El ganador del premio en el campo de la Literatura y el Arte de la Unión de dos Estados, Iván Yurkin, ayudará a jóvenes con talento

El poeta tiene mente abierta

Este año el prestigioso premio ha sido entregado a los autores e intérpretes de canciones del álbum musical, “Donde viburnum florece”: el solista y el director del conjunto vocal e instrumental, “Syabry”, Anatoly Yarmólenko, el compositor, Oleg Eliséenkov, el poeta, Iván Yurkin. Cada uno de ellos decidirá cómo gastar un monto importante de dinero. Iván Yurkin planea una parte del premio invertirla en la fundación benéfica privada de apoyo a los jóvenes compatriotas con talento.



Para entender el impulso espiritual del poeta, es necesario saber lo que significa para él la Patria misma. El señor Iván nació y creció justo en la frontera de la provincia belarusa de Moguiliov y la provincia rusa de Smolensk: su casa se encontraba en la zona neutral. Por lo tanto, los vecinos nunca se dividían por la nacionalidad. Juntos trabajaban, festejaban, soñaban con el futuro y defendían su tierra natal. El padre del poeta, Zakhar Kupreévich, llegó hasta Berlín, pero volvió a la casa discapacitado y pronto falleció. Cuando Iván tenía dos años su madre, Eva Alexéevna, comenzó a enseñarlo. Los años de estudio en la escuela él los recuerda con mucho cariño:

— La escuela primaria estaba cerca, y la secundaria se encontraba en el centro municipal de Khotimsk, a más de siete kilómetros. Por la mañana me iba allí, por la tarde regresaba. Me siento muy agradecido a mis maestros, pues me enseñaron a amar a mi tierra natal y siempre tratar de hacer algo bueno para ella.

Ahí comenzó el gran camino de Iván Yurkin. Varias décadas más tarde se dio cuenta de que tenía algo que decir a la gente utilizando el lenguaje poético: le gustaría expresar todo su amor a su tierra natal, a la familia, a la mujer y a los niños. Pero casi siempre una fuente de inspiración para él fue el recuerdo sobre su madre, su tierra natal y sus habitantes.

— Mi actitud hacia mi tierra natal no se ha cambiado durante muchos años, cuenta Iván Yurkin. Todo lo que está relacionado con ella, sigue siendo preocupante y me inspira.

No es extraño que después de enterarse de la adjudicación del premio de la Unión de dos Estados, el poeta no ha pensado mucho tiempo cómo aprovecharlo. Una parte de los fondos se planea utilizar para crear una fundación benéfica de apoyo a los jóvenes con talento en el municipio de Khotimsk. La idea ganó fuerza después de haber conversado con los intelectuales en el museo local. Se acordó que era necesario crear con urgencia para los jóvenes alguna alternativa cultural en vez de Internet.

Sobre todo porque hay muchos talentos. En un momento el señor Iván apoyó a un joven prometedor, y cinco años más tarde, el chico se le regaló el libro con sus primeros poemas. Hay también un muchacho que quiere probar sus fuerzas en la dramaturgia. Sin embargo, muchas iniciativas no pueden ser apoyadas así de fácil.

— Tenemos que dar a los jóvenes una oportunidad, dice Iván Yurkin. No lo puede hacerlo sólo mi fundación, que funcionará bajo los auspicios de la junta directiva. Espero que otras personas bien famosas apoyen mi idea. La carta con la propuesta de crear una fundación ya la he enviado al Comité Ejecutivo.

¿Cómo han tomado sus familiares la nueva idea? El crítico más agradable y fiel, así como la musa del poeta es su esposa, Nadezhda. Ella trabajó como editora y periodista, y puede dar un consejo bastante profesional. La idea en cuanto a la creación de una fundación fue apoyada totalmente. A propósito, el poeta no pide pagarle extra por sus exitosas canciones. El dinero ganado lo invierte en el desarrollo. En otras palabras, en la publicación de sus obras literarias. Hace poco ha salido a luz el libro con un título simbólico, “Fuentes”, que tiene decenas de poemas, muchos de los cuales también pueden servir de base para nuevas canciones.

Vladímir Yákovlev
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