Sobre la unión de obras literarias, países y pueblos: seguimos contando de nuestro viaje a Ashgabat

Alta estrella de amistad

Sobre la unión de obras literarias, países y pueblos: seguimos contando de nuestro viaje a Ashgabat


El cielo de Ashgabat es enorme. Además de eso, en Ashgabat hay mucho sol, pero nosotros hemos podido percibir sólo su cálida ternura en mes de diciembre y todavía no hemos conocido su calor en verano. A propósito, en algunos barrios de la capital turcomana incluso hemos rosas floreciendo.


Centro de Difusión de Radio y Televisión, “Turkmenistán”, fue abierto en 2011, el edificio de la torre de televisión (211 metros) es el más alto del país. Su silueta de la estrella de Oguzkhan (insertada en el Libro Guinness de los Récords como la imagen de la estrella más grande del mundo en la obra arquitectónica) se ve desde lejos en toda la ciudad en cualquier momento del día

Hablando del cielo... En Ashgabat no hemos tenido los ordenadores, frente los cuales estamos sentados todos los días, pues así es nuestro trabajo. Y las montañas de Kopetdag eran para nosotros un milagro que observábamos a diario. Las admiramos por la mañana desde las ventanas del hotel y también saliendo a la calle. Y luego en pleno día y por la noche. Creo que para las montañas de piedra, el más importante es el cielo despejado, en el que se dirigen majestuosamente los picos.

Y no sólo las montañas hacen mirar al cielo en los nuevos barrios, sino también los rascacielos revestidos con el mármol blanco y los palacios. Muchos de los edificios tienen cúpulas como si estén nadando en el cielo... Además de eso, hay muchas mezquitas con minaretes. Todos sabemos que las obras arquitectónicas siempre siguen la sintonía de nuestra alma y nuestros pensamientos: la arquitectura miserable nos deprime, a su vez, la armoniosa y elegante nos inspira. Y si algo nos lleva en nuestros pensamientos hacia el cielo, vamos a tener un poco más de luz en nuestro interior.

Hace falta señalar que pensar en el cielo nos inspiró la construcción en las colinas de las montañas de Kopetdag. Al anochecer, el edificio brillaba como una gran estrella. ¿Qué era? El hotel de muchos pisos, “Yildiz” (“Estrella”), se encontraba al lado de nuestro hotel. En general, nos pareció que las obras arquitectónicas en Ashgabat tienen muchos elementos diferentes que se reflejan en el cielo y el espacio, lo que causa una sensación de sonido. Y eso, a propósito, era no sólo nuestra observación. En este caso, me parece apropiado mencionar que en 2015 Turkmenistán se unió al club de potencias espaciales. El 28 de abril desde el puerto espacial en Cabo Cañaveral (EE.UU.) fue lanzado el primer satélite de comunicación de Turkmenistán, “Tkrmenlem 52 E”. El dispositivo –construido por el pedido de Turkmenistán por la empresa francesa, “Thales Alenia Space”– fue llevado en órbita el cohete, “Falcon 9”.


Un sector reconstruido de la avenida Atamurat Niyázov en Ashgabat. A la derecha en la foto un edificio
de 12 pisos de diseño contemporaneo e estiloso que es el Banco estatal de desarrollo de Turkmenistán.
Ese edificio tanto como otros edificios nuevos en la avenida se puso en la explotación el octubre 1º, 2014


Al regresar a Minsk, hemos encontrado un artículo en la revista, “Turkmenistán”, con el título, “Espacio cósmico como un presentimiento”. El autor Ruslán Murádov asevera: “La adhesión de Turkmenistán al club de potencias espaciales sólo confirmó aquel hecho de que, en realidad, el país ya estaba viviendo según una “cronología espacial”. Como un ejemplo muy ilustrativo de ello podría servir un aspecto arquitectónico de la moderna capital turcomana: la ciudad llena del presentimiento permeado de la conquista del Universo.... La era de la prosperidad y la felicidad en Turkmenistán (así creen nuestros amigos turcomanos — Aut.) también está marcada con la aparición de una serie de objetos únicos en muchos aspectos, que a pesar de su originalidad son parte de la las tendencias más importantes de la arquitectura mundial del tercer milenio”. Podemos decir que Ashgabat “está casado” con el cielo...

Ver a aquella misteriosa estrella en las montañas (e incluso estar dentro) nos ayudó un caso y... Ales Karlyukévich, nuestro colega y director de la casa editorial, “Zviazdá”. Fue su idea de celebrar una mesa redonda con la participación de los escritores de Belarús y Turkmenistán. Si los países son amigos, entonces los literatos también son amigos. Ales Karlyukévich hizo todo para organizar esta visita. Claro que pensaba en el apoyo de su amigo, el escritor, Ales Badak, pero por alguna razón no funcionó. Por no tener escritores en su equipo, Ales invitó a nosotros. Estamos escribiendo de vez en cuando y, a propósito, el año pasado recibimos el premio, “Pluma de Oro”, otorgado por la Unión de Periodistas de Belarús justo por los ensayos, que pueden estar considerados como un género literario. Los dos tenemos centenas de poesías, algunas fueron publicadas en los medios de comunicación de nuestro país, así como docenas de canciones y novelas; entre ellas “El pájaro golpeando la ventana”, una docena de ensayos, historias y la tesis dedicada a la obra del clásico belaruso, Zmitrak Byadulya...


El monumento de la Neutralidad de Turkmenistán, su altura es de 95 metros. Fue instalado en Ashgabat en 1996, luego en 2011, fue pasado a un lugar nuevo: en la avenida Bitarap Turkmenistán (Neutralidad
de Turkmenistán)


Nos reunimos en un minibús cerca del Palacio de Exposiciones para ir al estudio de televisión. Al principio nos pareció una broma, que el estudio se encontraba fuera de la ciudad, en las montañas y que teníamos que ir allí por lo menos una hora. A propósito, en Minsk el estudio del canal STV está a cinco minutos caminando a pie de la Plaza de la Victoria... Nos acompañaron: el director de la revista, “Dunya edebiyaty” (“Literatura Universal”), Meretmammet Hanmammedov, los periodistas de la redacción, Maksat Bashímov y Annamukhammed Kershe. El papel de los presentadores se lo cumplió con éxito el periodista y escritor, Batyr... La parte belarusa se la presentaron: Ales Karlyukévich, nosotros, Victoria Kalistrátova, directora de la editorial, “Educación popular”, y Vladímir Andriévich, el director de la editorial, “Enciclopedia belarusa Petrús Brovka”.

Para que no tuviéramos sed en el camino, nuestros amigos turcomanos nos proporcionaron botellas de agua potable. Salimos de viaje. La carretera hermosa, amplia y lisa pasaba a través de la ciudad hacia las montañas. A propósito, nos contaron los colegas que las tecnologías modernas, a pesar del caliente clima turcomano, permiten construir carreteras lisas como el cristal. El asfalto nos pareció ser de color más gris que negro. O tal vez, la carretera fue hecha de hormigón. Además de eso, nos impresionaron mucho los edificios altos revestidos con el mármol blanco, así como los palacios. En los barrios nuevos de la capital turcomana vimos también tiendas, farmacias y guarderías con columnas y techos esféricos y cúpulas... Además de eso, nos mostraron con orgullo el Monumento a la Constitución (más tarde conocimos que tenía 185 metros), y el Monumento a la Neutralidad (instalado en el año 2011, de 95 metros). En el país ahora ya es una costumbre celebrar acontecimientos importantes construyendo obras emblemáticas. Nos contaron que uno de los primeros monumentos fue el Monumento a la Independencia (91 metros) y más tarde esta tradición fue continuada. Estábamos en Turkmenistán justo los días de la celebración del aniversario número 20 de la Neutralidad, con la participación de distinguidos invitados de diferentes países. En un decreto especial publicado para otorgar las medallas a las personas distinguidas con motivo de la fiesta, el presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdimukhamédov, subrayó: “La independencia y la neutralidad son dos alas de la Patria y la mayor riqueza de nuestro pueblo muy valiente. Es el sueño de muchos siglos de nuestros antepasados. Es un garante fiable de avance constante de la Patria soberana, el trabajo armónico, la vida pacífica, próspera y feliz de nuestro pueblo”. Hace falta señalar que en Ashgabat hay también otros monumentos muy emblemáticos. Por ejemplo, el monumento “Bienestar”, una magnífica composición con famosos caballos de Akhal-Teke...


En diferentes ciudades de Turkmenistán fueron instalados los monumentos a los famosos caballos de Akhal-Teke. Esta imagen incluso permanece en el escudo nacional del país. El mayor número de esculturas se encuentra en Ashgabat. En la foto está el Monumento a los caballos de Akhal-Teke

Mientras viajábamos, vimos muchos palacios... Unos días más tarde nosotros nos íbamos de nuevo acompañados de nuestros nuevos conocidos, residentes de Ashgabat y mirábamos las ruinas de Nisa: una ciudad antigua, fundada en el pie de la montaña de Kopetdag aún en el siglo III antes de Cristo. Ahora es uno de los tres objetos turcomanos en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO. El señor Alanur nos contó sobre dos hermosos palacios e hizo un comentario breve: “Ahora aquí está un jardín de infancia...” “¿Y por qué? nos quedamos sorprendidos. “El Estado”, dijo Alanur, confiscó este palacio de una persona muy poderosa, cuando fue comprobado que el mismo no había adquirido honestamente”. Por supuesto, apoyamos esta decisión sopesada: siempre hay que ubicarse, incluso si uno es rico y poderoso...

También nos sorprendió mucho que en las pendientes de las montañas había muchos pinos, tui, enebros y otros árboles verdes. ¿Cómo sobreviven sin agua? ¿Por qué piensan que no tienen agua? nos preguntaron nuestros amigos turcomanos... Resulta que los recursos energéticos del país (Turkmenistán, como se sabe, ocupa el cuarto lugar en la “lista de las reservas probadas de gas natural”, la exportación de los recursos energéticos proporciona la mayor parte de los ingresos públicos) ayudan a resolver este problema. Las aguas corren de las montañas y también el agua se bombea de las capas acuíferas. De este modo a cada árbol el agua pasa por largos tubos de plástico escondidos en el terreno pedregoso. Así funciona, según explicaron los amigos turcomanos, el sistema de riego, bien económico y altamente rentable. Además de eso, nos contaron que en un momento se habló que los geólogos belarusos ayudaron a los especialistas turcomanos. Es decir, con la participación de nuestros compatriotas fueron descubiertas riquezas naturales en Turkmenistán: incluso antes de la realización de un proyecto conjunto tan importante para Turkmenistán y Belarús, como la construcción de la planta de minería y el procesamiento de potasa en Garlyk.


El hotel de cinco estrellas, “Yildiz” (“Estrella”) es un edificio de 24 pisos, que se parece a un cohete grande. El hotel más alto de Turkmenistán: 107 metros

A propósito, hemos conocido que el costo de la obra en el pueblo de Garlyk es de un mil millones de dólares norteamericanos. Y por lo tanto, el contrato –firmado con la parte turcomana– es el mayor contrato de exportación de Belarús en la construcción industrial. Además de eso, la cooperación entre Belarús y Turkmenistán puede ser ampliada...

¿Qué geólogos belarusos trabajaron en los tiempos pasados en Turkmenistán? ¿De quién se trata? Para aclararlo, nos dirigimos al hidrogeólogo belaruso, Vladímir Shimanóvich. Sabíamos que él en los años setenta del siglo pasado estuvo en Turkmenistán con una misión científica. “Por supuesto, mis compañeros estaban trabajando en Turkmenistán, y muy productivo, confirmó el señor Vladímir. Uno de ellos, sé con seguridad, ahora es el miembro correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias de Belarús, doctor en ciencias, catedrático, Anatoly Kudelsky. Durante mucho tiempo hemos trabajado juntos, en el mismo laboratorio”.

Después de graduarse en 1958 del Instituto de Minería de la ciudad ucraniana de Dnepropetrovsk, como ingeniero de minas e hidrogeólogo, durante diez años él trabajó en Turkmenistán, en la expedición hidrogeológica de la Kara Kum del Sur: “Se dedicó al estudio de las aguas subterráneas de las zonas montañosas y desérticas del Kopet-Dag y áreas adyacentes de la Kara-Kum del Sur”. Entonces allí fueron llevadas a cabo las obras de exploración hidrogeológica. A propósito, basándose en los resultados de aquellos estudios Anatoly Kudelsky descubrió y puso en funcionamiento importantes depósitos de aguas dulces subterráneas. También él descubrió las aguas subterráneas poco mineralizadas en la Kopet-Dag del Oeste con la concentración de yodo de hasta 460 mg/l. A su vez, la explotación industrial de esas aguas se inició en 1999: casi 30 años después de su descubrimiento. Ahora, más de la mitad de toda la producción de yodo cristalino en Turkmenistán es de ellos.


El complejo de fuentes, “Oguz Khan y sus hijos”, es un edificio hermoso y majestuoso, que refleja las antiguas leyendas sobre el origen del pueblo turcomano

El minibús subía más para arriba. Al aproximarse, se ponía más grande el edificio de la torre de televisión, que nos parecía una estrella cuando lo mirábamos desde las ventanas del hotel. Más tarde conocimos la altura de la torre de televisión: 211 metros. Pero el camino estaba girando todo el tiempo y no pudimos ver muy bien la “estrella de Oguz Khan”: de ocho puntas. Su imagen –como un símbolo de Turkmenistán– ahora se puede ver en Ashgabat de todos lados. Nos explicaron: Oguz Khan fue el legendario fundador de todos los turcomanos, venerado por el pueblo.

Nuestros amigos nos contaron con orgullo: el Centro de Difusión de Radio y Televisión, “Turkmenistán”, fue abierto el 17 de octubre de 2011, durante la celebración del aniversario número veinte de la Independencia. A esta altura, el edificio es la obra más alta en el país. Su silueta con la estrella de Oguz Khan (a propósito, insertado en el Libro Guinness de los Récords como la imagen de la estrella más grande en el mundo en la obra arquitectónica) se ve desde lejos. Incluso por la noche la “estrella” iluminada se ve en toda la capital turcomana.

...Subiendo cada vez más para arriba, se nos taparon los oídos. Bajo las ruedas apareció la nieve y también las pendientes estaban cubiertas de la nieve. ¿Cuándo fue hecho el camino? preguntamos. Lo hicieron entre la roca, una vez construido el telecentro. Todos los detalles de esta construcción se puede leer en Internet, a su vez, el acceso al territorio del centro de televisión está restringido... Nos llevaron hacia un pasillo de mármol blanco y la puerta. A través de un pasillo bien largo pasamos al estudio. Nos sentamos en los sofás y comenzamos a prepararnos para trabajar. Los especialistas pusieron la imagen de TV... A Valentina comenzaron a mirar las mujeres turcomanas con pañuelos en las cabezas. ¿Qué pasaba? Resultó que las mujeres pensaban, como mejor poner un micrófono...


Ales Karlyukévich da entrevista al canal de televisión, “Miras” (“Herencia”). El periodista y escritor, director de la casa editorial belarusa, “Zviazdá”, en los año ochenta del siglo pasado sirvió en filas en Ashgabat. Fue su idea de celebrar una mesa redonda con la participación de los escritores de Belarús y Turkmenistán

En el estudio comenzamos a conversar sobre los vínculos entre las literaturas y los pueblos. Ales Karlyukévich –que en los años ochenta del siglo pasado sirvió en las filas en Ashgabat como el periodista militar– contó sobre libros y publicaciones de los autores turcomanos en Belarús y viceversa. Además de eso, hablamos sobre el amor hacia nuestra tierra natal. Leímos una poesía en el idioma belaruso sobre el cariño hacia nuestro querido país y contamos que en 1996, recorrimos a pie toda Belarús: a lo largo de la frontera nacional. Por lo tanto, la mayoría de nuestros versos está dedicada a nuestra tierra natal. Aquí están nuestras raíces. El presentador nos apoyó y contó cómo aman su país los turcomanos, dedicándole sus poemas y canciones. Nosotros compartimos con ellos nuestra idea de publicar la colección de poemas de los poetas belarusos y turcomanos sobre el amor hacia la tierra natal a fin de comparar imágenes que dan vida a la creatividad, así como sentimientos y pensamientos patrióticos de los representantes de los dos pueblos.  

Nos ofrecieron té y café. Y nosotros volvimos a conversar. Victoria Kalistrátova habló de los proyectos de la editorial, “Educación popular”, que podrían ser de interés para la parte turcomana. A su vez, Vladímir Andriévich contó sobre las actividades llevadas a cabo por la editorial, “Enciclopedia belarusa Petrús Brovka”, y los planes para el futuro. Nuestros amigos turcomanos contaron que en su país se publican las obras de escritores belarusos: tanto clásicos, como contemporáneos. Ellos aún están interesados en hacer todo lo posible para que la literatura del pueblo hermano sea presentada más ampliamente en Turkmenistán.

Por el momento, no sabemos, si haya sido transmitida la mesa redonda con nuestra participación. Esos días en la televisión fueron presentados muchos programas: Turkmenistán recibía a invitados de todo el mundo. Pero nos gustaría pensar que nuestro viaje a la “estrella de Oguz Khan” no fue en vano. Regresamos por la noche muy tarde. Fue muy agradable ver bajando la ciudad en luces de diferentes colores.

Hace poco nos escribió Maksat Bashímov, pidiendo enviar para leer nuestra novela, “Un pájaro golpeando la ventana”. Bueno, es muy posible que también las ventanas de los lectores turcomanos después de algún tiempo se las golpee un pájaro que está viviendo en Minsk.

Iván y Valentina Zhdanóvichi

Ashgabat — Minsk

Photo: tomkad.livejournal.com, Іван Ждановіч
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