Bach fue dibujado de modo que empezó a tocar

“¡Viva la animación belarusa!” Esta frase pretenciosa con un toque de realismo soviético literalmente sale de la boca después de ver la serie, “Cuentos de un viejo piano”.
“¡Viva la animación belarusa!” Esta frase pretenciosa con un toque de realismo soviético literalmente sale de la boca después de ver la serie, “Cuentos de un viejo piano”.

Es cierto, la animación belarusa sigue desarrollándose. De todos modos, no ha muerto, como muchos piensan. De lo contrario, ¿qué significa el “Águila de Oro” sujetado por Elena Petkévich? Su “Bach” fue nombrada la mejor película de animación grabada el año pasado (el proyecto belaruso-ruso — Aut.) El Louvre francés incluyó “Cuentos del viejo piano” en un programa especial para mostrar al público infantil. Los italianos en tres ocasiones invitaron a sus creadores a participar en diferentes festivales.

Francamente dicho: “Cuentos del viejo piano” los inventó la guionista desde Moscú, Irina Margólina, que también es la productora general del estudio “M.I.R.”, el socio principal de los estudios cinematográficos, “Belarusfilm”. Pero todo el trabajo fue realizado por los belarusos: Irina Kodyukova, Vladímir y Elena Petkévich. Para participar en el proyecto, “Beethoven”, la pareja invitó a su hija, Olga.
 
Pregunto a Elena sobre su participación en el proyecto, y ella comienza a contar algo diferente:

— Tenemos muy buena escuela de animación. Todos los realizadores ya son personas de edad, por lo tanto, cada película está hecha con mucho deseo de dejar algo significativo.

Cuando empezamos a hacer “Beethoven” ni siquiera nos imaginamos que en un tiempo tan corto de trece minutos podríamos contar el destino de este talentoso compositor y presentar tanto material musical. Pero logramos hacerlo y salió muy buena película de animación. El riesgo justificó todas las esperanzas. Y luego nos dedicamos a otras obras. Irina Margólina propuso hacer la película dedicada a Robert Schumann y yo la apoyé. Este reconocido compositor tiene un destino absolutamente infeliz, por lo tanto, nos costó mucho encontrar una forma de expresarlo. A propósito, esta película también fue nominada para el premio, “Águila de Oro”. Luego Irina Margólina asumió un riesgo aún mayor y creó la historia de la vida de Bach. Mi hija menor –que se graduó del conservatorio– dijo: “¡Mami, de ningún modo deberías tocarlo, pues es el Dios!” Cuando niña, leí sobre Bach, incluso entonces me impresionó mucho su gran tragedia. Y lo que ahora la gente ve en la pantalla, son mis impresiones infantiles, que no me dejaban tranquila toda mi vida. Tomé la decisión de hacerlo, pero si no tuviera ciertas experiencias, nunca me atrevería. Después Irina Margólina me propuso hacer la película sobre Johann Strauss y yo lo acepté con mucha gratitud: “¡Hurra!” Pues era toda mi juventud: baile de graduación, mi madre bailando... Su música siempre nos acompañó. Fue un excelente compositor. Con una gran alegría y al mismo tiempo con un gran temor me metí en este trabajo. Me daba cuenta de que en cuanto más hacía, más miedo tenía.

— Hoy en día, me siento muy triste, porque no he tomado en consideración todos los esfuerzos de mi madre, lamenta la realizadora. Mis dos hijas se graduaron de la escuela de música. Es más, la más pequeña también es egresada del conservatorio, es la música teórica y trata de materializar el sueño de mi madre. Así que la música siempre ha estado en mi vida.

Es natural que el tema del bienestar material siempre está presente, pero no debería tocar el arte y grandes compositores, pues sería incorrecto. Me gustaría decirlo de modo más delicado: ¿Qué se agrega a premios en los festivales?

Elena delicadamente cuenta, que nunca recibía ningunos regalos. Sin embargo, recientemente, le han regalado un pequeño CD, que se parece más bien a un juguete, y su hija le aconseja a entregarlo a algún niño.

— ¿Qué le hace dedicarse a la animación? pregunto.

— Yo trabajo para mi público. Lo observo, miro cómo actúan especialmente los chicos. Pues el niño no sólo obtiene una maravillosa imagen estética, sino oye la música y aprende cosas nuevas. Para mí también siguen siendo muy interesantes muchas cosas. Yo invento cada imagen, la presento al animador, él dice que no puede hacer esto... y lo hace. Resulta ser lo que quería. Miras y te asombras, como si no haya sido este proceso tan doloroso. Me gustaría subrayar que en este proyecto creativo no participan las personas indiferentes, sino sólo los artistas de alto nivel, que conocen perfectamente la música.

A propósito, incluso la consultora de los “Cuentos del viejo piano”, la catedrática del Conservatorio Estatal de Moscú, Elena Dolínskaya, se pregunta cómo los animadores logran transmitir con tanta precisión los matices de la obra de uno u otro compositor. Y la misma Petkévich recuerda un reciente viaje al festival en Italia. Por lo general, ella ignoraba este tipo de eventos, la razón, dice, “la familia, los quehaceres domésticos, etc.” Y en este caso aceptó la propuesta y no se sintió decepcionada para nada. Los extranjeros muy curiosos le hicieron muchas preguntas hasta el “¿por qué tienen árboles así?” Y luego la felicitaron, abrazaron y se alegraron mucho...

¿Cuál es la reacción de los belarusos? Los críticos musicales han dicho que es un verdadero Bach.

Natalia Stepanova
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