Cada año, la flota de vehículos se completa de modo dinámico

En un carro anticuado uno no avanza mucho

Cada año, la flota de vehículos se completa de modo dinámico: hoy en día, por las calles y carreteras del país corren más de cuatro millones de vehículos



¿No es poco, verdad? Y toda esta flota deja muchos compuestos nocivos: más de 90 kilogramos por año para cada uno de nosotros. Es verdad que en los últimos años se reduce la cantidad de emisiones nocivas provenientes de esta fuente de contaminación. Según el jefe del Departamento de Protección del Trabajo y Ecología del Instituto de Investigaciones Científicas, “Transtécnica”, Sergei Novosiólov, en el período de 2010 a 2014, las emisiones nocivas se redujeron un 6.5 por ciento, hasta 881 mil toneladas. ¿Debido a qué se hizo posible eso con el crecimiento de la flota de vehículos? En el mercado comenzaron a vender los autos con motores más ecológicos. “Nuestra industria trata de proteger el medio ambiente, dice Sergei Novosiólov. Las empresas producen los autobuses que en su mayoría son no inferiores a la cuarta clase ambiental: Euro-4. Lo que se refiere también al combustible. Los fabricantes nacionales hacen un producto competitivo que también está bien adquirido en el extranjero. Es importante que el mismo contiene el azufre sustancialmente reducido.

Sin embargo, los vehículos siguen utilizando el combustible tradicional. Las formas no tradicionales –gas natural, electricidad y otros– sólo hacen sus primeros pasos. Este año, la flota de vehículos de trasporte público de Minsk creció en diez autobuses que consumen gas. Las emisiones de cada uno de ellos, según los expertos, son dos veces menor que tienen los modelos a gasolina. ¿De qué números estamos hablando? Con la quema de miles de litros de combustible de petróleo líquido en el aire junto con los gases de escape se emiten desde 180 hasta 300 kilogramos de dióxido de carbono, de 20 a 40 kilogramos de hidrocarburos y de 25 a 45 kilogramos de óxidos de nitrógeno. Son números significativos. ¿Pero sólo afectan el ambiente ecológico de la ciudad?

Aún no han sido aprovechados a full los autobuses eléctricos: ellos todavía están en la etapa de desarrollo de modelos de preproducción. Claro que hay un pequeño número de coches eléctricos. Además, de eso, recientemente unos autobuses eléctricos han sido traídos al país en el marco del proyecto internacional, “Asistencia Técnica a la República de Belarús en su transición a la economía verde”. A su vez, se espera que los dos vehículos a base del modelo E433 –fabricados por la empresa, “Belkommunmash”– aparezcan en las calles de Minsk a finales del año en curso. El próximo año su número llegará a dieciocho.


Por supuesto, en un futuro habrá más. Los expertos aseguran que este tipo de transporte es nuestro futuro. A propósito, muchos de los países nuestros vecinos hacen lo mismo. Por ejemplo, Lituania, que recibió 30 millones de euros de la Unión Europea para desarrollar la producción de los vehículos eléctricos. En Estonia –donde ha sido completado el dicho programa– operan mil carros eléctricos y cien estaciones de carga. Sin lugar a dudas, también nosotros debemos desarrollar este tipo de vehículos. Sobre todo, una vez construida la central nuclear, cuando será solucionado el problema de la energía eléctrica para estos vehículos. Según la jefa de producción y control técnico de la empresa, “Belenergo”, Olga Prúdnikova, en el futuro próximo será desarrollada una extensa red de estaciones de servicio en todo el país. Y la atención está centrada no sólo en el desarrollo del transporte público eléctrico, sino también en los vehículos eléctricos particulares.

Mientras tanto, todo esto suena similar a una ficción. A pesar de que lo mismo todos nosotros hemos pasado en el caso con los primeros teléfonos móviles, que hoy en día, ya no nos sorprenden para nada. Es probable que dentro de cinco años se pueda decir lo mismo sobre el transporte eléctrico. Pero por el momento también en China, la Unión Europea y los Estados Unidos hay solamente cientos de miles de vehículos de este tipo. No es mucho. En muchos países los vehículos eléctricos son atractivos para los consumidores por un sistema de preferencias: los beneficios en la compra de un coche, el aparcamiento gratuito y la carga libre. Además de eso, la posibilidad de usar el carril especialmente creado para ellos y el menor impuesto ambiental. ¿Suena tentador, no es cierto? ¿Qué tenemos nosotros? A esta altura, se está analizando la posibilidad de importar este tipo de vehículos sin impuestos.

Pero lamentablemente no tenemos importantes perspectivas en el desarrollo del transporte más ecológico del mundo: la bicicleta. Es cierto que el número de bicicletas creció en comparación, por ejemplo, con el de hace cinco años e incluso más de una década. Sin embargo, hasta el momento, a la población de nueve millones le corresponde sólo alrededor de un millón y medio de bicicletas. “Nuestra gente considera una bicicleta más bien como el transporte de adolescentes, dice Sergei Novosiólov, por lo que, desgraciadamente, no se tiene en cuenta”.


Las emisiones nocivas de vehículos, así como la contaminación de las zonas adyacentes a las carreteras, el ruido –a propósito, en las grandes ciudades los vehículos proporcionan de 60 a 80 por ciento de todo el ruido– todo esto no hace que el entorno ambiental en la ciudad sea agradable. ¿Acaso el transporte innovador pueda cambiar la situación? Tal vez, pero a largo plazo. ¿Pero qué hacer con el número cada vez mayor de los coches?

La manera de mejorar la situación, como lo han hecho, por ejemplo, en Londres, podría ser la descongestión de la parte céntrica de nuestras ciudades más importantes. Se trata del así llamado cambio modal. Pasar del transporte particular al transporte público. ¿Qué significa esto? Estamos hablando de una amplia red de aparcamientos alrededor de las ciudades, donde los conductores puedan dejar sus vehículos particulares para viajar cómodamente en el transporte público. Por ejemplo, en la capital rusa, Moscú, ya funciona con éxito este sistema de tráfico.

¿Si estamos dispuestos a montar masivamente autobuses y tranvías? Es toda una pregunta.

Pero en este caso también hay ventajas bastante significativas, sigue hablando Sergei Novosiólov: “El consumo de energía en un autobús es hasta cinco veces menor que en un auto particular, a su vez, en un tranvía o un subte hasta diez veces. Cabe destacar que el uso del transporte público y el transporte verde (infraestructura ciclista) podría ayudar a resolver los problemas de la calidad del aire y la congestión. Para eso no hay necesidad de construir nuevas carreteras, y esto a pesar del creciente número de vehículos”.

Vera Artémieva
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