En Minsk, fue celebrado el tercer foro público de experimentales teatros plásticos de Belarús, “PlaStforma-2015”

Historias contadas con gestos

A los artistas de Minsk, Grodno y Moguiliov se les unieron los elencos desde Polonia, Lituania y Letonia. Es más, los interesados vinieron por su propio costo y sin pedir ningún pago. Lo que ellos hacen se llama el “arte de la gente solitaria”. El teatro plástico como el tipo de arte especial ya no está en la conciencia de las masas en Belarús y no está apoyado por el Estado. Pero algunos teatros plásticos belarusos son bien conocidos también en el extranjero. No es casual que al foro cultural por tercera vez se lo asistieron los representantes de los ministerios de Cultura de Francia y Polonia.



Entre el baile y el baile moderno está el abismo, que incluso es más profundo que entre la coreografía y la plasticidad. El nuevo arte no es un teatro de danza o ballet, pues sus portadores en vez de la coreografía clásica bien glamorosa con hermosos disfraces, magníficas decoraciones y maravillosa música optan por la plena libertad de cuerpo y su movimiento en el espacio.

En Belarús, los teatros plásticos apenas aparecen. Unos nombran el nuevo arte el “moderno”, otros ven sus raíces en las actuaciones de mimos y pantomimas de los tiempos antiguos. Hay gente que considera lo que está pasando en el escenario como un “nuevo sistema de la cultura de baile”. Hace falta señalar que las representaciones de teatros plásticos cuentan con elementos del show de payasos, acrobacias, pantomimas. Además de eso, en las mismas hay improvisación y el absurdo, que incluso a veces está mezclado con la fantasía y los sueños reales. El principal elemento de expresión de los sentimientos es el cuerpo del artista. El texto y los detalles psicológicos no son muy importantes. En realidad, el moderno teatro está cansado de la abundancia de las palabras.

El término “plástica” proviene de la palabra griega, “escultura”. En el teatro plástico las esculturas de cuerpos humanos, se representan extrañas, a veces feas o parodias, moviéndose mucho, en cualquier momento, dispuestos impresionar con un truco. Uno de los fundadores del teatro plástico en Belarús, Slava Inozémtsev, organizador e inspirador de la tercera “PlaStforma” belarusa, сalificó los espectáculos de los participantes del foro como el “teatro del grotesco plástico”. Sin embargo, las cosas no son tan simples. Los experimentos de elencos plásticos belarusos se caracterizan por su propia filosofía, las raíces provenientes de la danza japonesa, “bunto”, y especiales prácticas espirituales.

Es todo un mundo, que resulta ser también muy interesante para los jóvenes belarusos, así como para sus colegas desde el extranjero. Desafortunadamente, algunos críticos teatrales no sienten simpatía por los teatros plásticos que en la mayoría de los casos no tienen su propio espacio y siguen desarrollándose gracias a los esfuerzos de los entusiastas. Y los llaman “subcultura”.

Mientras tanto, el teatro, “Inzhest”, de Slava Inozémtsev, existe a partir de los años ochenta del siglo pasado. Presentó sus obras en Alemania y también muchas giras por Europa. Fue galardonado con los prestigiosos premios en los festivales de mimos en Rusia y Ucrania. Durante más de 30 años de existencia, el elenco educó a decenas de artistas. Sin embargo, siguió siendo el teatro popular de la Casa de Cultura de la fábrica, “Integral”. Este hecho puede ser considerado como una buena suerte, porque el director recibe el salario, los artistas tienen espacio para ensayar y el público disfruta de sus show con algo de anarquía artística, síntesis de artes tradicionales y significados filosóficos.

En Belarús, hay sólo nueve teatros similares. Entre los más conocidos están “Galería” de Alexander Tebénkov, la ciudad de Grodno, “Skvo`z Dance Company” de Olga Skvortsova, “Karákuli” de Olga Lobovkinoy y, por supuesto, “Inzhest” de Slava Inozémtsev. En el reciente festival, todos ellos han presentado sus nuevas obras. Desgraciadamente, no haya podido asistir al foro el teatro plástico, “Karnyagteatro”, que ahora tiene su sede en Polonia, pero ha estado la alumna de Slava Inozémtsev, Irina Anúfrieva, que a esta altura está viviendo en Suecia y comparte la experiencia belarusa con los jóvenes escandinavos.

Tatiana Orlova

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