Otra vez hablando sobre el dinero que, como sabemos, nunca sobra. Pero, si es suficiente es todo un tema. ¿Qué criterio se aplica en este caso? Como siempre, sería mucho mejor utilizar el riterio comparativo.

Cómo se mide el bienestar

Resulta que según la paridad del poder adquisitivo Belarús está avanzando significativamente en comparación con la mayoría de los países nuestros vecinos. También Belarús se siente segura en el mundo. 
Un estudio reciente de la Organización Internacional del Trabajo mostró que en la mayoría de los países del mundo la gente gasta la mayor parte de sus ingresos para adquirir alimentos: hasta un 70 por ciento. Pero en Belarús, en la estructura del poder adquisitivo del consumidor este índice asciende al 39.9 por ciento. Es más, la tendencia de su disminución es suficientemente estable y se observa al menos en los últimos diez años. Además de eso, para comprar productos no alimentarios una promedia familia belarusa gasta el 38.9 por ciento de sus ingresos y para pagar los servicios el 18.6 por ciento. Si comparamos estas cifras con años anteriores, podemos hacer una conclusión lógica: el bienestar de nuestra gente crece. 



Claro que también hay personas con bajos ingresos. ¿Quién pertenece a este grupo? El concepto de “línea de pobreza” en todos los países tiene sus propios criterios. En nuestro caso, es cuando una persona tiene ingresos inferiores al mínimo de subsistencia. A partir del 1° de noviembre del año en curso este monto llega a un millón 396 mil rublos belarusos. Es decir, es la cantidad mínima de dinero, que se requiere para satisfacer las necesidades poco pretensiosas. En los últimos quince años el número de belarusos –que se consideraban pobres– se disminuyó significativamente. Si en 2000 este grupo de personas formó casi el 42 por ciento de la población, mientras que en 2005 el porcentaje se redujo casi tres veces y llegó a ser un 13 por ciento. A su vez, en 2010 fue del 5.2 por ciento y en 2013 fue del 5.5 por ciento. La excepción fue el año 2011 económicamente difícil, cuando hubo un ligero aumento en la tasa de la pobreza, pero después el índice volvió a disminuirse. 

A propósito, podemos decir que Belarús es uno de los pocos países del mundo, donde se aplica una política para evitar la estratificación social significativa, dependiendo del nivel de ingresos. La proporción de ingresos del 10 por ciento de los más ricos y el 10 por ciento de los más pobres del número total de la población se ha mantenido sin cambios durante más de una década. En promedio la diferenciación en este sentido es de 5.6 a 5.9 veces. Es una tasa más baja en el mundo. En Rusia, por ejemplo, la proporción de los ingresos en efectivo de los ricos y pobres se diferencia 16.7 veces, en los EE.UU. 16 veces, en Moldova más de 12 veces, en Estonia, Letonia y Lituania en torno a 10 veces, en Polonia y Francia nueve veces, en Alemania siete veces, en Noruega –país que recientemente según el rating de la ONU, “Índice de Desarrollo Humano”, ha sido nombrado el mejor país para vivir– la diferencia entre los ingresos de los ciudadanos más ricos y más pobres es de seis veces.

Nadezhda Ponkratova
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