
Para el comienzo de la parada junto a la estela y en las calles adyacentes habнa tanta gente que como se dice no cabнa un alfiler. Decenas de miles de habitantes de Minsk y visitantes de la ciudad vinieron a deleitarse con el espectбculo que, segъn mi observaciуn personal, notoriamente se diferenciaba de las actividades anteriores semejantes. Llamу la atenciуn aquello que para esta vez en el guiуn de la fiesta el acento fue hecho precisamente en la parte pacнfica y no en la militar. Pienso que en esto hay un sentido especial...
Sн, la historia del Dнa de la Independencia toma su comienzo en los difнciles aсos de la guerra. El 3 de julio se ha convertido en el sнmbolo de la liberaciуn del pueblo bielorruso del yugo de la ocupaciуn fascista. Entonces nuestros abuelos resistieron, conquistaron para nosotros — para las generaciones futuras — el derecho a la vida pacнfica y al trabajo constructivo. Las “escuadras” del ejйrcito que pasaron en marcha solemne ante las tribunas, simbolizaban la continuidad de las gloriosas tradiciones de la defensa de la Patria. Pero de todas maneras, la parte principal de las actividades fue pacнfica. Las columnas de los deportistas, de la juventud, de los colectivos artнsticos, de las madres de familias numerosas y de la chiquillerнa, era como que apoyaban todo el sentido profundo del valor de la fiesta de la Independencia. Precisamente en ella estб la riqueza principal — el agradecimiento a la generaciуn mayor por la libertad que nos regalaron, por la fe en el maсana floreciente y por la seguridad en aquello que la felicidad comъn — estб en las propias manos. “Una Belarъs fuerte y floreciente — es el mejor monumento a los caidos y a los vivos”, — en forma breve y substancial resumiу Aleksandr Lukashenko el papel de la generaciуn actual para el fortalecimiento de la soberanнa del paнs natal.
Despuйs de haberse terminado los ъltimos acordes solemnes de la banda militar, la gente no querнa dispersarse. La fiesta continuaba. Los numerosos escenarios de concierto en los parques y jardines invitaban a continuar los paseos. Tanto el tiempo atmosfйrico como el estado de бnimo ayudaban a ello. Las calles de Minsk no quedaron vacнas hasta tarde por la noche, cuando el cielo oscuro no fue adornado con las flores de los fuegos artificiales de la fiesta.