Durante la visita oficial del presidente de Belarús, Alexandr Lukashenko, a Moldova tuvieron lugar las negociaciones al nivel más alto

Chisináu recibió a las personas interesadas

Durante la visita oficial del presidente de Belarús, Alexandr Lukashenko, a Moldova tuvieron lugar las negociaciones al nivel más alto

Incluso antes de que el avión número uno de Belarús se aterrizó en el aeropuerto de la capital de Moldova, Chisináu, en el Palacio de la República se reunieron los representantes de la comunidad empresarial de los dos países –cien moldavos y cuarenta belarusos– para participar en el foro de negocios.

Los presidentes Alexandr Lukashenko y Nicolae Timofti
Los presidentes Alexandr Lukashenko y Nicolae Timofti

El interés de los empresarios moldavos en establecer la colaboración con sus colegas belarusos es muy alto. Lo que tiene su explicación muy natural. A partir del 1° de septiembre, Moldova se convirtió en un miembro de pleno derecho de la zona de libre comercio de la Unión Europea. Por un lado, esto es bueno. El país entró en nuevos mercados. Por otro lado, se le cierran mercados tradicionales. Rusia ya impuso una serie de medidas de protección en cuanto a las exportaciones moldavas más sensibles. El negocio local se preocupa y con razón que Belarús se le hará lo mismo, pues tiene respectivas obligaciones siendo parte de la Unión Aduanera, y en el futuro próximo de la Unión Económica Euroasiática.

Mientras tanto, nuestro país está entre los principales socios comerciales de Moldova. Belarús aporta una tercera parte o más en las exportaciones moldavas. Lo que está empujando a los representantes del sector empresarial de los dos países a buscar formas de interacción, que no sólo no contradigan con sus obligaciones en las asociaciones de integración, sino al contrario, sean aprovechados todos los beneficios de la membresía de estos países en las mismas. Pues por encima de todo está la cooperación. En el reciente foro de negocios este tema ha sido el tema número uno. La cosa es que hay que hacer todo lo posible para que en los dos países sean creadas las empresas mixtas, cuyos productos estén demandados en los mercados nacionales, así como en terceros países.

La comunicación entre los representantes del sector empresarial comenzó muy bien. En seguida fueron celebrados cuatro acuerdos específicos de suministro de azulejos a Moldova, así como de partes para ensamblar trolebuses y tractores belarusos. Además de eso, los representantes de la junta directiva de la empresa belarusa, “Belalco”, S.A. y de la fábrica de Tiraspol, “Quint”, firmaron el acuerdo sobre la cooperación económica. También tuvo lugar una serie de conversaciones en la bolsa de contacto y cooperación.

Mientras tanto sólo a dos cuadras del Palacio de la República en la Residencia de Estado se preparaba la ceremonia oficial de recibimiento del presidente de Belarús. Alexandr Lukashenko llegó justo a tiempo, pero las conversaciones con el mandatario de Moldova, Nicolae Timofti, tomaron un poco más tiempo de lo previsto al principio. No era nada extraño. La última vez los jefes de Belarús y Moldova se reunieron en Minsk en 2000. A partir de entonces no hubo ningunos contactos bilaterales oficiales al nivel más alto. Sin embargo, esto, como señaló el presidente de Belarús, no significaba que las relaciones bilaterales se congelaron, no se desarrollaban y pasaron para Minsk al segundo plano. No era así. Nosotros, como antes, consideramos Chisináu como nuestro socio seguro y cercano. También, la dinámica del intercambio comercial comprueba que la cooperación entre los dos países seguía creciendo. Durante este tiempo el mismo creció cinco veces y alcanzó casi 360 millones de dólares norteamericanos al año. A principios del foro de negocios, los participantes hablaron sobre la posibilidad de llegar incluso a quinientos millones de dólares norteamericanos para finales de este año y el próximo año. Una vez celebrado el foro de negocios, los miembros de la delegación belarusa informaron al presidente que en el largo plazo es bien factible llegar incluso a un billón dólares norteamericanos.

Durante las negociaciones –celebradas entre los jefes de Estado– uno de los temas clave fue también la cooperación industrial. En Moldova ya se está ensamblando nuestra maquinaria agrícola y trolebuses. Como se puede ver, esta cooperación está ganando impulso. El siguiente paso comprende el inicio de la producción de ómnibus. A esta altura Moldova está modernizando sus carreteras y aquí será muy conveniente utilizar nuestra maquinaria de construcción. Alexandr Lukashenko ha señalado que nuestro país está dispuesto a satisfacer todas las necesidades de nuestros socios moldavos en cuanto a la construcción de los vehículos, productos petroquímicos y de la industria ligera, así como insumos de construcción, electrodomésticos, alimentos, etc. Según las inscripciones con los nombres de las empresas –puestas en las mesas de negociaciones un poco más antes de la celebración de la bolsa de contactos y cooperación— estas iniciativas causaron una respuesta muy activa de los representantes de la comunidad empresarial moldava.

Sin embargo, está claro que la interacción económica se está desarrollando siempre con más éxito en las condiciones de la comprensión mutua entre los países. Durante las visitas al más alto nivel la misma se pone en el primer plano. Chisináu decidió a firmar y ratificar el acuerdo sobre la asociación con la Unión Europea. A su vez, Minsk es un partidario firme y consistente del vector eurasiático. Pero si alguien piensa que esta configuración da lugar a contradicciones insuperables, está profundamente equivocado. A pesar de eso Belarús promueve la idea de integración de integraciones. Se trata de la formación que permite desarrollar el libre comercio en el espacio desde Lisboa hasta Vladivostok. El único deseo de nuestra parte –y el presidente belaruso lo ha recordado durante la última reunión con los representantes de los medios de comunicación– que cualquier paso en esta etapa esté bien sopesado. Para que ningunas acciones causen daño a nuestros socios. Cualquier problema puede ser solucionado sólo en la mesa de negociaciones. Ni Minsk, ni Chisináu, ni Moscú, ni Kíev, ni otro país vecino no están interesados en confrontación económica. Por la parte belarusa Alexandr Lukashenko ha asegurado muy firmemente, que se puede esperar sólo la continuación pedante en los acuerdos ya alcanzados. Si surge algún límite insuperable, lo debemos decir abiertamente y honestamente. Nos gustaría que la misma actitud tengan nuestros socios moldavos.

Por el momento, ha dicho el líder belaruso, no vemos ningunas barreras. Al contrario, hay una visión común de cómo aprovechar ventajas de nuestros dos vectores de integración en beneficio de los dos pueblos.

El segundo día de la visita oficial del mandatario belaruso a Moldova comenzó con la ofrenda floral al monumento a Stefán el Grande: el héroe nacional de este país. Luego Alexandr Lukashenko se reunió con el presidente del parlamento moldavo, Igor Corman, y los líderes de las fracciones parlamentarias y continuó el un diálogo político iniciado en la víspera.

Vale la pena señalar que en Moldova la configuración de las fuerzas políticas es bastante complicada. Hay partidos y grupos parlamentarios, que tienen visiones polares. Las relaciones entre sus representantes a veces están muy lejos de ser amigables. E incluso es poco probable verlos en una actividad común. Pero al encuentro con el presidente belaruso se lo han asistido los líderes que representan a todas las direcciones más importantes de la política moldava. Lo que vale mucho. Con toda la diversidad de puntos de vista en cuanto al rumbo, que debe seguir el país, nadie pone en duda la importancia de la asociación con Belarús. Por lo tanto, no es nada casual que Igor Corman ha subrayado que casi un tercio de los diputados forma parte del grupo parlamentario de amistad belaruso-moldavo.

Después de una cálida bienvenida, los reunidos comenzaron a hablar sobre la cooperación en los términos de la integración de diferentes vectores de los dos países. Igor Corman contó que el vector europeo su país lo había elegido conscientemente. Moldova ve en el mismo el único camino hacia la modernización del país. Pero al mismo tiempo Moldova quería seguir cooperando con sus tradicionales socios económicos. Aunque ya se presentaron algunas dificultades al respecto. La actitud de Belarús hacia este tema es bien conocida. Si las aspiraciones políticas no van en detrimento de la cooperación económica, siempre habrán formas mutuamente aceptables de interacción. Alexandr Lukashenko apreció las opiniones de los líderes de diferentes partidos en cuanto a las perspectivas de la cooperación con nuestro país y lo subrayó durante las conversaciones con el primer ministro de Moldova, Yuri Leanca. Hace falta señalar que fueron analizados no sólo temas de la interacción bilateral. El jefe del Gobierno moldavo estaba dispuesto a analizar una amplia gama de cuestiones de política regional. Según el alto funcionario, hoy en día, Belarús juega un papel muy importante en este proceso.

En el segundo día de la visita de Alexandr Lukashenko a Chisináu tuvo lugar un acontecimiento muy importante. Los presidentes de Belarús y Moldova inauguraron el centro comercial, “Keramin”. Lo que se hizo una muestra de un mecanismo aceptable para la cooperación bien eficiente que no contradijera con las aspiraciones de política exterior y economía de los dos países, sino al contrario las llenara con el contenido material.

Era todo un éxito. En el centro comercial de varios pisos, “Keramin”, fue presentada la producción de la empresa belarusa. El presidente dijo que este hecho serviría de buen ejemplo para otros fabricantes nacionales. En la inauguración del centro, “Keramin”, el mandatario belaruso dijo que era sólo el comienzo y en un futuro próximo la cooperación ganaría aún mayor impulso. El resultado de este proceso será el crecimiento del monto del intercambio comercial. Además de eso, Alexandr Lukashenko, comunicó que tras celebrar las reuniones y negociaciones se vio la posibilidad de al menos duplicar el monto del comercio mutuo y a continuación llegar a un billón de dólares norteamericanos. El presidente de Moldova, Nicolae Timofti, lo apoyó. También el líder belaruso pidió no dramatizar los problemas económicos temporales:

— Creo que todo se puede superar y podemos ser buenos socios en este proceso.

Además de eso, me gustaría contar sobre un momento muy emocional que ha tenido lugar justo en la parte final de la visita oficial del presidente de Belarús a Moldova. El centro comercial, “Keramin”, cuenta con un espacio, donde se reúnen los miembros de la diáspora belarusa. Es un buen ejemplo de la responsabilidad social de esta empresa. El encuentro del mandatario con los belarusos –que desde hace mucho tiempo viven en Moldova– resultó ser muy cálido. A todos los reunidos se les impresionó mucho el veterano de la Gran Guerra Patria de noventa años de edad, Vladímir Vojtsekhóvich, participante de la liberación de Belarús y Moldova. Es el doctor en ciencias técnicas y catedrático. Entre sus discípulos está el primer presidente de Moldavia soberana, Mircea Snegur. Eran especialmente apreciadas las palabras del belaruso muy respetado en Moldova dedicadas a nuestro país y a nuestro presidente por el rumbo de desarrollo bien elegido.

Literalmente

Durante la conferencia de prensa – celebrada al final de las negociaciones– los periodistas pidieron a Alexandr Lukashenko expresar su opinión en cuanto al futuro de la situación en Ucrania.

La respuesta fue esta:

— Creo que será muy difícil encontrar la salida del conflicto y las consecuencias serán desastrosas en cuanto al estado psicológico de las personas, cuyos familiares han fallecido en estas acciones de guerra. Pero de cualquier modo es sumamente importante recorrer este camino... Creo que la guerra pronto acabará, pues en la misma no puede haber perdedores o ganadores... Nadie podría ganarla. Entonces ¿para qué seguirla? Ambas partes del conflicto bélico deben entenderlo cuanto antes y parar la masacre. Sería un gran progreso. La guerra nunca se acaba de inmediato. Es fácil de desatar e ir demasiado lejos, pero salir del conflicto bélico siempre es muy complicado. Así fue siempre en la historia. Pero ya ha sido hecho mucho en este sentido...

Dmitri Kriat
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