El vía para conocimientos

En Minsk, la gente de la mayor edad aprende a utilizar Skype y navegar en redes sociales.
A esta altura, incluso los jubilados pueden responder a las preguntas cómo manejar el ratón, qué es el icono, qué diferencia hay entre el archivo y la carpeta. En Minsk, la gente de la mayor edad aprende a utilizar Skype y navegar en redes sociales.



 Las personas mayores vienen aquí con un grueso cuaderno en las manos o incluso con sus propios ordenadores portátiles. En una especial sala de computación se las espera Dmitry Kiriyenko, el profesor del ABC del ordenador.

— Eso es el monitor, eso es el bloque sistémico, aquí está el teclado, el profesor comienza la clase con conceptos que conocen hoy en día los chicos que van a jardín de infancia.

— Me gustaría ver su cuaderno de notas, por favor. ¿Dónde es necesario hacer clic para que todo salga en el idioma ruso?

En el aula comienza un susurro. Los alumnos de la mayor edad no se diferencian para nada de los alumnos jóvenes. También pueden hablar entre sí, y Dmitry de vez en cuando tiene que llamarlos al orden.

Las clases aquí tienen lugar una vez a la semana. Es difícil explicar todo durante una clase, por lo que alumnos tienen que hacer tareas con diligencia para obtener buen resultado. En dos semanas ellos aprendieron abrir carpetas, escribir textos y guardar documentos. Para la gente de la edad avanzada es un gran éxito.

— Para muchos, la oportunidad de hacer una pregunta en un buscador y obtener un millón de enlaces parece a la magia, Dmitry promete enseñar a sus alumnos también otros milagros, como pagar por servicios comunales, reservar pasajes en tren y avión, pedir consultas médicas e incluso hacer compras en las tiendas on-line.

Hace falta señalar que el curso de computación consta de veinte clases y depende de cómo se aprende el material, pues el nivel de conocimientos de los estudiantes es muy diferente. Unos ya saben manejar el ordenador, aunque no son muy seguros. Otros lo hacen por primera vez en su vida. Como por ejemplo Piotr Borovets.

— Me acerco a la oficina de correos para pagar el teléfono, pero no puedo hacerlo, pues allí está un aparato que no sé manejarlo. Meto el dinero y luego no sé cómo seguir. Debo hacer cola y pagar en la caja, así cuenta el alumno canoso sobre su mala experiencia de manejar el terminal de pago.

Ahora Piotr Vladímirovich ya está registrado en Skype e incluso llama a su compañero del grupo.

Aún no es el usuario avanzado, pero tampoco ya es diletante.

— En general, todos los que asisten a las clases, en el primer lugar, quieren aprender a navegar en Internet para comunicarse con más frecuencia con sus hijos, sobre todo, si ellos viven muy lejos. Por lo tanto, en la lista de prioridades están redes sociales y Skype, cuenta Dmitry, distrayendo por un momento del trabajo.

Hasta el momento nadie de alumnos pudo entender la frase “blogger publicó en Twitter”. La jubilada, Liudviga N. Yakubóvich, también está confundida por los términos, pero está decidida a aprender a manejar el ordenador.

— Lo primero que he hecho es comprar un ordenador portátil, por lo que si se rompe. Pero al principio no sabía con qué empezar, por lo tanto, he tomado la decisión de asistir a las clases para convertirse en un usuario avanzado.

Dice que su hijo ha instalado el programa y ha mostrado, dónde hacer clic para llamarle. Pero a ella le gustaría conocer otras posibilidades del ordenador: por ejemplo, ver una película o encontrar una receta culinaria interesante.

Cabe destacar que la jubilada y ha aprendido a pagar las facturas por los servicios comunales y el teléfono a través del Internet y ya ha leído su primer libro electrónico. Ahora quiere comprar la tableta.

— Mi nieto me dice: “No lo hagas, abuelita”. “Pero a mí me interesa mucho”, le responde riéndose.

A su vez, Larisa Goryachkova tiene sus propios planes. Toda su vida ha trabajado de la profesora de matemáticas y una vez jubilada, tiene un montón de tiempo libre, así que ha decidido ponerse al día.

— Me aburro viviendo sin hacer nada, aunque merezco el descanso. Y si se cree que a los cuarenta años la vida acaba de empezar, es bonito aprender algo a los 55, bromea Larisa, hojeando un libro electrónico en su iPad. Sus amigas de la universidad de Canadá y Chile la apresuran: “Larisa, únete a Skype, vamos a chatear en vivo”.

Por lo tanto, Larisa quiso inscribirse al curso de computación. Dice que sus nietos se sienten orgullosos por esta decisión suya. Es posible que su próximo paso sea un salto con paracaídas.

— El número de personas –que quiere aprender a manejar el ordenador– crece rápido: ya más de cien personas, subraya Liudmila Avdéeva, vicedirectora del territorial centro de servicios sociales del municipio de Minsk. Ahora en nuestro centro estudian diez grupos por ocho personas cada uno. Está previsto que los nuevos grupos serán formados dos meses más tarde. Todos los interesados son bienvenidos.

A propósito, se conocen los casos, cuando a las clases las asistían las personas mayores de los ochenta años de edad y lograban aprender a manejar la “máquina”. Así que lo más importante es superar su miedo.

Inna Gorbatenko
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