El presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, hizo una visita de trabajo a Kazajistán, donde tuvo lugar la sesión del Supremo Consejo Económico de Eurasia

¿Barreras obstaculizan el trabajo?

Entonces tienen que ser eliminadas

Entonces tienen que ser eliminadas


El presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, hizo una visita de trabajo a Kazajistán, donde tuvo lugar la sesión del Supremo Consejo Económico de Eurasia



Las negociaciones de los jefes de Estado fueron dedicadas a los temas de la profundización de las relaciones económicas con terceros países, así como los países miembros de la Unión Económica Euroasiática (CEEA) y las asociaciones clave de integración. Para nuestro país una especial relevancia tenían los temas del concepto de formación en la CEEA de los mercados comunes de gas, petróleo y sus derivados. Ellos también estuvieron en la agenda. Además de eso, fueron analizadas las directrices básicas de la política macroeconómica de los países miembros de la Unión Económica Euroasiática en el período de 2016 a 2017, la aplicación de las direcciones principales de la actividad internacional de la Unión de dos Estados.

En el primer día de la visita, Alexander Lukashenko, se reunió con su homólogo kazajo, Nursultán Nazarbáyev. La idea de la conversación fue que Minsk y Astaná deberían tomar medidas para superar las tendencias negativas en la cooperación comercial y económica. Es cierto que en el estado de la cooperación empresarial bilateral están influenciando factores ya conocidos. La situación en los mercados mundiales es bien compleja, las cosas no van muy bien en Rusia y Ucrania. Son socios comerciales más importantes de Belarús y Kazajistán. Pero una conversación amistosa entre los dos presidentes siempre ha dado beneficios. Recordamos que Alexander Lukashenko dijo con toda la seguridad que esta vez con esfuerzos conjuntos serán encontradas las herramientas para superar los problemas. La tarea principal de hoy día es cambiar la tendencia en cuanto a la disminución del monto del intercambio comercial. Y siguiendo a los presidentes –que demuestran la voluntad política de dar una mayor dinámica a la cooperación comercial y económica– su palabra de peso deben decirla los representantes de los gobiernos de los dos países. Más precisamente, las palabras ya no son de ellos, sino son necesarios los casos particulares.

Otro aspecto importante de la cooperación se refiere al desarrollo del ámbito científico y técnico. Hay muchas propuestas en este sentido. Hace falta especificarlas, según el presidente de Belarús, hasta la visita a Minsk del líder kazajo, Nursultán Nazarbáyev.

— La crisis no es para siempre, señaló el mandatario de Kazajistán. Ahora estamos llevando a cabo la continua cooperación estratégica.

En cuanto a las reuniones ampliadas, la agenda de la cumbre de la CEEA en Astaná incluyó en torna a una docena y medio de temas muy importantes con la aprobación de una decisión particular. En general, el primer año de la asociación dejó una doble impresión. Por un lado, al hacer moverse la locomotora de integración, nuestros países han logrado reducir significativamente los riesgos y disminuir al mínimo los efectos negativos de la crisis global económica en los mercados mundiales. Por otro lado, en el formato de la Unión Económica Euroasiática aún no hemos conseguido deshacerse de las barreras y restricciones en el comercio mutuo. El presidente belaruso, Alexander Lukashenko, destacó esencialmente el problema.

La integración sin la creación de un espacio económico único es un disparate. No se puede unirse, dejando de lado la cuestión de la formación de un mercado único de hidrocarburos, electricidad, medicinas, liberalización de los servicios de transporte. Pero de todo esto se habló celebrando el Tratado sobre la Unión Económica Euroasiática. Sin embargo, en muchos aspectos solamente estamos hablando sin hacer nada. Por desgracia, sólo seguimos soñando con tener un entorno libre de obstáculos y las condiciones económicas iguales para los países miembros de la CEEA. Al final, todos nosotros tenemos pérdidas directas. Alexander Lukashenko dio cifras específicas.

— En los años 2012 y 2013 el monto del comercio interno de la Unión de dos Estados fue de 65 mil millones y en 2015 sólo 45 mil millones de dólares norteamericanos. No importa como nuestra asociación se desarrolle (al principio fue la Unión Aduanera, luego el Espacio Económico Único y, por último, la Unión Económica Euroasiática), el número de excepciones y restricciones en el comercio mutuo no ha cambiado y se ha mantenido en el número seiscientos.

En general, de las conversaciones en Astaná todo el mundo no esperaba un gran avance, sino al menos algunos avances en el proceso estancado. Y parece que esperaron. Los presidentes de Belarús, Rusia, Kazajistán, Kirguistán y Armenia aprobaron el concepto de la formación de los mercados comunes de petróleo y productos petrolíferos para el año 2025. Su esencia es la siguiente. En primer lugar, las empresas de energía de los países aliadas obtendrán un acceso igual y no discriminatorio hacia la infraestructura petrolera de los socios. En segundo lugar, van a poder comprar petróleo y sus derivados, sin restricciones cuantitativas a precio de mercado y sin derechos de exportación. Al año siguiente, los presidentes deben aprobar un programa paso a paso para la aplicación de este concepto, y luego firmar el contrato correspondiente. En los mismos principios también se está formando un mercado común del gas.

En Astaná, los jefes de Estado también aprobaron los Principales Objetivos de la Política Macroeconómica para los años de 2016 a 2017. Entre los principales tres indicadores fueron identificados: la tasa de inflación, el tamaño del déficit presupuestario y la deuda externa. Según cada uno de ellos acordaron coordinar acciones para minimizar la desviación de las previsiones de destino.

El mensaje principal de la cumbre pasada: es necesario avanzar con más audacia y decisión. Es más, la Unión Económica Euroasiática se está convirtiendo en una estructura cada vez más atractiva para otros países. Recientemente, el presidente belaruso, Alexander Lukashenko ha firmado una ley sobre el libre comercio entre la CEEA y Vietnam. Próximamente está previsto celebrar el mismo acuerdo con China, India, Serbia, Israel, Irán y otros países. Es posible que pronto veamos en el espacio euroasiático un análogo de Asociación Transpacífica. Lo más importante es no perder la oportunidad.

Palabra por palabra

Alexander Lukashenko:

— A veces el camino desde el desarrollo de un concepto hasta su aplicación es muy largo. Y la razón de ello somos nosotros. Tenemos que ser fuertes y en todas las formas posibles fortalecer nuestra alianza. En este caso para nosotros será más fácil de llevar a cabo un diálogo con la Unión Europea y China, y con los demás países nuestros socios. En este caso vamos a ser fuertes y vamos a hablar con una sola voz.

Vladímir Putin:

— Estamos haciendo un paso más hacia la creación para el año 2025 de un mercado único de derivados de petróleo, de lo que hemos hablado mucho y hemos debatido mucho en algún momento. Ya están listos los documentos pertinentes, que proporcionan una igualdad de condiciones en toda la Unión de dos Estados a fin de que el efecto acumulativo en el sector del gas ascienda a más de mil millones de dólares norteamericanos por año, y la esfera de petróleo hasta ocho mil millones de dólares norteamericanos al año.

Nursultán Nazarbáyev:

— El mercado común de la Unión Económica Euroasiática debe convertirse en un puente entre Oriente y Occidente. La libre circulación de bienes y servicios dentro de nuestra asociación corresponde a la iniciativa china de la creación del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda. Este proyecto incorporará aquellas áreas de cooperación que son de beneficio económico y el interés mutuo para nuestros países.

Vasily Kharitónov
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