Si creemos la teoría del libro, “El decimoquinto año fatal”, el decimoquinto año de cada siglo establece el tono para todo el siglo

La fórmula exacta de la integración

Si creemos la teoría del libro, “El decimoquinto año fatal”, el decimoquinto año de cada siglo establece el tono para todo el siglo. Pero a diferencia de años anteriores –cuando había sonado una gran cantidad de similitudes con la primera guerra mundial– actualmente hay una sensación de que el mundo, al menos en Europa, cayó en otra picada histórica. Lo más importante es que el conflicto en Ucrania no se haya convertido en una confrontación total, ya que los pesimistas predecían hace uno o dos años atrás. Es también una diferencia. Es probable que el año 2016 traiga más esperanza que el pesimismo.



El momento de la verdad para Europa


El 12 de febrero de 2015, el Presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, acogió en el Palacio de la Independencia a la cancillera de Alemania, Angela Merkel, el mandatario de Francia, Francois Hollande, los líderes de Rusia y Ucrania, Vladímir Putin y Petro Poroshenko. Y cuando, después de 15 horas de trabajo continuo ellos se presentaron ante los periodistas con los acuerdos de Minsk firmados, el mundo se tranquilizó. Minsk se convirtió en el centro del inicio de un nuevo proceso de paz que define hoy en día la expectativa de cambios para mejor.

¿Pero cómo se puede aplicar estos cambios? En las relaciones internacionales existen fórmulas al parecer constantes y una de ellas pertenece a Winston Churchill, quien dijo: “Gran Bretaña no tiene amigos permanentes, sino intereses permanentes”. A su vez, Minsk pudo ofrecer al mundo una nueva interpretación de la fórmula del pragmatismo proclamada por el gran Churchill. En nuestra interpretación, esta fórmula es actualizada un poco: “Belarús tiene amigos permanentes e intereses permanentes”. Gracias a esta combinación en 2015 nuestro país logró establecer nuevas prioridades bien positivas.

Belarús se encuentra en el corazón de Europa no es sólo según su posición geográfica, sino también políticamente. Por lo tanto, nuestro interés clave es convertirse en un puente de la paz y no de la guerra, un puente de la cooperación y no la confrontación. Esta fórmula determina los principales objetivos de política exterior de Minsk en el futuro más próximo.

Minsk es un ancla en un mundo tormentoso


Pero antes de hablar del papel de Belarús como un puente geopolítico, vale la pena evaluar el acontecimiento político más importante sucedido dentro del país. Se trata de las elecciones del presidente de Belarús celebradas el 11 de octubre de 2015.

En los últimos veinte años, el Presidente, Alexander Lukashenko, está gobernando la Belarús independiente, lo que garantiza la continuidad de la historia moderna de nuestro país. Es probable que este fenómeno el Occidente pueda entenderlo mejor, tomándolo desde el punto de vista de la preservación y el desarrollo de la Belarús soberana. Pues hoy en día Belarús es uno de los pocos países europeos que se está desarrollando de manera constante, sin causar ningún problema a sus vecinos en el continente.

Las elecciones presidenciales del año pasado en Belarús demostraron que el papel de un puente político –que simboliza la unidad de la nación– es importante también para el desarrollo interno. El desarrollo sin huecos y vacíos. De lo contrario, será como en la vecina Ucrania, donde precisamente la diferencia entre el este y el oeste del país, entre la élite y la gente común ha dado lugar a conflictos sociales. O podemos recordar el ejemplo más ilustrativo de la diferencia histórica de la época del tradicionalismo y la “democratización violenta de Oriente Medio”, que llevó a una gran guerra en este rincón del mundo.

La democratización belarusa se está desarrollando dentro del país, de modo gradual y progresivo, y el mandatario belaruso, Alexander Lukashenko, está jugando el papel de un anclaje político, que proporciona estabilidad de la nave de Estado. Se puede dar un ejemplo: cuando una persona cambia a sí mismo utilizando entrenamiento autógeno, nunca pierde conexión con los valores básicos obligatorios. Es lo que para que se está cambiando y a que aspira.

La soberanía y la independencia de Belarús es el principal valor absoluto para todos los belarusos y la conexión con esta ancla será para siempre, no importan los cambios y las reformas que nos esperan en adelante.

A propósito, las últimas elecciones presidenciales se han convertido en un poderoso preludio de las elecciones parlamentarias en Belarús, que deben tener lugar este año 2016. Los tres candidatos a la presidencia no han podido competir seriamente con el actual presidente, pero tomando en consideración la experiencia adquirida, se preparan para probar ganar en la campaña parlamentaria. Es muy posible que la discusión pública sobre el desarrollo del país siga desarrollándose.

La delegación de observadores internacionales, entre ellos los representantes de la  Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, así como del Consejo de la Asamblea Parlamentaria de Europa, dejando a nuestro país después de las elecciones presidenciales, se comprometió a volver el año en curso. Sus recomendaciones se aplican también a los cambios en la ley electoral y la autonomía de los partidos políticos. Pero es importante que las fuerzas políticas –que habían participado en las elecciones presidenciales– recibieron un fuerte impulso para poner a prueba a sí mismos en las elecciones parlamentarias. Y todas ellas expresan su interés en que el desarrollo del país sin romper nada para evitar el vacío y la confusión, pero continuando la historia de la Belarús independiente.

Belarús seguirá siendo garante de seguridad


 Uno de los principales resultados de la política exterior del año pasado –que determinará la agenda de 2016– es cambiar la actitud de Occidente hacia Minsk. Hoy en día, esta actitud es más realista, más pragmática y más respetuosa. ¿Qué ha hecho la actitud de la Unión Europea más sobria? En primer lugar, es el hecho de que Minsk se ha convertido en el único lugar, donde se han hecho posibles las conversaciones para la solución de la crisis ucraniana. Al mismo tiempo, nuestro país no ha obtenido ningún beneficio, ofreciendo una plataforma de negociación para el trabajo del grupo de contacto sobre el tema ucraniano.

El Presidente, Alexander Lukashenko, siempre decía que los belarusos, ucranianos y rusos han sido y siguen siendo los pueblos hermanos. El ministro de Asuntos Exteriores de Belarús, Vladímir Makey, explica el credo más importante de la política exterior de Belarús de la siguiente manera. “Nunca hemos tratado de imitar preferencia a un país en detrimento de las relaciones con el otro. Estamos sinceramente interesados en que en nuestra región haya la paz y estabilidad, pero no a costa de nuestras relaciones con Rusia. Pues aunque suena algo banal, los tres pueblos hermanos durante muchos siglos han vivido juntos. Y hoy nos duele mucho de ver esta gran tensión que existe en nuestra región, incluyendo entre los pueblos hermanos. Y si dos hermanos están peleando, debe ser alguien, que haría todo lo posible para reconciliarlos. En este caso, no sólo nos limitamos a jugar el papel de mediador, sino estamos tratando de esforzarnos mucho para que el pueblo de Ucrania, incluso de Donbass, viva en paz”.

Es la filosofía de la misión de mediación de Minsk. Y en la misma se proyecta el pragmatismo de otros jugadores. Pues la crisis en Ucrania afectó a toda Europa. No importa cuál que sean las condiciones geopolíticas de su ocurrencia, nadie quiere llegar a la guerra a gran escala en Ucrania. Por lo tanto, Minsk se convirtió en un ancla para la nave de la diplomacia europea hundiéndose en el Dnieper.

A esta altura, debemos hablar de las perspectivas de futuro de este proceso. Pues el conflicto en Ucrania reveló el problema fundamental de la seguridad europea. Ya no funcionan más las antiguas reglas en el espíritu de Helsinki, y por cierto, los problemas han surgido incluso antes, en Kosovo, entonces, cuando la Unión Europea no ha visto la necesidad de tener en cuenta las opiniones de otros socios, principalmente Rusia. Así que la agenda incluye el desarrollo de las reglas de juego que comprendan y acepten todos. Esto significa una continuación del proceso de Minsk en el sentido paneuropeo más amplio. Algunos analistas predicen que incluso después de Minsk-2 puede ser Minsk-3 como un análogo de los nuevos acuerdos de Helsinki. ¿Parecen ser demasiado ambiciosos estos planes? Pero de hecho Minsk ya se ha convertido en un garante de la seguridad en Europa, y esto se aplica no sólo a la solución de la crisis en Ucrania. Estamos en la encrucijada de las rutas más importantes de transporte y comerciales del continente europeo y hacemos una importante contribución al fortalecimiento de la seguridad, proporcionando una barrera fiable para el tráfico de drogas y la inmigración ilegal, así como luchamos con éxito contra la trata de personas.

El canciller belaruso, Vladímir Makey, ve en esto un requisito previo para la normalización de las relaciones con la Unión Europea:

— Con el paso del tiempo, la Unión Europea se ha dado cuenta de que Belarús no es un títere en manos de alguien, sino un país independiente, que aplica una política independiente basada en los intereses nacionales. Claro que también la combinación de circunstancias ha ayudado a nuestros socios europeos a comprender los motivos que sigue Belarús en la adopción de decisiones de la política interior y exterior. No albergamos esperanzas que mañana se abran todas las puertas y la Unión Europea reciba con brazos abiertos a Belarús. Pero la tendencia hacia la normalización de las relaciones hay”.

A propósito, es bien característica en este sentido la declaración hecha por la Oficina del Secretario de Prensa del Departamento de Estado de los EE.UU., que informa que el 16 de diciembre los Estados Unidos y Belarús han tomado parte de la segunda reunión del Grupo de Trabajo sobre Democracia y los Derechos Humanos. Los EE.UU. han señalado un mayor respeto por la democracia y los derechos humanos en Belarús, lo que es la principal condición para mejorar las relaciones bilaterales y es vital para la prosperidad del país. A la vista de las medidas positivas adicionales en el campo de la democracia y los derechos humanos, los Estados Unidos considerarán medidas de represalia, con miras a la normalización definitiva de las relaciones entre los dos países.

Los Estados Unidos también mantienen su compromiso de apoyar la soberanía, la integridad territorial y la independencia de Belarús.


El recurso belaruso para la vieja Europa


Por lo tanto, una de las principales tendencias políticas en el 2016 promete ser una normalización de nuestras relaciones con los socios occidentales. ¿Qué nos da razones para el optimismo?

En primer lugar, es el recurso de Belarús que no ha sido tomado en cuenta hasta que la vieja Europa no haya tenido que enfrentar a nuevos retos. En condiciones de creciente crisis migratoria hoy en día se percibe de manera diferente el conocido hecho de que Belarús puede servir de ejemplo de buena antigua civilización cristiana, así como la guardiana de los valores tradicionales europeos en su sentido clásico. Al mismo tiempo, la nación belarusa se ha desarrollado como una nación cívica. Es multiétnica y actualmente es un ejemplo único de solidaridad religiosa y étnica. Lo que está bien demandado hoy en Europa, y Belarús puede compartir esta experiencia con sus socios y vecinos.

Además de eso, hay una demanda de fortalecimiento de las relaciones económicas de nuestro país con la Unión Europea. En los últimos veinte años, el volumen de comercio bilateral se ha incrementado 40 veces. Los principales socios comerciales y económicos de nuestro país son siguientes naciones europeas: Gran Bretaña, los Países Bajos, Alemania, Lituania, Italia, Polonia, Letonia, entre otras.

A propósito, en su mayoría los países jugaron un papel de rompehielos de la interacción entre Minsk y Bruselas. En 2014, fueron iniciadas las consultas sobre los temas de la modernización, las negociaciones en cuanto a la facilitación de visados y la readmisión. En 2015, Belarús fue aceptada al proceso de Bolonia, así como se le fue concedido el estatuto de observadora en la dimensión septentrional.

También, en los últimos años, “han sido descongelados” varios mecanismos de cooperación interinstitucional con Alemania. En las relaciones con Francia se ha logrado establecer una comisión intergubernamental bilateral sobre el comercio y la cooperación económica, en el año 2015 celebrar su primera reunión e iniciar la ejecución de proyectos de inversión y de producción conjunta.

Al mismo tiempo, una plena normalización de las relaciones está obstaculizada por la falta de acceso de Belarús hacia las preferencias y los recursos financieros de la Unión Europea, el subdesarrollo del marco jurídico del comercio. Nuestro país está dispuesto a hacer todo lo posible para la eliminación de todas las barreras y espera que los socios europeos tengan enfoques abiertos, honestos y constructivos.

El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Belarús en Francia, Pável Latushko, concluye:

— Creo que viene un período de pragmatismo en nuestras relaciones con la Unión Europea. Es probable que políticos europeos, las personas –que toman decisiones– han entendido de que la política de la presión y la política de las sanciones no lleva a ningún resultado. En primer lugar, a través del diálogo se puede establecer relaciones, resolver problemas y encontrar maneras de salir de los mismos. Espero que este año 2016 sea el año de pragmatismo en las relaciones entre Belarús y los países de la Unión Europea.

La integración de las integraciones


A Minsk se la llaman la capital no oficial de la integración post-soviética. Aquí se encuentra la sede de la Comunidad de Estados Independientes, en el marco de la cual opera la zona de libre comercio. Además de eso, aquí han sido celebrados los acuerdos más importantes encaminados a la creación de la Unión Económica Euroasiática, cuyo objetivo princi‑pal es la integración económica euroasiática. El proceso se está desarrollando y aparte de los logros, se pone delante de los participantes también los nuevos retos. Por desgracia, la Unión Económica Euroasiática tiene muchas excepciones y limitaciones que no son propicias para la pronta creación de un espacio económico único.

Otro desafío es la aplicación del régimen de libre comercio entre Rusia y Ucrania en relación con el inicio del funcionamiento de la zona de libre comercio entre Ucrania y la Unión Europea, así como la adición de Kíev a las sanciones anti-rusas de parte de los socios europeos.

En estas difíciles condiciones, Belarús defiende constantemente sus intereses nacionales. Minsk y Kíev han acordado un algoritmo de nuevas acciones conjuntas para levantar las medidas restrictivas en el comercio mutuo. Eso sucedió unos días antes de que comenzara a operar un área de libre comercio entre la Unión Europea y Ucrania. El mandatario de Ucrania firmó una ley, “Sobre las medidas encaminadas a la estimulación de la actividad económica exterior”. A partir del 1° de enero de 2016 se anulan los derechos de importación adicionales aplicados incluyendo a los productos belarusos.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Belarús está satisfecho: la abolición de los derechos de importación adicionales eliminará las barreras arancelarias existentes en el acceso de los productos belarusos al mercado ucraniano, así como creará las condiciones para aumentar el volumen de exportación de mercancías belarusas a la vecina Ucrania.

En general, nuestro país sigue la filosofía de “la integración de las integraciones”, que implica la cooperación no sólo en los dos bloques de integración más importantes del continente: la Unión Europea y la Unión Económica Euroasiática. En estos procesos ya tiene una visible presencia también el tercer socio: China. Si el siglo XXI está predestinado a ser el siglo “chino”, como han predicho los analistas, tomando en consideración el mayor crecimiento económico en este país, se pone claro que eso influenciará también en el desarrollo de todo el continente europeo. Ahora estamos hablando de la interconexión de los proyectos del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y la Unión Europea, lo que se ve claramente en la dirección de la nueva Ruta de la Seda. El proyecto de “la integración de las integraciones” abre buenas perspectivas. El movimiento hacia la creación del espacio económico único en el continente, sin duda, tendrá un efecto de sinergia global.

El año pasado, fue aprobado un acuerdo sobre la creación de la zona de libre comercio de la Unión Económica Euroasiática y Vietnam. Y una de las primeras visitas extranjeras del Presidente recién elegido, Alexander Lukashenko, fue a Vietnam.


Puertas a Asia Sudeste


El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Belarús en la República Socialista de Vietnam, Valery Sadokho, así comentó la importancia de Vietnam para la promoción de los intereses económicos de Belarús en el sudeste asiático:

— La celebración del Acuerdo de Libre Comercio entre los países de la Unión Económica Euroasiática y Vietnam en mayo de 2015 abrió fundamentalmente nuevos horizontes para el desarrollo de las relaciones comerciales y económicas entre nuestros países. Teniendo en cuenta la creación de la zona de libre comercio, consideramos Vietnam como una especie de plataforma de para nuestra consolidación en la Asia Sudeste y un acceso conjunto con los productos fabricados al mercado de los países vecinos, en particular, a los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Para esto hay buenas perspectivas, y la ASEAN es uno de los mayores bloques con la población de 600 millones de personas, un PIB combinado de más de 2.5 billones de dólares y un monto del intercambio comercial de más de dos billones de dólares norteamericanos en el desarrollo económico sostenible.

En 2015, los procesos de integración en el sudeste de Asia alcanzaron un nuevo nivel y fue creada una Comunidad de la ASEAN. La cooperación de integración está previsto profundizarla en tres áreas más importantes: la política, la seguridad, la economía y la esfera social y cultural. Además de eso, comenzó a operar un mercado único de la Comunidad, que a pesar de algunos problemas, eliminó prácticamente todas las barreras en el comercio entre los países del sudeste asiático.

La creación de una zona de libre comercio entre los países de la CEEA y Vietnam ha dado un nuevo impulso para el crecimiento de las exportaciones de Belarús a Asia Sudeste. Al firmar un acuerdo de libre comercio con Vietnam, Belarús podrá integrarse en uno de los mayores bloques económicos del mundo: la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

El acuerdo también tiene implicaciones políticas y fortalecerá la asociación estratégica entre las partes, basada en el nivel alto de la cooperación de muchos años entre los países de la CEEA y Vietnam, así como reafirmará nuestro compromiso con el desarrollo integral del comercio y la cooperación en la región Asia-Pacífico.

Las principales áreas de cooperación con Vietnam en este sentido son la cooperación industrial, la exploración y la minería, y en el futuro también la ejecución conjunta de los proyectos agrícolas y de infraestructura.

Entre los principales proyectos existentes es la ampliación de la planta de montaje de camiones ya existente, “MAZ”, en Vietnam a base de la corporación de construcción de maquinaria de Vietnam, “ВЕАМ”; la organización de la cooperación en el ensamblaje de algunos modelos de camiones adoptados para el mercado local, con una gran corporación vietnamita, “TMT Motor”.

Como parte del desarrollo de la cooperación industrial en el campo de la ingeniería mecánica en 2015 se desarrolló con éxito la interacción entre la empresa belarusa de camiones, “MAZ”, con otra importante planta de ingeniería vietnamita, “SAMCO”. Fueron ensambladas las primeras muestras de los autobuses urbanos de piso bajo. Además de eso, fue celebrado el contrato para la producción en el año 2016 de 30 unidades de vehículos de pasajeros, “MAZ”, en la ciudad de Ho Chi Minh. Hay un buen trampolín para suministrar fertilizantes belarusos a Vietnam, los camiones volquetes de cantera, “BelAZ”, llantas, medicamentos, productos alimenticios y la maquinaria especial. Entre los proyectos previstos es la creación en Vietnam en el futuro próximo de las producciones de montaje de motores de Belarús, tractores y equipos agrícola, la producción conjunta de los productos lácteos, fertilizantes complejos a partir de las materias primas y tecnologías belarusas.

Es importante que las empresas belarusas utilicen la experiencia adquirida de la cooperación exitosa con las empresas vietnamitas. En particular, la compañía, “Mekong Machinery” –ubicada en la ciudad de Ho Chi Minh– más de veinte años está cooperando con la empresa belarusa de producción de tractores, “MTZ”. Durante estos años, al mercado de Vietnam y los países vecinos del sudeste asiático, fueron exportados miles de tractores belarusos, que ya están bien probados. Basándose en este tipo de empresas, es importante promover nuestros intereses económicos no sólo en el mercado vietnamita, sino también en los mercados de otros países de la ASEAN.

La reciente visita del Presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, así como el carácter de las conversaciones celebradas, han reafirmado la aspiración de los líderes de los dos países a una asociación estratégica integral. Así que se puede decir que Vietnam justifica el nombre de “puertas” de Belarús en el sudeste de Asia.

Nina Románova

Picture: Oleg Karpovich
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