El Aeroclub de Minsk entreabrió una ventanilla al cosmos

Los hermanos estelares pasaron a la historia

El Aeroclub de Minsk entreabrió una ventanilla al cosmos


En el Aeroclub de Minsk de la DOSAAF (Sociedad Voluntaria de Ayuda al Ejército, Fuerza Aérea y Marina) se inauguró el pabellón “Cosmos”. Allí la atención particular se presta a la huella belarusa en la historia de la astronáutica. En el pabellón se puede ver tales muestras únicas como, por ejemplo, una cápsula espacial de la nave Soyuz, un soporte de fijación y una escafandra del astronauta Piotr Klimuk. Aquí hay uniforme de la tripulación de la Estación Espacial Internacional, imágenes únicas tomadas desde la órbita terrestre, famosos tubos pequeños con borsch y chuletas — la comida de astronautas.



Es simbólico que a la ceremonia de inauguración llegaron todos los astronautas oriundos de Belarús: dos veces Héroes de la Unión Soviética, generales coroneles retirados Vladímir Kovaliónok y Piotr Klimuk, el Héroe de Rusia, coronel Oleg Novitski. Entre los invitados de honor estaba también el famoso piloto-astronauta, Héroe de Rusia Aleksandr Kaleri, que pasó en el cosmos 769 días — el tercer resultado en la historia. A sus colegas “estelares” se adhirieron los pilotos probadores de la Unión Soviética: el Héroe de la Unión Soviética Víktor Pugachiov y el graduado del Aeroclub de Minsk de la DOSAAF, Héroe de Rusia Evgueni Frolov, cuyos nombres lleva la acrobacia aérea. La participación del primer ministro de Belarús, Andréi Kobiakov, y el secretario de Estado del Consejo de Seguridad de Belarús, teniente general Stanislav Zas, evidenció que el Estado también presta atención al proyecto.

Oleg Novitski regaló para la exposición su mono en el cual se entrenaba antes del vuelo y que llevaba en la Estación Espacial Internacional. Sus guerreras de oficial las entregaron Vladímir Kovaliónok y Piotr Klimuk. La muestra central es la cápsula real de la nave espacial en la cual los astronautas regresan a la Tierra. Dentro de la cápsula restauraron el cuadro de instrumentos y asientos. Esta cápsula tiene buen estado, pero nunca estuvo en el cosmos. Los entusiastas la encontraron en la empresa minsqueña NPO Center que entonces trabajaba para la industria espacial. Una muestra extraordinaria más es la puerta de la habitación N305 del hotel Kosmonavt en la cual viven los astronautas antes del vuelo orbital. Todos los pilotos-astronautas que llegaron a la inauguración dejaron en esta puerta sus autógrafos. Después de una improvisada sesión de autógrafos Oleg Novitski señaló:

— Las cuestiones de la colaboración son primordiales porque en el cosmos nadie puede trabajar a solas. Rusia y Belarús colaboran muy estrechamente. Esta colaboración tomó su principio en los tiempos soviéticos. En la actualidad Belarús puede enorgullecerse de su óptica excelente y maquinaria compleja para las investigaciones espaciales.

Hace 4 años, el 22 de julio de 2012, la lanzadera Soyuz junto con el satélite ruso llevó a la órbita de 500 km un aparato espacial belaruso — un ejemplo vistoso del trabajo conjunto de los científicos de dos países. En enero de este año a la órbita fue lanzado el primer satélite de telecomunicaciones belaruso que sirvió de una base para el programa nacional de comunicaciones por satélite.

Según la opinión del jefe del Aeroclub de Minsk de la DOSAAF, Nikolái Mochanski, que reunió muchas muestras, en el futuro la exposición puede obtener el estatus del Museo de Aviación y Astronáutica.

Andréi Drob
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