En el pueblo de Motol, municipio de Ivánovo, por séptima vez, fue celebrado el festival de cocina típica belarusa, “Delicias de Motol”

¡A comer bien, queridos visitantes!

En el pueblo de Motol, municipio de Ivánovo, por séptima vez, fue celebrado el festival de cocina típica belarusa, “Delicias de Motol”


A pesar del sol muy fuerte, el festival de la cocina típica belarusa, “Delicias de Motol” –celebrado en la provincia de Brest– reunió en el antiguo pueblo a miles de visitantes. Hace falta señalar que durante dos días el festival ofreció a los visitantes sus variados platos preparados de la cocina belarusa. Cada una de las participantes –amas de casa de la zona– trató de compartir su receta original. Los secretos se mantenían hasta que no hayan puesto ollas y platos en la mesa para servir. Las vecinas de Motol trataron de mostrar todas sus habilidades de las guardianas de la cocina de Polisye y agradar a los turistas nacionales, así como extranjeros.

Mis colegas y yo hemos tratado de determinar algunos platos de Motol que hace falta probar obligatoriamente. En primer lugar, es shurpa de Motol. El rasgo característico de esta sopa nutritiva de esta región es la cocción por etapas de riñón, pulmón e hígado y el dorado de las verduras. Además de eso, vale la pena probar el pan, las empanadas, el trigo de sarraceno cocido en una olla. El plato de patatas con pedacitos de tocino. Deliciosos panqueques de patatas con frijoles. Habas guisadas con cebolla y zanahoria. Salchichas caseras. Lucio ahumado. Quesos. Carnes ahumadas, incluyendo partes de la tradicional cocina judía, que en los tiempos antiguos se preparaba aquí en cantidades...

¿No les parece nada especial? No estoy de acuerdo. Todo se prepara de los ingredientes orgánicos. En el horno. ¡Y cómo lo sirven! Con tanto gusto las vecinas de Motol ofrecen sus maravillosas delicias. ¡Son desiguales!

Quién vino a la fiesta por primera vez, se quedó muy impresionado. La mujer rusa, Irina Vólkova –que estaba de visita en la casa de sus parientes en el municipio de Drogichin– no dejaba de sorprenderse:

— Es increíble, ¡qué delicias preparan en el campo!

Motol es un algún lugar de negocios mágicamente atractivo. En un pueblo con una población de cuatro mil hay varias producciones similares: 67 empresarios, unos 40 puntos de venta. ¿De dónde salió este don de negociar? Los lugareños creen que todo proviene de su larga historia, de la época de Bona Sforza. Gracias a la esposa del gran príncipe del Gran Ducado de Lituania, Segismundo el Viejo, en 1555, Motol recibió la Ley de Magdeburgo. La italiana instaló aquí la residencia e invitó a vivir en las orillas del río Yáselda a los artesanos y comerciantes hábiles. Muchos apellidos en Motol, por ejemplo, Polto, tienen raíces italianas. A su vez, el apellido Kuzyur es de origen alemán. Además de eso, todo el mundo conoce los nombres de los pueblos antiguos: Shikolai, Minyuki y Kashtelyany.

A esta altura Motol ocupa un lugar digno en el mapa turístico debido a su variada comida tradicional, asevera la presidenta de la asociación pública, “Descanso en el campo”, Valeria Klitsunova:

— Hoy en día, comer bien se ha hecho de moda. Es una nueva forma de vida. Es más, los turistas quieren probar los productos que se producen en la zona. Ahora es popular cocinar frente a los turistas.

Valeria Klitsunova ofreció a los propietarios de las agrohaciendas –que vinieron al festival– enviar sus recetas, pues se está creando el mapa gastronómico de Belarús. Es el tiempo de crear tradiciones gastronómicas belarusas.

Los vecinos de Motol presentaron en el festival la casa de tocino. Las señoras del pueblo de Odrizhin, municipio Ivánovo, ofrecieron a los visitantes los bocadillos con tocino, cebolla y aceitunas. A su vez, los queseros de la empresa agrícola, “Priyaseldny”, el pueblo Psyschevo, hicieron el pastel de queso en forma de cesta con champiñones. ¡Fue una fiesta para los ojos! De Bezdezh, municipio de Drogichin, fue traído el grano molido de linaza...

Hace falta señalar que el primer festival, “Delicias de Motol”, fue el ganador del concurso nacional turístico, “Conoce Belarús”, en la nominación, “Evento”. El actual séptimo festival merece ser premiado, pues oficialmente se convirtió en el festival internacional. Cabe destacar que la tradición local de preparar el pan de boda recibió el estatus de patrimonio no material histórico y cultural de Belarús.

Pero no sólo la comida atraía a los visitantes del festival de Motol. Además de eso, los días feriados aquí se reunieron artesanos de todo el país. De mucha popularidad gozaron los artículos hechos a mano de arcilla, madera, lino y paja. Los visitantes se lo compraban con mucho gusto. Tampoco yo pude resistir.

En la ciudad de  Motol además de los platos típicos belarusos los turistas tienen la posibilidad de disfrutar del recorrido por el Museo de la Creatividad Popular (que el 8 de agosto del año en curso cumplió 20 años). El museo tiene secciones: el museo arqueológico, “Nuestros Raíces”, y el museo de medicina tradicional, “Casa de Herbolario”. Además de eso, en Motol se encuentra la casa, donde vivió el fundador del Estado de Israel, Jaim Weizmann. Allí, también, fue inaugurado el museo. A su vez, el grupo folclórico, “Vecinos de Motol”, presenta la tradición del pan de boda en todos los detalles, así como platos judíos, canta en el dialecto local y baila. Pero de eso vamos a contar la próxima vez.

Valentina Kozlóvich
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