En 2016, los temas claves de la política exterior de Belarús seguirán siendo los problemas de seguridad, la diversificación de la economía y el aumento de su estatus como un pacificador

En la nueva realidad

En 2016, los temas claves de la política exterior de Belarús seguirán siendo los problemas de seguridad, la diversificación de la economía y el aumento de su estatus como un pacificador

El imposible es posible


En el contexto de las relaciones belaruso-rusas una atención especial será prestada a la superación conjunta de la crisis que debe enfrentar nuestra economía, especialmente en el contexto del deterioro del entorno económico externo y la caída de los precios mundiales del petróleo.

Es por esta razón que Minsk, así como Moscú, en el marco de la Unión de dos Estados tiene la intención de aplicar el paquete de medidas contra la crisis. La parte belarusa está dispuesta para participar directamente en los programas de sustitución de importaciones de Rusia.

Los principales riesgos para Belarús hoy en día están en el ámbito económico. Por lo tanto, para Minsk oficial la tarea más importante de este año es diversificar al máximo los mercados de suministro para los productos belarusos. Con este fin trabajan no sólo los servicios de comercialización de las empresas exportadoras y la Cámara de Comercio e Industrias de Belarús, sino también se aprovechan a full todos los esfuerzos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Belarús. Además de eso, el año en curso deben ser llevadas a cabo las reformas en el sector económico. Sólo en este caso, sería posible aumentar el monto de inversiones y tecnologías extranjeras. Por lo que la política exterior de Belarús está dirigida para lograr principalmente estos importantes objetivos.

Plataforma para conversar


En este año 2016 bien difícil para la política y la economía globales Belarús está entrando como un país, que ha aumentado significativamente su peso regional. Esto se debe tanto a los esfuerzos de Minsk de mantener la paz en la región, relacionados con la prestación de la plataforma de negociación para encontrar una solución a la crisis en la vecina Ucrania, como a su posición política y militar neutral. En vista de las actividades de prolongación de los acuerdos de Minsk para el año 2016 la capital belarusa sigue manteniendo este estatus.

Las autoridades belarusas han declarado en varias ocasiones sobre su disposición a mediar a fin de solucionar el conflicto entre Rusia y Turquía debido al derribado del bombardero ruso Su-24.

Minsk oficial considera que tiene una experiencia positiva de tales negociaciones, por ejemplo, en el formato de la cumbre de la Unión Aduanera — Ucrania — Unión Europea celebrada en verano de 2014.

El año pasado, la Unión Europea suspendió sanciones económicas y políticas contra Belarús. A su vez, los Estados Unidos congelaron las restricciones económicas hasta finales de abril de este año. Teniendo en cuenta que Rusia ahora pasa por un período de tensión en las relaciones con algunos países e instituciones en el Occidente, tal vez pueda ser útil para ella la experiencia belarusa de “sanciones”. Por lo tanto, la delegación rusa decidió no asistir a la primera sesión de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en Estrasburgo. A su vez, la delegación de Belarús aún no tiene el estatus de invitado especial en el Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo (PACE).

Las nuevas realidades exigen nuevos enfoques institucionales en relación con los países occidentales. En general, Minsk está interesada en profundizar la cooperación económica con los países occidentales, y aquí un paso prometedor podría ser el desarrollo de un nuevo acuerdo de la cooperación entre Belarús y la Unión Europea, que tomará en cuenta su membrecía en la Comunidad Económica Eurasiática (CEEA). Todo esto debe ser no en detrimento de sus obligaciones en el marco de la CEEA, que sigue siendo la principal prioridad de la política exterior y económica de Belarús.

Los socios de la Unión Europea


Minsk espera que los socios de la Comunidad Económica Eurasiática con más cuidado y atención tomen el plan anticrisis propuesto por la parte belarusa, que presidió esta estructura de integración durante el último año. Belarús insiste no sólo en la eliminación inmediata de todas las excepciones y restricciones en el comercio mutuo entre los miembros de la CEEA, sino también profundizar la cooperación industrial y la coordinación de políticas en otros sectores de la economía.

Hace falta señalar que grandes esperanzas Belarús también deposita en su participación en la iniciativa china de la creación del cinturón económico de la Ruta de Seda. Tras la visita a Minsk del presidente de la República Popular de China, Xi Jinping –realizada en mayo del año pasado– nuestro país ganó el estatus del socio estratégico en la implementación de este proyecto a gran escala en Europa del Este. Especialmente porque el principal proyecto de la cooperación debería ser la creación del Parque Industrial Belaruso-Chino, “Gran Piedra”. Este hecho obliga a las autoridades belarusas a prestar una especial atención a la mejora del clima empresarial en el país.

En la agenda de política exterior de Belarús se mantiene vigente la idea de la “integración de las integraciones”. Precisamente siguiendo su contexto, Belarús construirá sus relaciones con otras formaciones de integración a fin de poder solucionar problemas actuales, incluyendo los del triángulo Rusia — Ucrania — Unión Europea. Pues en la cooperación y no en la confrontación está la posibilidad de la superación exitosa de aquellas tendencias de crisis, que hoy en día tiene que enfrentar la mayoría de los países.

Arseniy Sivitsky, director del Centro de Estudios Estratégicos y de Política Exterior
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