El Comité Permanente de la Unión de dos Estados de Belarús y Rusia y la Biblioteca Nacional de Belarús están llevando a cabo proyectos conjuntos

Encuentros en el puente de libro

El Comité Permanente de la Unión de dos Estados de Belarús y Rusia y la Biblioteca Nacional de Belarús están llevando a cabo proyectos conjuntos



Recientemente, la Biblioteca Nacional de Belarús ha celebrado su aniversario número diez, al pasar al nuevo edificio. Los vecinos de Minsk lo llaman el “diamante del conocimiento”, pues está construido en forma de un cristal, que se ha convertido en la tarjeta de visita de Minsk. Y en la víspera del aniversario aquí tuvo lugar otro acontecimiento importante: fue firmado el acuerdo de cooperación entre el Comité Permanente de la Unión de dos Estados y la Biblioteca Nacional de Belarús.

El Comité Permanente y la principal biblioteca de Belarús tienen largas relaciones de amistad. E incluso a nivel personal, pues el secretario de Estado de la Unión de dos Estados, Grigory Rapota, es un hombre al que encanta leer y que está interesado en la historia. Hace varios años, él donó a la Biblioteca Nacional una edición facsímil única de las obras del reconocido poeta ruso, Alexander Pushkin: los tres volúmenes escritos en el así llamado otoño de Bóldino. Él confesó que la idea de hacer manuscritos del gran poeta ruso –disponibles para el estudio– se le ocurrió durante la visita de la Casa Pushkin en San Petersburgo, y encontró la comprensión de la parte belarusa, así como rusa.

Al mismo tiempo, hubo sorpresas durante la firma del acuerdo: los fondos de la biblioteca fueron completados con las ediciones facsímil de las obras de Simeón de Pólotsk. Grigory Rapota ha destacado que esta personalidad es un símbolo de la interrelación de nuestras culturas. Nacido en Pólotsk, él fructíferamente trabajó en las tierras belarusas y en Rusia, y se convirtió en el fundador de la poesía rusa.

El director de la Biblioteca Nacional de Belarús, Román Motulsky, habló sobre las actividades llevadas a cabo con el apoyo de la Unión de dos Estados. Lo más importante –en lo que debemos trabajar todos nosotros ahora– es la creación de un sistema bibliotecario unificado de Eurasia. El señor Román expresó su agradecimiento por el hecho de que las publicaciones dedicadas a los eventos –llevados a cabo por el Comité Permanente– están llegando a los fondos. A propósito, había otra donación en la exposición, “Unión de dos Estados de Belarús y Rusia”: 50 ediciones, entre las cuales las colecciones de documentos legales, así como los libros dedicados a las relaciones históricas entre los pueblos de Belarús y Rusia y las guías por las antiguas ciudades eslavas: Pólotsk, Smolensk, Rzhev y Slutsk, entre otras.

Cabe destacar que otro proyecto conjunto bien importante comprende la creación de una biblioteca electrónica de la Unión de dos Estados de Belarús y Rusia. Esta idea fue expresada en el Tercer Foro de las Regiones de Belarús y Rusia. Allí se habló sobre la necesidad de intercambiar las copias obligatorias de materiales impresos para las bibliotecas nacionales de los dos países.

La ceremonia de la firma del acuerdo fue continuada en la “mesa redonda”, dedicada al aniversario número 500 de la impresión belarusa y oriental eslava, el legado de Simeón de Pólotsk y Francisco Skaryna. Ambos genios son venerados en todo el espacio eslavo, y no es casual, como ha dicho la ministra de Información de Belarús, Líliya Anánich, que los mejores libros de Francisco Skaryna –publicados en Belarús bajo los auspicios de las “Iniciativas de Minsk”– serán entregados a las bibliotecas de los países vecinos. A su vez, algunos de los proyectos en la conmemoración de Francisco Skaryna y la celebración del aniversario de la impresión del libro belaruso serán llevados a cabo con el apoyo del Comité Permanente de la Unión de dos Estados.

— ¡La ciudad de Pólotsk es un lugar maravilloso! ¡Cuántas personas geniales nacieron allí! señaló Grigory Rapota.

La Biblioteca Nacional de Belarús –además de los libros de Francisco Skaryna: está previsto editar 22 volúmenes– tiene también rarezas facsímil que tienen valor para las culturas de las dos naciones. Por ejemplo, el “Abecedario” de 1767, editado en Vilno (actualmente la capital de Lituania, Vilnius — Aut.) por los sacerdotes ortodoxos. A propósito, Román Motulsky precisamente el abecedario lo regaló a Grigory Rapota durante la ceremonia de la celebración del acuerdo. El Evangelio de Túrov y el Evangelio de Pólotsk son ediciones sagradas para todo el mundo eslavo. Ahora, este tipo de libros pueden formar parte de proyectos conjuntos. Un ejemplo reciente de cómo al estudio de la obra de Simeón de Pólotsk aportan los científicos de ambos países. Por ejemplo, la edición heráldica y emblemática del poema, “Águila Rusa” de Simeón de Pólotsk, fue preparada por el investigador principal del Instituto de Literatura Mundial Gorki de la Academia de Ciencias de Rusia, doctora en ciencias filológicas, Lídiya Sazónova.

Y un detalle más en la relación con la cooperación entre el Comité Permanente de la Unión de dos Estados y la Biblioteca Nacional de Belarús. Precisamente en el “diamante del conocimiento” el año pasado fue celebrada la ceremonia de la entrega de premios a los ganadores del concurso de la Unión de dos Estados, “Puente de la Amistad”. Aquí se reunieron los más talentosos escritores jóvenes de Belarús y Rusia.

Liudmila Ivanova
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