A fin de llegar a la igualdad perfecta

En Minsk fue celebrada una serie de mesas redondas de expertos preparada por el Centro de Estudios Políticos y Estratégicos de Política Exterior en el marco del proyecto
En Minsk fue celebrada una serie de mesas redondas de expertos preparada por el Centro de Estudios Políticos y Estratégicos de Política Exterior en el marco del proyecto, “Diálogo Público”



 Los derechos humanos son los valores fundamentales reconocidos por todos los países democráticos. Hoy en día, todos los países miembros de las Naciones Unidas han ratificado al menos uno de los nueve tratados internacionales básicos de derechos humanos, y muchos de ellos han adoptado cuatro o más. Lo que demuestra la versatilidad de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Sin embargo, a pesar del reconocimiento de estas normas en las constituciones y documentos legislativos de las naciones, en todos los países hasta hoy día se puede encontrar los “huecos” en la realización práctica de los derechos humanos. El propósito más importante del cumplimiento de la Declaración sigue siendo sin alcanzar. Por lo tanto, a esta altura se están llevando a cabo activamente las búsquedas de las formas de superar los obstáculos que impiden a cumplir con todas las normas en materia de derechos humanos.

El primer encuentro en Minsk fue dedicado al desarrollo de la concepción de los derechos humanos en el mundo moderno. Para analizar este tema se reunieron representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Belarús, expertos del mundo académico y funcionarios de organizaciones internacionales, así como periodistas, estudiantes y graduados de la Universidad Nacional de Belarús.

Hace falta señalar que una de las mesas redondas –dedicada al tema de la universalidad de los derechos humanos en el mundo moderno– causó mucho interés de parte de reunidos. Este problema fue planteado en la intervención del Jefe de la Oficina de la ONU en Belarús, Sanaka Samarasinha. En su opinión, las causas de las disputas sobre los derechos humanos tienen su origen en las tradiciones culturales e históricas de los diferentes pueblos.

“Los que se oponen a las normas universales de derechos humanos aseguran que la actitud de la sociedad y el Estado debe regirse exclusivamente por tradiciones culturales. Su argumento es que las tradiciones y los valores culturales son factores suficientes para la protección de la dignidad humana. Por lo tanto, a las declaraciones de este tipo yo respondo: si la cultura tradicional permite garantizar la dignidad humana, ella fácilmente asume y aplica los derechos humanos. Sin embargo, en algunos países, el desarrollo de las tradiciones culturales apoya la discriminación por motivos de sexo, raza u otros. Según las Naciones Unidas, las tradiciones culturales no dan derecho a causar daño a otra persona”, señaló en su intervención Sanaka Samarasinha.
 
Anastasiya Shoplya
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