Diccionarios

El vecino de Minsk, Mikola Kasciukievič, tiene libros que ni siquiera están en la Biblioteca Nacional de Belarús
El vecino de Minsk, Mikola Kasciukievič, tiene libros que ni siquiera están en la Biblioteca Nacional de Belarús

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Hace  tres años, el minsqueño Mikola Kasciukievič era conocido en un entorno creativo sólo porque escribía poesías. Luego él se dedicó a la ciencia y decidió a estudiar todas las peculiaridades del idioma belaruso, es más en todas las esferas: desde la química hasta la cultura física y el deporte. El entusiasta tuvo un objetivo muy ambicioso: reunir en su casa todos los diccionarios belarusos. Y lo hizo.

Mikola recuerda las palabras de su colega Juras Paciupa, que con esceptismo tomó la idea de su antiguo compañero:

— Juras está coleccionando diccionarios durante toda su vida y no creía, que yo podría hacerlo e incluso adelantarlo. A esta altura, yo tengo incluso aquellos libros, que no están presentados en la Biblioteca Nacional de Belarús. Recorrí muchas librerías, adquiriendo libros únicos y raros. Además de eso, pasé por la Biblioteca Nacional de Belarús y copié ediciones raras que no era posible adquirir en ningún lugar. Ahora tengo más de 700 libros originales, más de 100 copias y 40 ejemplares escaneados.

Cabe destacar que el diccionario ruso-belaruso –publicado en el período de 1953 a 2013– en la colección de Mikola Kasciukievič ocupa un estante entero: son 24 unidades. El libro fue editado en uno y tres volúmenes. Mikola tiene todas las ediciones que fueron publicadas. ¿Para qué las necesita? En cada versión él ve su valor único:

— El lenguaje literario se está cambiando todo el tiempo. Sin notar mucho. Sin embargo, estas correcciones pueden ser observadas sólo en los diccionarios. Tengo el famoso “Diccionario ruso-belaruso” editado a finales de 1920 de Mikola Bajkoŭ y de Sciapan Niekraševič, así como el “Diccionario ruso-belaruso” de 1937 de Andrej Alieksandrovič. Si comienzamos a comparar las traducciones, podemos encontrar una sola palabra en diferente escritura: por ejemplo, la palabra “griego” se escribía “gretski” y “grechaskі”, la palabra “marítimo” se escribía “morskі” y “marskі”. Hasta los años noventa del siglo pasado, en los diccionarios académicos la palabra belarusa “spadar”, así como la palabra “gospodin”, se traducían solamente como “pan” (señor).

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Mikola Kastsukevich and su colección de diccionarios belarusos


Hace falta señalar que Mikola Kasciukievič tiene ediciones raras, que especialmente para el mismo trajeron sus amigos y compañeros de diferentes países. Desde Lituania fue traído el diccionario lituano-belaruso de términos químicos y el diccionario lituano-ruso-belaruso de matemáticas y biología. Todo ellos fueron publicados en Vilnius, y en Belarús son casi desconocidos o los vieron o escucharon hablar de eso solamente unos pocos especialistas. Desde Japón a Mikola Kasciukievič se le inviaron el diccionario de frecuencia del idioma belaruso publicado en Tokio en 1998.

Mostrándome su colección, Mikola Kasciukievič saca de las estanterías los libros publicados en todo el mundo: en Hungría, Gran Bretaña y los EE.UU, entre otros. En todas partes, hay gente, a la cual la interesa el idioma belaruso. El coleccionista en el proceso de la recolección de libros hizo varios descubrimientos muy importantes:

— Yo solía pensar que, por ejemplo, en los Estados Unidos los diccionarios belarusos fueron editados sólo por los emigrantes procedentes de Belarús. Para mí fue toda una sorpresa, que en 1992 en Nueva York el diccionario inglés-belaruso fue publicado sin la participación de nuestros paisanos, sólo tras los esfuerzos de los norteamericanos. Lo que demuestra el gran interés hacia nuestro país y nuestro idioma en el extranjero.

A su vez, en la misma Belarús fueron editadas las enciclopedias, sobre la cual existencia algunos especialistas sólo adivinaban. Pero Mikola Kasciukievič tiene libros originales. Me mostró un diccionario muy interesante de términos para el curso de la química y química física de polímeros publicado en Moguiliov en 1994. En 1995, en Mozyr fue editado el diccionario ruso-belaruso de lógica. Además de eso, en Gómel en 2001 apareció el diccionario belaruso de los nombres personales, que incluso en Minsk conocen pocas personas. Mikola Kasciukievič tiene todo puesto en un mismo estante. Cómodo? Por supuesto! Ninguna biblioteca del país y del mundo dispone de esta colección de diccionarios belarusos. Así que cualquier enciclopedia está a su mano.

Qué planea hacer más? le pregunté al coleccionista. Por el momento, no sabe a quién entregar su colección de diccionarios para que sea expuesta al público. Pues todas las bibliotecas tienen su propias colecciones.

Así que hasta el momento Mikola Kasciukievič goza de sus riquezas. En 2013, él publicó el diccionario ruso-belaruso de cultura física y deporte, en colaboración con la doctora en ciencias pedagógicas, Larysa Hlazyryna. ¡Son 20 mil palabras! Debido al hecho de que la biblioteca estuvo cerca, el trabajo demoró sólo seis meses. Y ahora, en vísperas del campeonato del mundo de hockey sobre hielo –que está previsto celebrar el próximo mayo en Minsk– Mikola Kasciukievič prepara el diccionario inglés-ruso-belaruso del léxico de hockey.

La cultura física y el deporte es otra pasión de Mikola. Por lo tanto, en el nuevo diccionario él y su colega Larysa Glazyrina se destacaron como grandes conocedores de todas las peculiaridades de diferentes términos:

— Nos enteramos de que la palabra rusa “skhvatka” (lucha — Aut.) todos los diccionarios traducen como “sutychka” (versión belarusa — Aut.) Claro que “skhvatka” no es una palabra belarusa. Es algo otro. Por lo tanto, propusimos la tercera palabra: “skhapka”. Es posible que suene algo diferente, pero refleja con precisión el significado de la palabra “lucha”, cuando los luchadores se agarran. A propósito, en mi pueblo natal, situado en las afueras de la ciudad de Sluck, dicen la palabra “skhapka”, cuando atrapan a una persona. Aunque las normas literarias nos enseñan decir la palabra “skhvatka”.

Es interesante saber que el idioma belaruso hasta 1906, cuando en Vilnius fue publicado el primer periódico belaruso, “Naša dolia”, fue utilizado sólo en las obras de literatura y folclore. A esta altura, también es el idioma de científicos. Pero desgraciadamente en la vida cotidiana lo hablen aún pocas personas. A su vez Mikola Kasciukievič crea una base para que el mayor número de los belarusos y las personas de otros países aprendan las peculiaridades del maravilloso idioma belaruso.

Víktar Kórbut

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