Se conoce a los verdaderos amigos no sólo en la desgracia sino también en la verdadera alegría. Por séptimo año consecutivo lo evidencia claramente el festival “Aleksandría reúne a los amigos”. Al nacer en 2010 la fiesta Kupalie en Aleksandría se hizo simbólica tanto para la provincia de Moguiliov como para toda Belarús. No la pueden obstaculizar ni fronteras, ni problemas políticos. Lo demostraban claramente también las calles comerciales Mínskaya, Moskóvskaya y Kíyevskaya a lo largo del Dniéper — el río que une a tres pueblos eslavos. Y el espíritu de las fiestas populares en la región de Shklov.
El Presidente siempre encuentra tiempo para felicitar personalmente a los compatriotas y amigos de Aleksandría con motivo de Kupalie:
— Cada año llego aquí, a esta tierra. En vísperas de la llegada pensé: el año pasado fue muy difícil para mí. Volé y atravesé probablemente más de un ecuador. Pero independientemente del lugar siempre pienso en mi casa, en esta tierra. De eso vive la persona. Dondequiera que estéis, tarde o temprano, os siempre llamará vuestra tierra, vuestra casa paterna.
El Presidente está especialmente contento de que su Aleksandría natal se haya convertido en un lugar de encuentros amistosos y una plataforma de diplomacia popular:
— Respetar no sólo su cultura, sino también los logros creativos de otras naciones es un rasgo del carácter nacional belaruso. Creo que en esto consiste el secreto del espíritu pacífico y el entendimiento de los belarusos. Estoy feliz de que en esta zona muy bonita y limpia de la provincia de Moguiliov el fuerte Dniéper haya unido a los maestros y amantes del arte popular.
Este año llegaron y presentaron sus obras más de 500 artesanos de Belarús, Rusia, Ucrania y por primera vez de Lituania. A la visitante lituana, maestra de písankas Audrone Lampickiene le hacían chiribitas los ojos:
— Estamos por primera vez en Aleksandría con mi colega, escultor de madera Gintautas Akstinas, nos invitó el centro de arte popular. No podemos decir que nos falta algo aquí, sino al revés. Aquí todo es muy vistoso, es un poco inhabitual: en nuestro país todo es más modesto.
Este año en la fiesta por primera vez fue organizada una excursión “Viaje por Aleksandría”, trabajaba una antigua tipografía. Fueron presentados el libro belaruso, la cocina nacional, la música y el folklore. La ministra de Información, Lilia Anánich, lo considera muy lógico:
— Este año es especial para nuestro país, es el Año de la Cultura. Creo que el alma de la gente está incluso en la canción, el libro, la palabra.
Kupalie es la antigua fiesta eslava dedicada al solsticio de verano. En los tiempos paganos, la gente en este día agradecía al fuego, agua y tierra, y después de la adopción del cristianismo, la fiesta fue dedicada al día del nacimiento de San Juan el Bautista. Con Kupalie están relacionadas muchas tradiciones y rituales mágicos. En los tiempos remotos, las personas creían que en la noche de Kupalie los ríos comenzaban a brillar, y en ellos en la aparición de sirenas empezaban a nadar las almas de los muertos. Además de eso, en la noche de Kupalie los belarusos “pedían” hierbas y coronas de flores que les ayudaran a resolver problemas relacionados con el amor y el dinero, así como trajeran suerte a sus hogares. Hoy en día, la fiesta se celebra ampliamente en todas las ciudades belarusas, en las orillas de ríos y lagos, pero la mayoría de los visitantes normalmente se reúne en el pueblo de Aleksandría. Hace falta señalar que el día de solsticio de verano también es ampliamente celebrado en Bulgaria, Letonia, España y Hungría.
Mijaíl Yevséev
