La revalorización de Lukashenko es como se puede traducir el nombre del libro, “Reassessing Lukashenka”

Imagen sin clichés

La revalorización de Lukashenko es como se puede traducir el nombre del libro, “Reassessing Lukashenka”. Su autor es el científico estadounidense, escritor y profesor de la Universidad de Redford, Grigory Ioffe. A mediados de enero del año en curso, el científico volvió a cruzar el océano para reunirse en Minsk con el presidente de Belarús, Alexandr Lukashenko, y estrenar su nuevo libro. El catedrático cree que el mandatario belaruso es subestimado por los que escriben y hablan sobre la política mundial: 

En el libro me gustaría mostrar la imagen del líder belaruso no desde el punto de vista de criterios externos, sino de acuerdo con las visiones populares en la sociedad belarusa. Por lo general, los analistas políticos creen que cada político influencia en la sociedad. De ahí se puede llegar a una conclusión de que si reemplazamos al político, va a cambiarse también la propia sociedad. En mi opinión, todo sucede al revés. El propio líder político en gran parte es un producto de la sociedad, que él encabeza. 

 Hace falta señalar que la realidad es mucho más variada que los clicés: esta idea fue presentada bien claramente en el nuevo libro del catedrático estadounidense, así como durante su presentación en la capital belarusa. “Alexandr Lukashenko fue elegido el presidente, cuando el país estaba dispuesto para obtener su propia estatalidad y soberanía mucho menos que otros países de la antigua Unión Soviética, recordó el escritor norteamericano. Precisamente en el período de la gobernanza de Alexandr Lukashenko fue cristalizada la sensación de que Belarús es un Estado soberano e independiente. Por lo tanto, Alexandr Lukashenko es el padre de la estatalidad belarusa, que ha logrado consolidar a sus partidarios, así como a sus enemigos y es obvio que en la historia del país él recibirá una evaluación positiva. Pero yo hoy en día tengo por objetivo formar una imagen suya más adecuada, equilibrada y libre de numerosos clichés”. 

Cabe destacar que el catedrático estadounidense escribe de modo regular sus ensayos sobre Belarús para la revista en la red global, Eurasia Daily Monitor de la Fundación de Jamestown. Sus obras son cada vez más populares entre el público de habla inglés. Especialmente después de que Minsk se convirtió en un lugar de encuentro del grupo de contacto creado para resolver la situación de tensión en Ucrania. Sin embargo, como ha dicho Gregory Joffe, el nivel de conocimiento de Belarús en Occidente, especialmente en los Estados Unidos, hasta el momento deja mucho que desear. Por lo tanto, su nuevo libro fue escrito también para cambiar esta actitud. 

De hecho, la presentación en Minsk resultó ser una mesa redonda de expertos en esta esfera. Grigory Ioffe habló sobre los problemas más acuciantes de nuestro tiempo. En su opinión, una de las principales causas del problema es el hecho de que Ucrania a diferencia de Belarús no ha logrado formar un Estado, cuya elite gobernante esté preocupada por sus intereses nacionales. “Este país está desgarrado por intereses oligárquicos, lo que en gran medida ha profundizado una brecha cultural, que desde hace mucho ya existía en la sociedad ucraniana y lo que se expresaba en todos los mapas electorales. Pero esta división de ningún modo debería llevar a una guerra fratricida. Pues eso siempre lleva a una situación trágica”, dijo él. 

Además de eso, en el libro del científico estadounidense está elogiado el modelo belaruso de la gestión de la económica en particular, y del país en general. “Rusia es uno de los países más ricos en recursos naturales, a su vez, Belarús es geográficamente mucho más pequeña y pobre en recursos, excepto de las sales de potasio, cuyo ciclo de producción está controlado, explicó Grigory Ioffe. Cualquier otra cosa –que tiene el país– es el resultado del trabajo y la inteligencia del pueblo belaruso. Alexandr Lukashenko dirige Belarús a diario y se dedica a la maniobra geopolítica. Y no porque él quiere hacerlo, sino porque es una necesidad vital para su país. Miren el estado de las carreteras, ciudades pequeñas y medianas y de los campos de Belarús. Los países vecinos comenzaban de lo mismo, pero ahora como si estén en diferentes planetas. Sería justo apreciar una gran parte de lo que hay aquí hoy”. 

Maxim Ósipov
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