La artista emérita de Belarús Oksana Lesnaya, el año de su aniversario reflexiona sobre la importancia de tener buenos compañeros en el teatro y el cine

En los columpios de creatividad

La artista emérita de Belarús, una del actrices más importantes del Teatro Nacional Académico de Drama Maxim Gorki, Oksana Lesnaya, el año de su aniversario reflexiona sobre la importancia de tener buenos compañeros en el teatro y el cine


El día de su aniversario la actriz, Oksana Lesnaya, se presentó en el espectáculo, “Comedia íntima”, de N. Kaurda, puesta por el director de escena,Valentín Ereñkov. ¿Por qué ha eligidousted esta obra en vez de, por ejemplo, del espectáculo, “Trucos de Khanumá”, de Auxencio Tsagareli, donde interpreta un papel brillante de Kobato al igual que el papel de Khanumá en la interpretación de la artista popular de Belarús, Olga Klebanóvich? “Todo se explica muy fácil, respone Oksana Lesnaya. El espectáculo, “Comedia íntima”, es amado por el público, pues es ligero y divertido. Además de eso, no es muy largo, por lo tanto, he tomado la decisión de elegirlo para no aburrir a mis amigos y parientes, así como a mis amigos y compañeros del escenario. He pensado que todos ellos tendrán deseo de felicitarme después del espectáculo...”

Oksana Lesnaya es conocida como una actriz de talento variado, cuya trayectoria artística atrae mucha atención. Ella tiene tal magnetismo y carisma escénico que sin voluntad, incluso si uno quiere observar la actuación de otros actores, comienza a seguirla. Me encantaba, cómo actuaba Ksyusha –asíla llaman sus amigos– cuando formaba parte del elenco del Teatro de Espectadores Jóvenes, donde ella interpretaba el papel de Mariposa en la famosa obra, “Pulgarcita”. Fue una maravillosa mariposa muy plástica, en los zapatos dos tallas más grandes, que todo el tiempo caían de sus pies, lo que hacía reír al público. Pero me llamó la atención también una cosa más: Mariposa –interpretada por Oksana Lesnaya– era muy romántica y al mismo tiempo muy reconocible. La actriz se movía de modo tan encantador, miraba de modo tan divertido, y su expresión facial era tan variada que era imposible no reírse. Al mismo tiempo, Oksana era irresistiblemente femenina. Recuerdo, cómo pensé, queesta actriz no iba a permanecer mucho tiempo en el Teatro de Espectadores Jóvenes. Y así sucedió.

En el Teatro Ruso Oksana Lesnaya trabaja a partir de 1991. Durante este tiempo interpretó varias decenas de papeles muy diferentes: Evlámpiya en la obra, “Lobos y ovejas”, de Alexander Ostrovsky; Leda, la reina de Esparta en la obra, “Anfitrión”, basada en la mitología griega; Inken Peters en la obra, “Antes del atardecer”, de GerhartHauptmann; Anna en la obra, “Vassa”, de Maxim Gorki; Nastasiaen la obra, “Sueño del tío”, de Fiodor Dostoievski... También en el cine ella interpretó muchos papeles.

Me gustaría recordar a ustedes, estimados lectores, que ya escribí sobre Oksana Lesnaya en 2011 (No. 10), y conté sobre sus personajes muy diferentes.  Así que permítan me por favor citar a mí misma.Oksana Lesnaya, como una equilibrista, creando imágenes, está balanceando en el borde más fino que separa un rol del otro. A veces es una señora muy orgullosa, una mujer llena de ternura y feminidad, una mujer muy fuerte, una mujer bella o una chica del campo con un carácter poético y romántico. Así es, por ejemplo,su Zoska en el espectáculo, “En el nido destruido”, de Yanka Kupala. “Interpretando el papel deMaryla, yo llorabaviendo a Zoska-Lesnaya, habla de su compañera del escenario, Olga Klebanóvich. Había un asensación que Oksana se movía por el escenario sin despegar del talón: era tal ligera y trágica al mismo tiempo”. Y ahora también me gustaría reiterar: Oksana como si salga de su rol rompiendo todos los límites. Por ejemplo, se puede observar como en su personaje lírico comienza a temblar una vena cómica. Y uno no sabe cómo reaccionar: llorar o reír, porque, los cambio de las emociones en los caracteres de los personajes de Oksana Lesnaya son tan rápidos al igual como en los niños. ¡Y tendríamos que ver en estos momentos su rostro! La desnudez del mundo interior de sus heroínas se refleja en la misma actriz hasta algo imposible. Por lo tanto, unocomienza a sentir las mismas emociones bien variadas viéndola en el escenario. Por esose quedan grabadas en nuestra memoria las imágenes de sus mujeres tan diferentese incluso algo extrañas.

Así pasó con Amanda Prynne en “Comedia íntima”. Aquel día, Oksana Lesnayainterpretó a este personaje con favoritas variaciones en el carácter de sus heroínas, alternando ritmos y usando de modo muy profesional su hermosa voz, las expresiones faciales y plástica bien elegante...

Una vez terminado el espectáculo, fueleído un discurso de bienvenida por parte del Ministerio de Cultura de Belarús, fueron regaladas muchas flores. Los ojos de los familiares –entre ellos su madre, padrastro, hijo y esposo– así como de los amigos, colegas y admiradores brillaban de alegría. El ambiente en la sala de espectadores fue acogedor y cálido tan característico para el Teatro Ruso. Además de eso, el Teatro Nacional Académico de Drama Maxim Gorki es conocido en el mundo teatral del país por sus veladas creativas que según la tradición de muchos años los actores organizan para celebrar aniversarios. Una vez terminada la actuación y la celebración de su aniversario yo pregunté a Oksana de lo que ella quería contar y ella me respondió que le encantaría hablar de sus compañeros del escenario. Así son sus pensamientos.

Me encanta mi vida, en particular, y la vida, en general. Amo a la gente. Y me gusta mucho mi profesión de actriz. Me parece genial que en adelante me esperan muchas cosas desconocidas. También pronto comienzo a trabajar sobre el papel de Olivia en la obra, “Duodécima noche”. Ahora estoy leyendoel guión y me parece muy buena su traducción palabra por palabra, hecha por Igor Skripka con una acentuación en los detalles de la comunicación alegre y fácil entre lospersonajessin ennoblecer mucho su brillante habla.

Por supuesto, estoy muy contenta de que Sergey Koválchik, director artístico del teatro, me propuso el en esta obra. Pero hasta el momento yo no sé exactamente, por dónde se mueve el “barco” y en qué dirección lolleve su capitán. Sí, es una obra del genial dramaturgo, Shakespeare, pero su pieza recuerda más bien la moderna novela brasileña sobre gemelos, o según el guión,la película india sobre Zita y Guita. Por lo tanto, es sumamente importante saber qué tema prevalecerá en la producción. Además de eso, en el espectáculo, “Duodécima noche”, también tendrá mucha importancia laescenografía yel vestuario. Es probable que el estreno de la obra tenga lugar ya este julio y con este espectáculo sea inaugurada la nueva temporada teatral. A propósito, mi compañero en esta actuación será Sergei Chekeres, que interpretará el papel del con de Arsino. Es también mi compañero en la obra, “Comedia íntima”.

Tener abuen compañerodel escenario es lo más importante para un actor. Claro que uno puede ser “estrella” y hacer su propio juego, pero si su compañero no quiere seguirlo, el espectáculo será todo un fracaso, como se suele decir en el ambiente teatral... En el escenario nunca debe suceder nada parecido a la fábula sobre un cisne, cáncer y lucio. Si los actores se mueven en diferentes direcciones, elambiente emocional dela y su atmósfera resultan ser “dañados”. En este caso la actuación es como “un escupitajo en la eternidad”, como decía la famosa actriz rusa, Faina Ranévskaya, sobre las fotografías. No me interesaría nunca, ni como la espectadora, ni como la actriz. Me parece interesante permanecer en el escenario con mi compañero que me está cambiando. Hoy, aquí y ahora. Es cierto que él podría tener su propio carácter y crear su línea en el espectáculo, pero él tiene que ser diferente de lo que era ayer. Por ejemplo, mi compañero regresa del rodaje de una película cansado y cargado emocionalmente de modo diferente que ayer. Y yo debo notarlo y percibirlo. Y tomar una parte de su trabajo, al darme cuenta de que está cansado, o yo misma tengo que interpretar un episodio de modo que su fatiga no sea notada por nadie. Y si no hay eso, los actores comienzan a actuar, como se suele decir, de modo mecánico: simplemente recitan el texto. En este caso se pierde algo muy importante. Se trata de la percepción, que en realidad es la esencia misma de nuestro trabajo creador. Si lo comparamos con la vida, entonces puedo dar un ejemplo muy sencillo. Yo, OksanaLesnaya, vengo a visitarlo. Usted me abre la puerta y dice: “¡Hola! Se ve muy bonita! Yo acaba de cambiar los neumáticos de invierno a los de verano, tenía mucha prisa para venir y temía llegar tarde. Creo que aún noestoy bien. Pero me siento muy agradecida por su atención amable. Pero podríaagradecerle sin tratar de sintonizar su onda espiritual y sin pensar mucho. Pero lo hago con razón. ¿Me entendió? Así mismo sucede en el teatro.

Me interesa un personaje que se está cambiando al final del espectáculo.

Me encanta, cuando mis compañeros del escenario me hacen cambiar. En la obra, “Lobos y ovejas”, yo actuaba con Rostislav Yankovsky y Vladímir Shelestov. Ellos me hicieron cambiarme. Shelestov interpretaba el papel de Bérkutov, hombre de negocios, una especie del comerciante, que cortejaba a mi heroína, Evlámpiya. Hoy en día, ni siquiera puedo imaginar cómo habría actuado con alguien más. Vladímir es un compañero maravilloso. Ni hablar de Rostilav Yankovsky. Con él, he actuado en varios espectáculos: “Antes del atardecer”, de Gerhard Hauptmann, “Mujeres sencillas desde las islas inesperadas” de Bernard Shaw y otras obras. Y cada vez él era diferente.

En mi opinión, el deber del actor es amar a su compañero del escenario en su cualquier condición y apariencia. Por ejemplo, sise siente mal y sube al escenario teniendo fiebre. Claro que no puede actuar del modo como ha actuado, siendo sano. Y unotiene que ayudarle. Si el actora causa de su estado físico no puede actuar a full, uno debe “salvar” la situación mediante su personaje. Es lo que es para míel compañerismo que enriquece. Los verdaderos compañeros del escenario son como los vasos comunicantes. En uno ponemos un líquido y en otro aparece. Este principio es sumamente importante para los actores que comparten el escenario teatral. Y si los artistas no le hacen caso, reitero, nada bueno sucederá. Este “estrellato” ocurre en los actores principiantes, cuando ellos tienen que estar en el primer plano según su papel y pronunciar monólogos. Un artista con experiencia –que simpatiza a un actor principiante– aunque según el papel se encuentra detrás de su espalda, obligatoriamente comienza a dialogar a fin de no abrumar al joven actor. Pero también se puede castigarlo: permanecer en este punto y empezar a hablar a sus espaldas para que el actor principiante gire atrás para mirarte. Y así a veces sucede en el teatro.


Todos los compañeros –conque he tenido y tengo que compartir al escenario–es la gente, por suerte, en la mayoría de los casos, muy responsable. Recuerdo como una vez que estaba regresando del rodaje de la Khanty-Mansiysk, y por allí había menos de veinte grados y en Belarús más doce. Y, al parecer, de esta diferencia de temperaturas algo pasó con mi voz. Durante el día no hablaba y después de la inyección por la noche comencé a hablar. Pero eso era casi el bajo. En el espectáculo tenía que llorar, habíala sangre, elamor y una pasión grande. Y yo tenía que expresar todos estos sentimientos con esta voz baja... Mi compañero en el entreprise era Sergei Zhuravel, artista popular de Belarús. Así que él me ayudó en los momentos emocionales, lo que era una parte bien grande de mi trabajo.

Las lecciones de compañerismo lasrecibí en el Teatro Ruso. Me las dieron Rostislav Yankovsky y Alexandra Klímova. De alguna manera discreta, como si fuera una casualidad, me dijeron que si la escena no sale y el público no escucha al actor, no es nada más horrible que comenzar a invitarlo a ser un aliado. Inmediatamente me di cuenta de que esto no se puede hacer, sino apoyarse solamente en su compañero del escenario. Y luego el público comenzará a interesarse en lo que está pasando entre los dos actores. Una vez que dos personas se interesan entre sí, al público también comienza a interesar esta gente.

En el espectáculo, “Nínochka”, deMelchior Lanzhelya tengo a dos compañeros:Anna Malánkina-Nínochka y Sergei Chekeres-León. Yo interpreto el papel de la duquesa, Ksenia, que atrae al amante de Nínochka, León. En la parte final del espectáculo nosotros con Anna participamos en una escena, donde yo entregaba dinero y todas mis joyas familiares con poner sólouna condición: hoy mismo salir para que no lo supiera León. De hecho, Ksenia compra a León. Nínochka se pone de acuerdo, pues es una bolchevique, pero espera que con un tiempo regrese. Y cada vez,cuando presentamos esta actuación, yo pienso en cómo pasará esta escena. A veces ella pasa de modomuy emocional y lírico. Anna-Nínochka está metida en el amor y el sufrimiento, y se ve obligada a aceptar mi propuesta. Y a veces ella –siendo una bolchevique dura– está dispuesta para dejar de amar y ganar dinero. Pero eso depende de como se está desarrollando la acción desde el principio de la obra hasta esta escena.

A veces en los compañeros del escenario en los ensayos crean patrones inesperados para sus roles, que ni siquiera el director de escena podría inventar. Los actores se abren tanto uno hacia el otro, que de repente aparecen nuevas líneas que no están prescritas en la obra. En resultado, en el espectáculo se está creando una atmósfera completamente diferente. Lo sentí en el entreprise, en la obra, “Toques” de Patrick Marber. Era una obra sobre el amor, que los protagonistas confundidos perdieron. Tratábamos de demostrar una pérdida tan grande y tanta desesperación,gritábamos uno a otro, sabiendo que era horrible. Y recuerdo muy bien cómo en la sala de espectadores habíaun silencio sepulcral. Parecía que el público proyectaba esta situación a su relación. Y entendía que a veces es imposible ser quieto y no pelear,si hay demasiado dolor.

Cuando el actor adquiere experiencias, él ya no tiene otra manera de cómo crecer, sino a través de su compañero del escenario.

Hoy en día, me gusta mucho actuar en la obra, “Trucos de Khanumá”, con laactriz muy experimentada, Olga Klebanóvich. Tenemos una escena de pelea, donde nosotras tenemos que movernos en un círculo. Al principio me daba mucho miedo de que ella mucho tiempo necesitaría para quitar la bolsa y el abrigo y no lograría abrirse al público. Pero mis preocupaciones fueron vanas: Olga siempre logra hacerlo. Ella pertenece a aquellas actrices que están en la misma onda con sus compañeros del escenario. Si unose cambia,ella también se cambia en seguida. Si uno se encuentra en un lugar poco ventajoso en el escenario, ella reacciona inmediatamente y se pone de modo para que la vean bien y para no bloquear a su compañero del escenario. Con Olga puedo actuar de diferentes maneras, porque ella siempre toma el relevo, crea su línea y enriquece mi papel también. Es como un partido de tenis. El compañerismo en el escenario es poder ayudarse mutuamente. Al igual como en la vida. Para escuchar a los demás, no hay que escuchar sólo a sí mismo, sino a los que le rodean.

Hace falta señalar que precisamente enel espectáculo, “Noche de chistes judíos” –presentado en el pequeño escenario, donde la distancia entre los actores y el público era mínima– fue un ejemplo muy ilustrativo del compañerismo en un escenario. En esta situación cualquier error está a la vista del público, incluso cualquier falla técnica. En esta actuación, como en ninguna otra, logramos ayudarnos mutuamente. Además de eso, en mi opinión, el espectáculo, “Oficina”, puesto en el teatro Yanka Kupala es una obra, donde también ha sido demostrado todo el compañerismo teatral. Los actores sincronizaron muy bien todas sus acciones. Lo mismo podría decir sobre el espectáculo, “Boda”, presentado también por el teatro YankaKupala. ¡Es todo un ejemplo de compañerismo teatral!Las escenas se cambian muy paulatinamente. Todos los actores actúan como un solo organismo. Esungrantrabajocolectivo. Y eso se pone muy notorio para el público.

El compañerismo y la colaboración en el cine y el teatro se parecen mucho pues en el teatro, así como en el cine, el compañero es una parte de tupropia imagen. El buen compañero en el cine nunca se va y está detrás de la cámara, mientras tú participas en el rodaje. Por ejemplo, yo participaba en el rodaje junto con Vladímir Steklov, ahora no recuerdo el nombre de la película, interpretaba el papel de la empleada del museo, que contaba al personaje interpretado por Steklov sobre un hallazgo arqueológico, me parece que fue una cruz. Yo tenía un largo y aburrido monólogo dedicada a esta muestra de exposición. Vladímir Steklov, sentado detrás de la cámara, me escuchaba con mucha atencióny en un momento para animarme, al ver mi rostro aburrido, comenzó a entretenerme haciendo señales. Así fue creada una especie de la coquetería en la película que no era prevista por el guión. Yo me animé yme abrí a full. Vladímir me hizo sentir una mujer atractiva. Si el actor es un profesional, siempre se queda para ver cómo trabaja su compañero.

Normalmente un espectáculo se presenta de uno a dos años y luego desaparece del repertorio. Algunos diálogos se ponen aburridos y se convierten en una rutina. Hace falta comenzar a inventar algo creativo. Y uno empieza a buscar la manera de cómo hacerlo. Cuando me ofrecieron el papel en la obra, “Antes del atardecer”, yo y Rostislav Yankovsky comenzamos a jugar: nos regalábamos chocolate en una señal de que todo en el espectáculo estuviera bien. Lo más importante era evitar deregalar el mismo chocolate. Este juego nos entretenía mucho. Sabíamos que estábamos en el mismo barco, que iba a navegar. Esta actitud nos ayudaba a impulsar aún más nuestras actuaciones. Y esas pequeñas cositas lindas, cuando uno venía al teatro y pasaba a su cuarto y encontraba en su mesita, por ejemplo, un caramelo puesto por uno de los compañeros del escenario, ayudaba a animarse y subir corriendo a la escena... Aprecio mucho este tipo de compañerismo teatral.

Me gustaría reiterar que me siento muy bien en mi teatro. Todos los actoresson como mis parientes. Y no me paran venir comprobaciones. Si sucede algo o nospeleamos por alguna razón, para mí mis compañeros del escenario siguen siendo como mis parientes. En lo profundo de mi alma, los trato muy bien, porque entiendo que somos de la misma profesión que es muy compleja, pero muy interesante, e igual como yo, tienen derecho a cometer errores. Tampoco yo siempre soy objetiva y bondadosa... El parentesco interno con mis colegas me permite olvidar de algunos inconvenientes y tomarlos como que son. Porque no tengo otros. Y nosotros somos exactamente los mismos a pesar de nuestros títulos e insignias. Si nos quitan estas cosas, seremos gente muy común con un destino a veces bastante difícil. Así que prefiero meter todas las cosas negativas en un bolsillo y qué se escapen del agujero y en otro bolsillo guardo sólo cosas positivas, con las que ando por la vida y las disfruto mucho.

Valentina Zhdanóvich
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