cachorros de zorra y otros animales…

Acuerdo como Natalia Dyachenko me contaba:

— Los cazadores me pedían llevar a otros cachorros ciegos. Durante tres días me resistí. Ellos chirriaban en el balcón de uno de los empleados. En las condiciones naturales, su madre los cuidaba, pero al quedarse solos, los cachorros se morirían por la ruptura de la vejiga o vólvulo. Yo aconsejé a los cazadores masajear estómagos con un viejo cepillo de dientes, y cuando me di cuenta de que los cachorros estaban a punto de morir, me di por vencida. La hembra se murió. Aunque con las hembras los problemas son menores. Conozco un caso, cuando una loba estaba viviendo en un apartamento e incluso paría. Durante tres noches cuidaba a Richie, como a un niño pequeño.

Richie no era el primer lobo, que Natalia Dyachenko salvó. En algún momento en la familia vivía también Rem.

Al principio el lobo Richie, el perro Jack, Natalia Geórguievna y su hija, Tatiana, vivían en un apartamento de un dormitorio. Después de que el lobo sacó el linóleo en la cocina, lo movieron al granero. Richie se acomodó en un viejo sofá. Pronto incluso las vacas en el granero cercano dejaron de prestar atención a su nuevo vecino. Richie aullaba a la luna. A veces lo hacen también los perros...


Hace falta señalar que la mayoría de los vecinos del pueblo Kamenyuki trabaja en el parque nacional, “Belovézhskaya Pushcha”, de ingenieros forestales, guías turísticos, mucamas, administradores y cocineros.

En el pueblo Kamenyuki todo está relacionado con el bosque: nacimiento, educación y ocio. No podría ser de otro modo en un pueblo de bosque.
Desde la infancia todo el mundo en Kamenyuki se acostumbra vivir en armonía con un bosque. Hace ocho años por la iniciativa de la directora de la escuela local, Valentina Frolova, fue creada la organización pública de niños, “Ecópolis”, y un poco más tarde el centro docente obtuvo el estatus de la escuela ecológica.


En 2011, en la calle Pushchánskaya, en Kamenyuki, fue abierto el Centro de Artesanía y Cultura. El logro más importante del nuevo centro cultural es la preservación y el desarrollo de los oficios tradicionales belarusos. Irina Kushneruk, una de las artesanas más reconocidas en la provincia de Brest, fue nombrada la directora del centro. Además de eso, me gustaría añadir, que Irina Kushneruk es la mujer talladora única en nuestro país, que trabaja con una motosierra. Irina tiene un montón de ideas, por lo tanto, los profesores y alumnos de Kamenyuki no se sienten aburreidos. Sus esculturas bien variadas los interesados pueden ver en la hacienda de Santa Claus belaruso en Belovézhskaya Pushcha. Son figuras de cabra, caballo, muñeco de nieve, gallo y zapo.
 
Para trabajar aquí Irina vino por la distribución después de graduarse del colegio de arte de Bobruisk. Junto con su esposo, Vladímir, ellos construyeron una casa en el pueblo Kamenyuki, así como criaron a sus dos hijos. Hoy en día, Irina Kushneruk es una gran maestra. Pinta cuadros y talla obras de madera. Su arte es todo un encanto. Por lo general, la piden hacer cosas para regalar a los visitantes más distinguidos. Cada trabajo suyo requiere a veces de hasta dos meses.


Además de eso, en el Centro de Artesanía y Cultura –encabezado por Irina– trabaja su esposo, también el reconocido tallador, que enseña a los jóvenes todos los trucos de este interesante oficio. Aquí mismo trabaja su hija. La muchacha no quiso irse a la ciudad.

Pero el bosque grande es una cosa muy distinta. La mentalidad de la gente del bosque, así como el ritmo de su vida, son muy distintos. Aquí uno vive con la armonía en el alma. En el parque nacional, “Belovézhskaya Pushcha”, uno en seguida se da cuenta de que tan agitada está nuestra vida. A su vez, el olor de agujas de pino es eterno. El primer hielo en el río, Lesnaya, las heladas en las ramas de álamo, el vapor de la nariz de un bisonte es todo un apaciguamiento sólo al mirar varios segundos. Y eso vale la pena mirar durante mucho tiempo.
 
Valentina Kozlóvich
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