Alexander Súrikov: “Es necesario unir esfuerzos”

La cooperación regional es una de las herramientas más eficaces para la integración de la Unión de dos Estados
La cooperación regional es una de las herramientas más eficaces para la integración de la Unión de dos Estados. Los ejecutivos de negocios y empresarios de Belarús y Rusia llegan a entender que el producto –fabricado en la Unión de dos Estados– será más competitivo.

A este importante tema el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Federación de Rusia en Belarús, Alexander Súrikov, ha prestado especial atención durante la preparación y celebración del Tercer Foro de las regiones de Belarús y Rusia. La tarea de fortalecer la cooperación regional e industrial sigue siendo relevante también hoy en día.


— Alexander A., ¿en qué ve usted la importancia y el resultado de los vínculos establecidos entre las regiones de Belarús y Rusia?

— Si hablamos de la eficacia de la cooperación regional, Rusia y Belarús se la están tomando muy en serio. Yo tenía que tomar parte en este formato a finales de los años noventa del siglo pasado, cuando era jefe de uno de los territorios de la Federación de Rusia. Incluso entonces estaba claro que además de los aspectos económicos y sociales interestatales de la interacción las autoridades belarusas mantienen vínculos regionales entre las regiones de Belarús y Rusia. Por lo tanto, hay dos niveles de cooperación. Y eso es lo que vemos en la práctica: 80 sujetos de la Federación de Rusia de 85 existentes, a pesar del hecho de que los dos se han convertido recientemente en sujeto, se trata de la República de Crimea y Sebastopol, tienen algún tipo de acuerdos de cooperación económica, social y cultural con el Gobierno de Belarús o provincias belarusas. Entre la inmensa mayoría de las regiones de Rusia y el Gobierno de Belarús han sido establecidos grupos de trabajo que trabajan y determinan el desarrollo del acuerdo firmado por ellos.

— ¿Y qué tal exitoso funciona este sistema?

— Vamos a mirar desde la perspectiva de la cooperación económica entre los dos países. Así, en el año 2006 el monto del intercambio comercial entre Rusia y Belarús ascendió a 15 mil millones de dólares norteamericanos, de los cuales nueve mil millones de dólares representaron hidrocarburos y seis mil millones de dólares comprendieron aquellos mismos lazos regionales entre empresas. Esto es lo que puede llamarse el negocio puro con un alto valor agregado.

Presentamos nuestros esfuerzos en la cooperación industrial y la integración de las empresas belarusas y rusas específicas. Y aquí está el resultado de nuestra cooperación: el volumen del comercio en el año “pico” para nuestra economía –2012– llegó a 44 mil millones de dólares norteamericanos, de los cuales 15 mil millones representaron hidrocarburos, el resto fue conseguido principalmente a través de la cooperación regional, es decir, recibimos el crecimiento de 6 a 29 mil millones de dólares norteamericanos. Los lazos de la cooperación interregional crecieron cinco veces. Es un ejemplo de la economía viviente.

En Rusia, durante este tiempo fueron creadas unas 30 empresas mixtas en las que se utilizan componentes belarusos. Por ejemplo, la planta de tractores de Saransk en cooperación con la empresa de tractores de Minsk MTZ fabrica hasta cinco mil tractores al año. La planta de maquinaria agrícola de Bryansk en cooperación con la empresa belarusa “Gomselmash” produce hasta tres mil cosechadoras al año. La fábrica de ascensores de Nizhny Novgorod y la empresa belarusa, “Moguiliovliftmash” producen en conjunto un millar de ascensores. La planta rusa de carbono técnico de Omsk termina la construcción de la planta de carbono técnico en Moguiliov. Todos estos son ejemplos de la cooperación y la integración económica.

— Hay también el aspecto social...

— Estos lazos formaron una enorme cantidad de puestos de trabajo para cientos de miles de personas. Ellas proporcionan ingresos correspondientes a los presupuestos: familiares, municipales, nacional, fondo de pensiones, etc.

A partir de las relaciones regionales también fueron creadas 2500 empresas mixtas con la participación del capital ruso en Belarús y más de mil empresas con la participación del capital belaruso en Rusia. Todo esto ayudó a aumentar el monto del intercambio comercial entre nuestros países, sin contar los hidrocarburos, desde 6 mil millones hasta casi 30 mil millones de dólares norteamericanos.

Ahora en los mercados mundiales los precios de los hidrocarburos y en general de las materias primas, el metal, la madera y los alimentos están cayendo. El volumen del comercio entre Rusia y Belarús se reduce ligeramente. Pero los empleos se mantienen. Estas empresas operan, la producción no se detiene y con eso se conservan los fundamentos básicos de la economía de los dos países.

— Sin embargo, en Belarús y Rusia se acordó reforzar la cooperación para superar los efectos negativos en la economía, ¿verdad?

— Es verdad que estamos preocupados por esto. Debemos reconocer que cayeron los precios de hidrocarburos y otros tipos de materias primas. No podemos estimular demanda de los consumidores en el mundo, no somos capaces de hacerlo. Pero tenemos nuestros asuntos internos. Estamos trabajando activamente para la restauración y mejora de la imagen industrial de Rusia y Belarús. Los países de la Unión Económica Euroasiática también deben participar activamente en este proceso. Así que hay algo en qué pensar. En Rusia es necesario restablecer, en Belarús elevar el nivel industrial existente, de lo contrario no vamos a poder seguir nueva forma tecnológica. Con eso se quedan industrias básicas. No sé, tal vez pronto comiencen a imprimir los calcetines en la impresora, pero el tractor, las máquinas eléctricas, el centeno o maíz en la impresora no se puede imprimirlos. Por lo tanto, la industrialización y el complejo agrícola son parte de nuestra agenda laboral. Es cierto, hemos cambiado nuestra imagen industrial, incluso en comparación con el período soviético, lo que también se traduce en la cooperación regional. Pero el mundo no se detiene. Vemos lo que está sucediendo en la economía global. En el ámbito económico mundial cada vez más dominan grandes empresas multinacionales. A su vez, en los últimos años se está produciendo un cambio geopolítico de este dominio. Además de eso, no debemos olvidar que Rusia es miembro de la Orgnización Mundial del Comercio (OMC), Belarús pronto también será parte de la misma, nuestros socios en la Unión Económica Euroasiática también forman parte de esta organización. No podemos ignorar las reglas de la OMC.

Nuestra tarea es integrar nuestros negocios. Hasta el momento, no tuvieron mucho éxito las acciones de Rusia y Belarús en cuanto a la unión de las empresas de camiones MAZ y KAMAZ. Sólo tenemos que sentarnos y atentamente analizar el proyecto de integración, unir esfuerzos para competir con las corporaciones multinacionales. Esto es lo que hay que hacer. Y todos los temas debemos analizarlos de manera que sea beneficiosa para ambos países. Es necesario aumentar los lazos de integración que ya hemos creado.

— ¿Pero por qué los rusos a menudo dicen el “producto belaruso”, o incluso el “producto extranjero”? En realidad es el producto común. De lo que usted ha contado, está claro que las barreras deben ser quitadas...

— Es probable que se necesite la competencia para algunos productos. Por ejemplo, en el sector agrícola. Pues no se puede crear una sola granja belaruso-rusa. Entre sí tienen que competir las pequeñas empresas. Lo que es necesario para mejorar la calidad de los productos. Esta competencia interna es importante para entrar en los mercados extranjeros, donde con nosotros ya compiten empresas occidentales.

Pero, en general, es necesario llegar a la conclusión de que todo el producto –fabricado en la Unión de dos Estados, y en un futuro próximo en la Unión Euroasiática– es común, tanto como en la Unión Europea.

Aunque en la Unión Europea tampoco es fácil que el producto –fabricado en los países bálticos– llegue a Francia... En una palabra, hay una gran cantidad de temas económicos. Tenemos que llenar el mercado con productos propios, incluso carne, leche, cereales. Debemos hacer balance y programar la producción conjunta.

— ¿Está formada la política única industrial y agrícola?

— Cabe destacar que fueron analizados los temas clave. A esta altura, la Unión de dos Estados, su aparato de gestión, así como los gobiernos de los dos países se dedican a la redacción de estos documentos. La política industrial común, en mi opinión, comprende el sistema único de beneficios, privilegios, preferencias y estándares tecnológicos. Se trata del equilibrio.

Para llegar al producto conjunto, es necesario combinar los esfuerzos. Tenemos que pensar en cómo combinando nuestras capacidades científicas desarrollarlas y ponerlas en práctica. En este caso, esta práctica, pero en la forma de mercancías, se irá al mercado de terceros países. Es un reto para las academias de ciencias, los gobiernos y el mismo sector empresarial. ¿Por qué digo todo el tiempo sobre la necesidad de crear grandes empresas multinacionales? Porque sólo ellas van a poder ocuparse de las innovaciones más seriamente.

— ¿Sólo en la Unión de dos Estados puede desarrollarse este tipo de proyectos?

— En la Unión de dos Estados se puede aprovecharlos mejor. Pues se trata de la posible unión de los esfuerzos conjuntos y las ideas. Hay voluntad política. Es necesario sintonizar la acción.

— Gracias por su tiempo.


Nina Románova
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